Las cabañas San Gerardo y Doña Elisa continúan dando motivos por los que criar ovejas. “La oveja no está con buena prensa”, dijeron los criadores antes de dar comienzo su tradicional remate de la zafra.
“Es un tema de sacar ejor los números, porque siempre, siempre, tiene que haber ovejas y vacas en los campos para producir limpio y para producir bien”, señaló Ricardo García Pintos, integrante de la cabaña San Gerardo.
En su 35° remate anual, las familias García Pintos y Larrosa ofrecieron lo mejor de su genética, este año, sin la compañía de la firma Juan Carlos Martínez quien estuvo detrás del martillo durante 34 años y por lo cual recibió un merecido reconocimiento de sus colegas y clientes minutos antes de comenzar.
Jaso & Jaso y Escritorio Dutra llevaron a cabo el remate que logró una muy buena colocación.
Además del “Corriedale Fino de sangres campeonas”, se comercializaron 30 Merino Dohne de Casupá y El Esfuerzo que participaron de las ventas en calidad de cabañas invitadas.
El Corriedale logró un 90% de dispersión, promediando US$ 400, con un valor máximo de US$ 2.000.
Por otra parte, el Merino Dohne también se vendió en un 90%, teniendo un valor máximo de US$ 600 y un promedio de US$ 360.
La genética de las tradicionales cabañas de Lavalleja se dispersó para diferentes departamentos como: Rocha, Maldonado, Canelones, Paysandú, Tacuarembó, Treinta y Tres, Florida y, obviamente, Lavalleja.
Tras las ventas los criadores manifestaron su conformidad con las ventas y la muy buena dispersión de la borregada.