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Un documento clave

La Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (CPDC) denegó la compra de tres frigoríficos de Marfrig por parte de Minerva. El fallo unánime de la comisión es abundante en argumentos y marca un antes y después para la cadena cárnica.

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Ha sido el tema clave para el sector cárnico en los últimos meses y la decisión de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (CPDC) era esperada con ansiedad por todo el ámbito ganadero y -en general- por todos los actores de la economía uruguaya; también con expectativa política. En un episodio algo confuso y sorpresivo, desde Presidencia de la República se informó la semana pasada que la CPDC rechazaría el negocio entre Minerva y Marfrig, en el que la primera compraría 3 frigoríficos (casi todos) a la segunda ¿Por qué no lo anunció directamente la Comisión? El episodio no cayó bien en el Ministerio de Economía, del cual depende dicho órgano. En cualquier caso, ya esta semana se conoció el pronunciamiento formal de la CPDC.

El fallo es el resultado de un trabajo amplio y profundo, en el que hubo intercambio de información con las empresas, consultorías y el valioso aporte de INAC, con datos y análisis sectorial. Uruguay ha comenzado en estos años a aplicar el nuevo marco legal de promoción y defensa de la competencia, de mayor alcance y profundidad respecto a lo que se venía manejando hasta el año 2019, cuando la nueva ley reforzó la capacidad de acción del Estado (a través de la CPDC) para promover los mercados abiertos y la competencia. Dudo de que haya en la sociedad uruguaya una convicción amplia y general sobre este objetivo; entre otras cosas porque se mantiene la vigencia de importantes monopolios estatales. Además, la legislación laboral habilita el accionar amplio de sindicatos a nivel de rama, lo que -más allá de la legítima defensa de los intereses laborales-, tienen justamente el efecto contrario: reducir la capacidad de competencia de nuevas empresas. Pero estos son otros asuntos (o no tanto).

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En lo referido específicamente al sector cárnico el fallo tiene algunos argumentos esenciales y pone el foco en el mercado crítico para el negocio ganadero: el mercado del ganado pronto para faena, que es allí donde estaba centrada la discusión.

Plantea primeramente que estamos ante un sector que ya ha tenido una reciente y creciente concentración. En efecto, el avance de los propios grupos brasileños Marfrig y Minerva en los últimos años es la tendencia principal, en un sector donde también han entrado otros actores. Hemos dicho en esta misma columna que la presencia de los grupos brasileños en los últimos años ha sido un aporte clave para la cadena cárnica; esto no quita que su creciente porción de mercado no sea una amenaza para la competencia en el sector ganadero. La compra de casi todos los frigoríficos de un grupo al otro era un extremo difícil de sostener y así lo vio también la Comisión.

Marfrig y Minerva han venido manejando hasta ahora en el entorno de la cuarta parte de la faena total cada uno, en la actividad frigorífica uruguaya. El cálculo exacto establece que - de haberse concretado la compra de los tres frigoríficos a Marfrig- Minerva sumaría el 43% de la faena total. Pero cabe agregar un enfoque que se menciona poco: de haberse concretado la operación, Minerva se quedaría con siete de los principales 10 frigoríficos del país, tomando buena parte de las mejores plantas que tiene el Uruguay. Precisamente, si dejamos de lado plantas de primera línea como Tacuarembó (que quedaba en manos de Marfrig), Las Piedras, y los frigoríficos Pando y San Jacinto (el segundo comprado recientemente por el primero) el resto de las principales plantas del Uruguay habría quedado en manos de Minerva.

Entre esas plantas está el frigorífico Breeders and Packers Uruguay (BPU), que para muchos es la mejor planta de faena que tiene el Uruguay (por lo pronto, es la más nueva). Minerva lo compró recientemente, con el aval de la CPDC. Al presentar el pedido de autorización para aquel negocio, Minerva argumentó que no había riesgos de concentración y abuso de poder dominante porque -entre otros argumentos- en el mercado estaba Marfrig “un grupo económico independiente y fuerte competidor”. Al presentarse ahora para comprar las plantas de Marfrig, el argumento se le volvió en contra y el fallo de la Comisión expone esto con claridad.

