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Aumenta la producción de aceite de oliva en Durazno

Una producción de 45.000 kilos de aceitunas, 6.000 litros de aceite.

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Víctor D. Rodríguez.

Julio Mayobre, es un calificado productor duraznense de la zona de Caballero, 12a sección. Hace una década decidió destinar dos hectáreas de su establecimiento, a una producción no tradicional en la zona y ahora comienza a ver sus frutos. La plantación de unos 3.200 olivos, de distintas variedades, le han permitido progresivamente finalizarse en el mercado de la producción de materia prima del aceite de oliva, bajo la marca “Del Caballero” en alusión a la zona en la que vive desde toda la vida.

Después del algunas temporadas con “altas y bajas”, este 2017 parece plantearse como el año del despegue, aunque falta mucho camino por recorrer.

“El año pasado tuvimos una cosecha de unos 6.400 kilos. Nos perjudicó la abundante lluvia que tuvimos en el mes de abril (355 mm), por lo que se nos cayeron prácticamente la mitad de las aceitunas. Este año revertimos la situación recogiendo cerca de 45.000 kilos, los que se convertirán en unos 5.500 o 6.000 litros de aceite”, comenta Mayobre.

En nuestro emprendimiento contamos con diez variedades de olivos, ocho son principalmente para aceite, una es comestible y otra es polinizadora. Para la concreción del aceite se mezclan las diez variedades de aceitunas. Ese año sin dudas ha sido la mejor cosecha de todas.

Ahora viene la etapa de colocación. Vender mil litros es fácil, ya lo hemos hecho; pero tenemos que lograr colocar los 6.000 litros que obtuvimos. El mercado es básicamente local, pero intentaremos llegar al exterior, hemos contactado a personas interesadas en venderlo fuera del país”, señala, destacando “la experiencia lograda en estos años, contando con el apoyo de la Asociación Olivícola Uruguaya (Asolur) y de los propios funcionarios que realizan la tarea, además del INIA, a través del Ingeniero Agrónomo duraznense José Villamil, quien nos asesora y la Ingeniera Estela Mérola, encargada de realizar el seguimiento de las plantaciones y los tratamientos que se deben hacer”.

Los gastos que se deben afrontar al desarrollar esta actividad son muy altos, desde salarios, combustible, fertilizantes, los específicos para la cura entre otras cosas. “El costo que tengo por hectárea en el año son entre unos US$ 1800 dólares hasta los U$S 2000 inclusive. Yo envío a Minas (Lavalleja) a procesar, son unos 240 kilómetros. Ahora se ha instalado una pequeña planta en las cercanías de Villa del Carmen. Esperemos que para el próximo año podamos procesar en el departamento, de esa manera abarataríamos en el valor del flete”, dijo el pujante productor duraznense.

Guillermo Crampet

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