En función de un incremento en los precios y una última zafra con rendimientos excelentes, sumado a los beneficios en las rotaciones agronómicas, la canola escaló en 100.000 hectáreas en la presente zafra transformándose en el segundo principal cultivo de invierno, tan solo detrás del trigo.
Debido a las heladas que afectan especialmente a este cultivo, y el déficit hídrico registrado en todo el territorio, el panorama era complicado para los rendimientos de las distintas chacras, considerando que se sembró con costos superiores a 2021 y que a su vez, la oleaginosa ya no registra los precios superlativos que tocó hace unos meses.
La buena noticia es que los primeros indicios de los monitores de las cosechadoras marcan rendimientos por encima de lo esperado. Si bien se trata de los cultivos más tempranos (completaron potencial antes del pico de la seca), existe optimismo en los kilos por hectárea pero también en la calidad de grano.
En la zafra pasada se alcanzaron los 1.800 kilos por hectárea de promedio nacional, lo cual marca muy buenos rendimientos. Para esta cosecha falta bastante y es un promedio difícil de igualar, pero en algunas chacras se ven rindes incluso por encima. Panorama alentador para la primera parte de cosecha de canola.