Esta semana, Uruguay fue sede para la Reunión Regional sobre el Establecimiento y la Ejecución de un Nuevo Programa de Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado (Bichera), organizado por el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca de Uruguay, la Organización Internacional de Energía Atómica y el Programa de Erradicación de la Bichera en Uruguay, que tuvo la presencia de varias instituciones internacionales y la representación de más de 15 países del continente americano.

El jefe de la cartera de Ganadería, Fernando Mattos, participó del evento, que sirvió como marco para anunciar el avance en el acuerdo con el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen), que será el encargado de abastecer a Uruguay de moscas estériles, tras las dificultades surgidas en América Central, y la imposibilidad de contar con Copeg.

Sobre el programa de erradicación de Uruguay, Mattos destacó la presencia del sector privado, lo cual es “un diseño novedoso” en pro de conseguir el objetivo “ambicioso” trazado.

“Es un desafío importante que Uruguay lo toma teniendo consciencia de que no lo podemos hacer solos, esto tiene que ser en clave de cooperación, es una plaga transfronteriza, y por lo tanto tenemos que generar la cooperación con lo países vecinos”, afirmó el ministro de Ganadería.

Por otra parte, indicó que pesar de la situación de rebrote de la bichera que se ha dado en Centroamérica, “la técnica de combate no está en cuestionamiento, y eso es muy importante para nosotros que estamos en este camino de erradicación. Los países de Centroamérica hace 15 años que estaban libres de la plaga, esto demuestra que no basta con dispersar moscas, también hay que generar consciencia y vigilancia sanitaria”.

Tras esta situación, y con la Copeg destinando toda su producción para volver a controlar la situación en esa zona, aparece la posibilidad del Iscamen, con quien ya se tiene el acuerdo de aprovisionamiento, “en los próximos meses tendremos las pupas estériles. Es una planta biológica de gran nivel, que ya tiene producción de otras moscas para Argentina y otros países, por lo cual tenemos plena confianza en el trabajo que van a hacer”.

Mattos también manifestó que tiene expectativas de que Argentina decida incorporarse al programa de erradicón, “lo hemos hablado con las autoridades sanitarias, tenemos que avanzar en un proyecto más ambicioso, con alcance regional”.

Teniendo en cuenta el proceso electoral que atraviesa Uruguay, el jefe de la cartera de Ganadería, señaló que el programa “debe de ser instalado como una política de Estado, y estaremos hablando con las autoridades que disputen la presidencia para seguir el transcurso normal”.

Para el financiamiento del programa se destaca con mucho ímpetu los aportes económicos que han realizado los gobiernos de Estados Unidos y Japón, ambos países que estuvieron representados en el evento. Siguiendo en línea con lo económico, se hizo énfasis en que “es un esfuerzo enorme, el gobierno estima que la inversión en un período de 10 años estará entre US$ 40 y US$ 50 millones, aunque las perdidas anuales por la bichera son equivalentes a eso”.

Romeo Volonté, es el gerente del Programa de Erradicación de la Bichera (PEB), dijo que este evento llegó en el marco de una situación de rebrote en Centroamérica, “la parasitósis pasó de estar controlada en una barrera entre Panamá y Colombia, a infectar Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Honduras, y se debió redefinir la dispersión en esa zona”.

Por parte de los países participantes también existía interés “en apoyar el programa de Uruguay, y tenemos el objetivo de contagiar a nuestros vecinos Argentina y Brasil, que han demostrado mucho interés, desde lo que participaron en este seminario, y nos consta que hay algo similar al proceso de nuestro país, que nace desde los productores, que advierten que hay una posibilidad de solucionar un problema muy importante, para la producción ganadera, pero también sabemos que afecta a los humanos, las mascotas y a la fauna silvestre, pero son los productores los que han destinado los recursos para el PEB”.

Sobre el Iscamen, Volonté amplió en que cuenta con una experiencia de 40 años produciendo moscas para otros programas.

En el convenio logrado, y que está próximo a ser firmado, “cuando Uruguay esté en condiciones, 60 días antes le va a transmitir al Iscamen que está ya puede recibir las moscas y dispersar. La expectativa nuestra es que lo queremos hacer lo antes posible, pero hacerlo bien, por eso somos cuidadosos a la hora de maneja fecha”.

“Ahora sabemos que quizás en cuatro meses, allá por febrero, que es nuestro objetivo hoy, iniciaría la dispersión, pero sin mayores urgencia, porque no queremos empezar y fracasar, porque la técnica ha demostrado ser eficiente durante 60 años, pero hay que cumplir con determinados requisitos”, detalló el gerente del PEB.

