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José Bonica: “Hay que respetar reglas de juego”

El Presidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) aseguró que para que Uruguay continúe pisando fuerte en el mercado internacional tiene que entender y respetar las nuevas reglas del juego

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José "Pepe" Bonica

Manuela García Pintos

-¿Qué visión le genera los comentarios de la ONU sobre la producción de carne?

-Primero, cuando se habla de carne hay distintos productos, porque están generados en distintos ambientes. Hay cosas muy claras: una es un kilo de carne producido en un lugar donde se deforestó una selva nativa. Otra, es un kilo sobre granos que, a su vez, fueron cultivados en tierras muy buenas y donde la alimentación animal compite directamente con la humana. Un caso muy distinto, el uruguayo, es donde estamos sobre pasturas naturales, donde los herbívoros coexisten con nuestra vegetación. Se ha mostrado la potencialidad y el beneficio para el propio medioambiente. Es decir, no solo producimos carne sino que tenemos el potencial carbono. Hoy el desafío es ponerles números a estas grandes ideas, hay que cuantificarlas y para eso la investigación es una gran ayuda para la toma de decisiones posteriores. Es ahí donde INIA está trabajando y donde tiene, y lo hará, que dar valores para que estos conceptos que manejamos se transformen en valores objetivos definidos, concretos y que sirvan para promover el país. Que sirvan en las mesas de negociaciones cuando hablemos de accesos a mercados y de chances para un sector agroexportador.

-¿En qué trabaja el INIA precisamente?

-No es lo mismo una pastura bien manejada, que una pastura sobre manejada. Si bien ambas tienen la posibilidad de permanecer activas por un largo tiempo, una de ellas puede hacerlo sobre la base de sistemas de producción carbono neutro, o incluso carbono positivo. Hay otras que, al querer extraerle más de lo que pueden dar por no ser manejadas correctamente, extraen carbono del suelo. De a poco, pero ese suelo lentamente va perdiendo lo que hoy la sociedad mundial reclama y hay que ser cuidadosos. Si bien alguno puede no verlo en el corto plazo, es un tema que va a influir y mucho, porque hay algunos mercados que todavía no prestan atención en esto, pero hay otros, muy tradicionales para Uruguay como la Unión Europea, donde estos temas realmente son importantes y año a año va aumentando la preocupación. Para poder tener acceso a ese mercado y competir con productores de carne europeos tenemos que tener claro que hay que respetar ciertas reglas de juego. Las tenemos que respetar bien, no porque nos preocupe, que sí nos preocupa, pero porque le preocupa al consumidor final.

-¿El productor uruguayo es consciente?

-Creo que el respeto por el medioambiente siempre lo tuvimos. Siempre nos preocupó a todos conservar lo que teníamos, lo que habíamos heredado porque no es nuestro, es de las generaciones que vienen. La preocupación está. Esta responsabilidad es la que tenemos que cuantificarla, nominarla y ver dónde podemos mejorar y actuar.

-Ex presidente de la Sociedad de Criadores de Hereford y secretario del Consejo Mundial, ¿cómo ve a la raza hoy?

-Dentro del éxito que tiene la producción de carne en Uruguay por el propio sistema de producción tienen un rol muy importante las razas que se utilizan. Uruguay tiene razas de muy buena calidad carnicera, las británicas se asocian con eso y es una gran ayuda para llegar a los mercados. Hereford ha tenido un rol sumamente importante. Ha liderado muchas cosas, no solo en términos de carne sino también en incorporar tecnología. Los criadores han tenido una sensibilidad muy especial. No es menor que temas como la eficiencia de conversión, que está muy correlacionada con la emisión de metano, se estén midiendo directamente. Son cosas que potencian al Uruguay en su totalidad. Eso es algo que todos tendríamos que recordar. Cuando uno viaja por otros lados y cuenta que en Uruguay ya se está midiendo la eficiencia o cuánto pasto se precisa para producir un kilo de carne, y sabemos que eso esta asociado con la emisión de metano, y que nos estamos ocupando en este sentido y que lo hacemos en base a la investigación, genera en quienes nos escuchan una imagen muy buena. Los escuchas cambian su cara. Tenemos que usar para cambiar el clima de negocios. Hereford ha tenido un rol muy importante y lo va a seguir teniendo.

-¿Qué tan viable es estudiar las dos razas, Angus y Hereford, en conjunto?

-La investigación ha permitido tener más argumentos para identificar animales más productivos. Primero se evaluaban simplemente mirándolos. Después se empezaron a tener los EPD’s y, luego, con sus medidas para tener mayor confianza en la toma de decisiones, pero ahora estamos llegando a los genes. Podemos saber si están presentes o no algunos marcadores genéticos. Podemos tener aun más confianza de que este animal se destaca en tal producción o en tal otra. Estos genes no conocen de razas: están o no están. Ahí es posible saber qué información de una raza sea útil para otra. En Uruguay los recursos son escasos y donde es un pecado duplicar esfuerzos. Me focalizaría en características nuevas que pueden ser importantes y en qué estrategias asociativas pueden ser mejores: estoy pensando en la adaptación al cambio climático, en mayor calor, estoy pensando en resistencia a parásitos internos o externos que puedan utilizar menos productos químicos y tener menos riesgos de contaminación a nuestras carnes. Por ahí creo que hay cosas para actuar, respetando las diferencias de cada raza por conquistar mayor parte del mercado. Hay lugares donde todo el Uruguay puede beneficiarse.

-¿Qué mostró el INIA en su stand de la reciente Expo Prado?

-Expo Prado es un lugar de contacto con dos públicos distintos: está el clásico, que es el sector agropecuario; y está el urbano que financia al INIA y es quién también se beneficia de sus productos a través de la inocuidad y calidad de los alimentos. Muchos de estos son variedades que producimos desde la genética, pero también son producto del manejo que recomendamos. Involucra también a este nuevo concepto de la sociedad de hoy, el de una sola salud, eso es un buen vínculo. Esto es lo que mostramos: un espacio verde que recuerda a los hábitos naturales a los recursos con los que el país ha sido bendecido y a su vez que los potencie. El desafío es sacar de ellos el mejor provecho respetando tanto la sostenibilidad de los mismos, pero también en la ética nuestra para producir y lograr ahí nuestro sustento. El sector agropecuario directa e indirectamente afecta a la calidad de vida de todos los uruguayos.

-Una apuesta por todos los eslabones de la cadena: desde la ganadería a la apicultura.

-Sí, el sector apícola tiene una importancia estratégica cuando se trata de dar la imagen de nuestro país. Un país que es capaz de exportar miel, es la mejor manera, una forma sumamente directa de mostrar que estamos en un entorno amigable para producir alimentos.

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