Por si fuera poco, el negocio -ahora denegado- establecía una “cláusula de no competencia” pactada por las partes en el contrato, lo que para la CPDC fue un argumento adicional para su fallo. Asimismo, la CPDC señala que el hecho de que un accionista importante de Minerva (SALIC, Compañía Saudita de Inversiones en Agricultura y Ganadería), sea socio de Marfrig en la empresa BRF, puede facilitar la comunicación entre las empresas “suavizando” la competencia entre ambas.

Punto central.

La comisión plantea específicamente que la concentración planteada en el negocio habría tenido efectos negativos en el mercado de ganado para faena (lo que compran los frigoríficos), señalando también una afectación negativa potencial en el mercado de carne vacuna (lo que venden los frigoríficos).

Menciona específicamente que se contrapondría una empresa con 43% de la faena ante un sector productor altamente atomizado. Esto implicaría un aumento sustancial en el poder de compra de Minerva con “riesgos para una competencia efectiva”. Además, señala que “en la medida que los frigoríficos más pequeños tienen una menor capacidad de faena y menor capacidad financiera, “su capacidad de ejercer una presión competitiva efectiva sobre la empresa que se proyecta concentrar (Minerva) es limitada”. De tal manera que la operación aumentaría el grado de concentración en el mercado de compraventa de ganado gordo, con una empresa con posición dominante y poder como para afectar unilateralmente la competencia efectiva (puntos 37 y 38 de los considerandos del fallo).

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Otro aspecto clave del fallo es el rechazo de la CPDC al argumento de que la posibilidad de comercializar ganado en pie al exterior es una válvula de escape para los productores en el mercado de ganado para faena (punto 14 de los considerandos). No cabe la menor duda que esto es algo que ha actuado y actúa positivamente en la dinámica de la cadena cárnica en el mediano y largo plazo. La habilitación a la exportación de ganado en pie -que estuvo por muchas décadas prohibida en el Uruguay y que a nadie hoy se le ocurre reimponer- ha sido un garante para una sana formación de precios en el mercado de reposición y -por tanto- en el mercado de ganado gordo. Sin embargo, la comisión establece que se trata de mercados esencialmente distintos, por lo que la posibilidad de exportar ganado en pie no neutraliza el efecto negativo que tendría una concentración excesiva en el mercado de compra de ganado gordo por parte de los frigoríficos.

Este es un concepto relevante: por el hecho de estar en una misma cadena dos mercados no tienen por qué tener el mismo comportamiento. Lo mismo podría decirse en la comparación que muchas veces se hace -de manera lineal y equívoca-, entre el mercado de la carne de exportación y el propio mercado de ganado gordo. También son mercados distintos y si bien a la larga deberían tener cierta confluencia, puede moverse de forma no paralela en particular en el corto plazo (gráfica). De todos modos, la CPDC señala que la concentración planteada puede hacer que dicha confluencia pueda afectarse, en dimensión y plazo.

¿Y ahora?

Conocido el fallo de la CPDC, los participantes en el negocio denegado tienen instancias de apelación, algo que ya Minerva anunció que haría en los próximos días. La Comisión tendrá un plazo para responder y podría haber instancias de alzada en otros organismos. Mientras, la cadena cárnica deberá seguir su derrotero. Surgen en este escenario, obviamente, muchas preguntas. Desde Marfrig, se ha remarcado que la empresa seguirá adelante con su funcionamiento actual, más allá del resultado del negocio denegado. Sin embargo, no pasa inadvertido que Marfrig está concentrando inversiones en el Frigorífico Tacuarembó, buque insignia del grupo desde su entrada en Uruguay, cuando lo compró a la familia Secco. Por contraste, surge la inquietud de qué pasará con el resto de las plantas. El sindicato de trabajadores ha manifestado su preocupación respecto al mantenimiento de los puestos de trabajo en todas las plantas que hoy están activas. La CPDC busca garantizar la competencia y el libre mercado. La actividad, el trabajo, la inversión y el crecimiento dependen de la propia actividad empresarial. Que no se decreta.

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