A nivel productivo, el panorama de invierno “es muy bueno, yo diría que inmejorable, climáticamente hemos tenido una primavera muy buena, donde tuvimos lluvias por tres fines de semanas consecutivos”, expresó Tomás Molina, productor agrícola de Flores.
En diálogo con Valor Agregado de radio Carve, comentó que en su caso utiliza una paleta grande de cultivos: canola, camelina, carinata, trigo y cebada. “Están todos buenos, aunque hay que cosecharlos, y de aquí para adelante es cuando tenemos que levantar todas las monedas que tenemos puestas en nuestros campos”.
“Si no hay ningún sobresalto estamos en un muy buen año productivo”, enfatizó el productor.
Desde el punto de vista del negocio, “canola y carinata tienen un poco más cómoda la cuenta, y si se concreta una buena cosecha, creo que van a dejar un número lindo. No es así en trigo y cebada, donde precisamos por encima de 4.000 kilogramos para empatar la cuenta, lo cual nos mete una exigencia bárbara, son cultivos que están muy lindos, pero sabemos que el negocio en ellos no va a ser muy bueno”.
“Carinata y canola nos van a dejar algún margen”, reafirmó.
Para la zafra de verano “aún hay un signo de interrogación grande, por lo que pase con el clima, los pronóstico a largo plazo hablan de un año neutral, y eso nos deja una cuenta muy ajustada, porque la soja ha bajado bastante y los costos son altos”, comentó el agricultor.
Molina detalló que con el escenario planteado, en soja de primera se necesitan rendimientos de 2.000 kilogramos para arriba, y en segunda unos 1.500 kilogramos, “son rendimiento alcanzables pero precisamos que no nos falle el clima”.
Con este panorama, el área de verano en la empresa va a tener un pequeño aumento, pero se explica por las rotaciones, “el sistema está muy maduro, hoy quienes arrendamos campos manejamos una estabilidad de negocios que nos da cierta tranquilidad de producción que no sería sano para nada tocarla”.