La Rural de Melilla 2025 culmina hoy una edición que será recordada por su alta concurrencia, la diversidad de empresas participantes y un clima otoñal que acompañó con matices a lo largo de toda la exposición. Desde su apertura, el pasado jueves, el predio de la Asociación Rural del Uruguay recibió a miles de personas que recorrieron los stands de más de 300 empresas vinculadas al agro, en una feria que combinó tecnología, genética, remates, conferencias técnicas y muestras en vivo.
El viento fue protagonista en varias jornadas, poniendo a prueba la firmeza de las carpas y desafiando la paciencia de expositores y visitantes. Sin embargo, no logró empañar el entusiasmo general ni frenar la circulación constante de familias, productores, escolares y estudiantes universitarios que se acercaron a ver lo último en maquinaria, cultivos, ganadería y soluciones tecnológicas aplicadas al campo. El otoño, ya instalado, ofreció mañanas frescas, cielos limpios y una temperatura amable para recorrer cada rincón del predio.
Uno de los momentos más comentados de esta edición fue el discurso inaugural de Rafael Ferber, director de Exposiciones y presidente entrante de la ARU. En una intervención poco convencional, Ferber propuso un recorrido oral por el histórico camino de tropas que une el sur con el norte del país, describiendo punto por punto el entramado productivo que atraviesa viñedos, tambos, soja, arroz y forestación. “Durante 150 años, la riqueza del Uruguay venía de norte a sur. Hoy, el proceso es al revés”, dijo, en un pasaje que logró captar la atención incluso de los más distraídos. Su planteo, simple pero contundente, fue recibido con aplausos y terminó con una frase que ya circula en redes: “Yo lo veo como si hubiera un dron por arriba... y qué lindo país, por Dios”.
Otro momento central fue la charla sobre la nueva institucionalidad agropecuaria, con la presencia de las principales autoridades de los institutos públicos vinculados al agro. Allí se plantearon los ejes estratégicos que marcarán las políticas del sector para el próximo período, con énfasis en investigación, sanidad, innovación y articulación público-privada. Fue una de las actividades más convocantes en la sala de conferencias, organizada por Valor Agregado, Rurales El País y la propia ARU.
El remate número 225 de Lote 21, realizado en el marco de la exposición, marcó otro hito. También se realizaron remates de corderos, razas equinas y toros de cabañas tradicionales, acompañados por una gran presencia de público y un ambiente de negocios activo.
La muestra genética fue otro de los pilares de esta edición. Participaron razas bovinas como Holando y Normando, con juras de calificación y concursos que atrajeron a técnicos, productores y estudiantes. Se destacó la tercera Exposición Nacional de Hembras Jóvenes Holando, así como el Concurso de Corderos de ARU, que volvió a poner foco en la calidad carnicera y la eficiencia productiva. También hubo lugar para las razas ovinas Frisona Milchschaf, Hampshire Down, Dorper y Suffolk, con degustaciones de carne ovina y charlas técnicas. En el plano equino, las razas Appaloosa, Cuarto de Milla y Paint ofrecieron pruebas funcionales, embretadas y remates con muy buena convocatoria.
Melilla volvió a tender puentes entre el campo y la ciudad. El público familiar se mezcló con técnicos y profesionales del agro, en un predio que combinó charlas sobre bienestar animal, innovación tecnológica, eficiencia productiva y prácticas sostenibles. Desde los campos demostrativos hasta las dinámicas con drones, desde las conferencias hasta las degustaciones, la Rural de Melilla 2025 confirmó por qué es un evento clave para el agro uruguayo. Una exposición diversa, abierta, y conectada con los desafíos del presente y las oportunidades del futuro.