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Los Hereford de Kiyú se vendieron a US$ 4.100 de promedio

Se dio una suba de 6,30% frente al promedio del año pasado. El máximo valor del remate, a cargo de Escritorio Dutra, fue US$ 12.120 por un toro mocho de “La Aurora”, adquirido por "Pampas del Pedernal".

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Cotizado. El toro (caravana 15) de Von Metzen FInkelde, comercializado en US$ 12.120 ayer en Kiyú por parte del martillero Daniel Dutra. Foto: Pablo D. Mestre.

Pablo D. Mestre.

¿Una premonición? La mañana de este sábado fue, tal como anunciaban los pronósticos, lluviosa, ventosa, gris, inestable y generaba mucha incertidumbre por lo que pasaría...

Eso hasta la hora 14.

De pronto, como de la nada, coincidiendo con el ingreso de los primeros lotes de toros Hereford a la pista Roberto Lohigorry Otero de la Central de Kiyú, el panorama cambió.

Ya el cielo estaba claro, no llovía, se fueron los nubarrones y ese viento de frente que tanto atemorizaba cesó...

¿Puede hacerse un paralelismo con lo que pase en la zafra de venta de toros que está comenzando junto con esta primavera 2018?

¿Por qué no?

Pese a todas las adversidades previas, cuando ingresaron los primeros dos toros a la pista y el martillero Daniel Dutra, como desde hace 42 años ininterrumpidos, pidió una oferta por ellos, todo cambió.

Estaban los dos mejores productos de la Prueba, según la conjunción de factores basados en el cual se confecciona el orden: conformación, eficiencia de conversión y ganancia en prueba de pastoreo: un mocho de cabaña “La Aurora” de E. Von Metzen Finkelde y un astado de “La Elisa” de Walter Carlos Romay Elorza.

Inmediatamente surgió la oferta de US$ 400 (la cuota de 12), que rápidamente fue subiendo con múltiples piques de distintos sectores de las tribunas. Finalmente Daniel Dutra lo adjudicó, en US$ 1.010 la cuota (US$ 12.120) a su nuevo dueño, “Pampas del Pedernal”, quien optó por el mocho, coronándose la acción con gran aplauso.

Es que comenzaba a revertirse el pronóstico...

Luego de eso, la primera decena de toros se fueron vendiendo en forma fluida y con piques por cada uno de ellos.

Hasta ahí, ya prácticamente en la mitad del remate, el promedio se ubicaba por encima de los US$ 5.100, valor bien superior a los 3.857 que significó la media de valores de hace un año atrás.

Luego, el mercado fue marcando, como debe ser en un negocio de oferta y demanda, los valores más en torno a los US$ 3.000 y sobre el final se aceptaron en pista ofertas por US$ 2.760 (230 la cuota).

Aún cuando es verdad que quedaron algunos reproductores sin comercializar en pista, los que se estaban colocando fuera de ésta, también es cierto que los US$ 4.100 logrados de promedio por los 25 toros vendidos es una buena cifra.

Hablamos de un incremento del 6,30% frente al antecedente inmediato de la zafra 2017.

También fue superior el valor del máximo que hace un año había sido US$ 8.800 y ahora se pagó 37,72% más.

A la hora de buscar argumentos para explicar por qué quedaron algunos toros sin vender (6), estos quizás estuvieron por el lado que, merced a esa tormenta y viento de frente, muchos no pudieron llegar hasta la Central de Kiyú.

Eso sí, a “la otra tormenta” y al “otro viento”, se los disipó con el resultado final del remate...

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Un guiño a una zafra que pinta como buena

El Cr. Javier Aznárez Elorza lo definió como “un buen remate, con valores destacados y mucha puja en los primeros lotes haciendo justicia a la calidad de los toros ofertados”. El presidente de Hereford consideró que “el promedio es muy bueno, y veremos cuando termine la zafra seguramente será de los de arriba, lo mismo que el valor máximo pagado”.

También Daniel Dutra lo vio como positivo. “Pese al mal tiempo, la fuerza de la raza y la importancia de Kiyú hizo que se diera un buen resultado”. Dijo que “hay más vacas, más campo y hay que reponer más toros”.

Así abría el remate el Cr. Javier Aznárez Elorza, presidente de Hereford.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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