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Arroz con mayor valor agregado

Certificación de procesos y variedades más caras, son los desafíos para la cadena arrocera.

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Arroz.

Pablo Antúnez

La producción arrocera uruguaya precisa tener un área plantada con arroces de alto valor, que puedan ser colocados en mercados de nicho y diferenciarse, logrando mejores precios. Y hacia eso va.

Si bien ya hay algunas experiencias comerciales con variedades como el Perla, la meta del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), es lanzar este año otra variedad de arroces de alto valor.

Se trata de “una variedad de arroz de grano largo, aromático, con una línea de validación nueva que está en etapa de prueba, donde se plantaron 500 hectáreas”, contó a El País el Ing. Agr. Fernando Pérez de Vida, quien es el responsable del programa de mejoramiento genético de arroz de INIA.

La institución tiene una relación muy estrecha con toda la cadena arrocera y hay una institucionalidad que es el Consorcio de Semilleristas de Arroz del Uruguay, con quien interactúa. Ese Consorcio es el que decidirá el lanzamiento.

“Tenemos una línea de validación nueva que este año está en etapa de prueba. Es una línea experimental que llueve sobre lo mojado de la variedad INIA Merín, porque produce más, en especial en la zona norte del país”, explicó el investigador uruguayo.

Sin adelantar más detalles, afirmó que esa variedad “viene con muy buenos resultados y tal vez encuentre un nicho de producción en la zona de Salto y Artigas, donde este año rompió todos los relojes en cuanto a productividad. Es la misma calidad que INIA Merín pero con más alto rendimiento”.

Certificación. A su vez, la certificación de procesos como agregado de valor y complemento de la trazabilidad, así como la identificación, desarrollo y liberación de variedades de arroz de alto valor, son parte de los desafíos que tiene por delante la cadena arrocera.

“Entendemos que aplicamos en la mayoría de los protocolos a cumplir para poder tener una certificación de producto, pero todavía no hemos transitado ese camino”, aclaró el presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago a El País.

El productor y gremialista adelantó que la certificación de procesos “es parte de lo que se hará en la próxima zafra: La industria también apoya ese camino”, destacó Lago.

Destaque. Uruguay es el séptimo productor mundial de arroz y es uno de los que logra rendimientos más altos por hectárea. La investigación y el mejoramiento genético, responde a las demandas y a resolver problemas que enfrenta el cultivo en diferentes zonas y nunca para.

En ese sentido, la variedad INIA Merín es la vedette en estos tiempos. Creció 30% en el área plantada este año, alcanzando las 35.000 hectáreas. Es fruto de ese trabajo mancomunado entre molinos, productores e investigadores. “Va a crecer más en la próxima zafra. Fue fundamental el comportamiento productivo en esta zafra”, afirmó Pérez de Vida.

Contó que en la zafra 2019/20, en chacras de Arrozal 33, con toda el área sembrada dentro de octubre -es una variedad temprana- redondeó algo más de 200 bolsas por hectárea, sano, seco y limpio, que representan más de 10.000 kilos. Ese mismo rendimiento se logró, en condiciones agro ecológicas diferentes, en Tomás Gomensoro (Salto), en chacras de Saman. Esta variedad tiene un rendimiento que supera en 1.500 kilos por hectárea al promedio nacional.

La siembra temprana no hace al INIA Merín un material fácil de manejar, porque plantarlo dentro de octubre es fundamental para que pueda explorar aprovechar toda la etapa de crecimiento y expresar su alta productividad.

El mejoramiento genético logró un hito muy importante con la variedad INIA Merín muy similar a otros hitos importantes como El Paso 144 en la década del 80, INIA Tacuarí en la década de los 90 o INIA Olimar pasado el año 2000.

Potencial. En el sector arrocero, Uruguay tiene un avance muy interesante de la investigación, con un buen balance entre investigación aplicada y otra más analítica o básica.

En esa investigación básica, está todo lo relacionado con los impactos ambientales del cultivo. “Hay información de tan buen nivel que salió una publicación en la revista Nature, donde se publican los resultados de la producción de arroz en Uruguay y su impacto ambiental”, destacó Pérez de Vida. A su vez, la investigación se complementa con actividades de difusión y con acciones para llegar al productor.

La información científica publicada en Nature, es la que permitirá a futuro la certificación de procesos, que junto a la trazabilidad del grano, marcan la diferenciación y hará que el producto llegue a consumidores de elite que estén dispuestos a pagar más.

“En el artículo de Nature se cuantifica la huella de carbono del arroz uruguayo y la huella del agua”, explicó el investigador de mejoramiento genético en arroz del INIA. “Es un avance muy interesante que no sé si en lo regional hay alguna iniciativa similar. Creo que estamos varios pasos adelante”, afirmó.

Según la visión de este científico de INIA, los principales desafíos de la investigación en mejoramiento genético del arroz, “procuran agregar valor a la producción”.

En el segmento de comercialización de arroz largo y fino, Uruguay logra un plus de precios gracias a lo que es el complejo arrocero en su conjunto y a su esfuerzo.

“Cualquier comprador del mundo que quiera un barco de una terminada variedad de las que se planta, llevará una carga uniforme de esa variedad y no mezcla, que es lo que pueden ofrecer otros países”, destacó el investigador de INIA. Eso se traduce en precio, pero además, se le puede agregar la trazabilidad del grano.

Volviendo a la variedad INIA Merín es producto del cruzamiento de dos variedades parentales. Una de las variedades es INIA Cuaró. La otra es material proveniente del Centro Internacional de Agricultura Tropical (Colombia).

Pablo Mestre
Pablo Mestre
La presencia del vector está en varios puntos del país

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