Una vez iniciado el programa, la intención es recibir 9 millones de pupas (estado previo a mosca), que serán dispersadas en Soriano y Colonia por seis meses, departamentos que forman parte de la denominada “zona 1”, y al séptimo mes se inicia la dispersión en San José, Durazno, Flores, Florida, Canelones y Montevideo, completando de esa forma la primera zona.

El tiempo que pase entre el inicio de la dispersión y la visualización de los primeros resultados, “dependerá mucho de las condiciones climáticas del año, pero la técnica ha demostrado, por ejemplo en el plan piloto que se hizo en el 2009 en Artigas, que a partir de los dos o tres meses ya se nota una caída importante de la presencia de la parasitósis”.

Una vez que no se registren más casos de bichera en la zona 1, se pasa a la siguiente, que está compuesta por los departamentos del este del país: Maldonado, Rocha, Lavalleja, Treinta y Tres y Cerro Largo. Luego la zona 3 está compuesta por Río Negro, parte de Paysandú, Tacuarembó y Rivera, mientras que la 4 se integra por Artigas, Salto y parte de Paysandú. Se estima que el tiempo de dispersión en cada zona es de un año.

Una vez liberada la zona dos, también se iniciará con la dispersión “en la frontera con los países vecinos, porque originalmente la idea es empezar por el sur empezando las barreras naturales como el Río de la Plata, el Océano Atlántico y parte del Río Uruguay”, contó Volonté.

“Ahora estamos en una etapa de apoyarnos mucho en los medios y en llevarle el mensaje a los productores, para que sepan que es lo que tienen que hacer, se viene una etapa de preparanos. Sin dudas vamos a empezar con mucha fuerza el año que viene”, afirmó.

Teniendo en cuenta que Uruguay estará fraccionado en cuatro zonas, y que el tiempo estimado de dispersión en cada una de ellas es de un año, para 2029 o 2030 se pretende tener el total del territorio nacional liberado.

Cuando culmine el ciclo de dispersión en todo el país, “vamos a tener que hacer una vigilancia atenta a reinfestaciones”, concluyó Volonté.

Del seminario participó José Orts, presidente del Iscamen, contó que “es un ente autárquico, con capacidad jurídica para actuar en el ámbito público y privado, fue fundado en el año 1994, y tiene mucha experiencia en lo que es la mosca del mediterráneo, donde exportamos a muchos países y liberamos en nuestra provincia”.

Para la institución, abastecer de pupas estériles a Uruguay “es un desafío enorme el que estamos afrontando y se que es una enorme responsabilidad y compromiso para Uruguay”.

La planta del Iscamen consta de 16.000 m² “y va a ser la primera en el mundo, en hacer dos tipos de insectos a la vez, porque seguiremos con la producción de moscas del mediterráneo, pero al ser una planta modular, nos permite dividirla y hacer ciertos cambios, en los cuales ya estamos trabajando”.

“Esperamos en tres o cuatro meses estar mandando las primeras pupas”, afirmó Orts, que además agregó que “se ha hecho un plan estratégico en el que calculamos que en ese tiempo terminamos de definir a la planta, independientemente de eso, ya estamos trabajando con el gusano barrenador, se está produciendo y ahora hay que llevarlo a escala masiva”.

El presidente del Iscamen, también mencionó que existe un vínculo de cooperación con la Copeg, “ellos tienen mucha experiencia en el gusano barrenador, y tenemos que escucharlos, de hecho, hace 6 meses estuvimos allá y luego los recibimos en nuestra planta, trabajamos en permanente contacto”.

Alberto Bozzo, es integrante de la Comisión de Gobernanza del Programa de Erradicación de la Bichera, y productor en la zona norte del país, comentó que tener plasmado un acuerdo para el abastecimiento de moscas estériles “es un sueño muy anhelado durante muchísimos años, más de 20 quizás, en los que las gremiales hemos estado trabajando en erradicar la bichera de Uruguay”.

“Tenemos la experiencia de que se ha erradicado en otros países, con la misma tecnología, entonces no queremos inventar nada nuevo”, sostuvo Bozzo.

Sobre los aportes al rubro ovino, el productor del norte del país hizo referencia a que “hay ventajas enormes”.

“Podemos empezar a producir totalmente distinto, producir en momentos que tenemos mayor forraje y no en pleno invierno, donde se hacen el grueso de las pariciones de laneres, justamente para poder evitar la bichera”, expresó el integrante de la Comisión de Gobernanza del Programa de Erradicación de la Bichera.