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Perspectivas auspiciosas

Se prevé que los volúmenes de importación de productos cárnicos, lácteos y hortifrutícolas, así como sus precios, continúen creciendo

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Por Rafael Tardáguila 

Si China cumple con su objetivo de agregar 189 millones de personas a la clase media en el correr de la próxima década, seguirá creciendo su demanda por productos cárnicos, lácteos y hortifrutícolas, ya que su producción doméstica no podrá acompañar el aumento de la demanda. Por lo tanto, los volúmenes de importación de estos productos, así como sus precios, seguirán creciendo. Estas son las principales conclusiones de un informe elaborado por el Servicio Agrícola Internacional (FAS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en el que analiza el mercado de importación chino de productos agrícolas. 

China ha sido el gran motor de la demanda internacional de alimentos debido al consistente crecimiento de su economía y la mejora del poder adquisitivo de buena parte de su población. Por más que la tasa de crecimiento de la economía se moderó, lejos está de detenerse. Las tasas de dos dígitos anuales quedaron definitivamente atrás; no era posible mantenerlas de forma indefinida. Ahora crece en el entorno de 6-7% anual y la expectativa es que se modere al eje de 5% en los próximos años. Por supuesto, sin tener en cuenta este año tan atípico por la pandemia. 

Pero, incluso, China será de los países con mejor comportamiento de su economía y es posible que sea de los pocos que no tenga un PBI negativo al pasarle raya al 2020. Esta semana la moneda china subió fuerte, respaldada en favorables datos de su actividad económica. Hasta el viernes fue feriado en China y el movimiento en rutas y aeropuertos fue bastante mejor del que se preveía, lo que indica que la población está perdiendo el miedo a salir, en la medida que la batalla contra el Covid-19 viene dando buenos resultados. La moneda también se ve respaldada por las expectativas de que Donald Trump pierda las elecciones en noviembre. Se supone que de triunfar el partido Demócrata, la política estadounidense hacia China va a ser menos agresiva, en especial desde el punto de vista de las relaciones comerciales. 

El mencionado reporte del USDA no tiene en cuenta estos avatares; deja de lado las coyunturas y mira las tendencias de largo plazo. Establece que se ha producido un drástico cambio en la composición de las importaciones chinas de alimentos. Hasta 2012 el crecimiento estaba dado por los mayores embarques de productos a granel (soja, maíz, entre otros) utilizados como insumo para la alimentación animal. Ese año se detuvo el crecimiento de la importación de esos productos (más allá de que, puntualmente, en este 2020 las importaciones de soja crecieron fuertemente debido a que está acopiándose ante eventuales problemas en la cadena de suministro determinados por la pandemia de Covid-19) y comenzaron a crecer las de productos dirigidos directamente al consumidor final, caso de carnes, lácteos, frutas y hortalizas. 

En el caso de la carne vacuna el crecimiento de las importaciones desde 2012 ha sido exponencial, promediando 48% anual. Para los lácteos la situación es similar, fundamentalmente en el caso de fórmulas infantiles. 

Pero, además, a China le queda mucho por crecer en estos rubros. Por ejemplo, el consumo per cápita de lácteos promedió 35 kilos por habitante en 2019. En la Unión Europea alcanza los 300 kilos. En la medida que millones y millones de chinos sigan mejorando su poder adquisitivo, incorporándose a la clase media, su demanda por este tipo de productos seguirá creciendo. La occidentalización de las costumbres en estos países del Oriente juega en el mismo sentido. La carne vacuna es un producto relativamente nuevo para los habitantes de este país. Lo ven en las películas de Hollywood, lo tienen en las cadenas de comida rápida que pululan en sus ciudades, y les gusta consumirlo. Es más, está muy bien visto como obsequio, una coqueta cajita —las que se ven en la foto— con un apetecible bife de carne vacuna. 

Esta mirada de largo plazo, así como no toman en cuenta la pandemia, tampoco toman coyunturas como la de estos años en los que las necesidades de importación de carnes por parte de China se han visto aceleradas por la peste porcina africana, presionando fuertemente al alza los precios de importación. Por lo tanto, no quiere decir que las referencias de precios sean superiores a las alcanzadas en estos tiempos. Pero dan la tranquilidad en cuanto a que las necesidades, dejando de lado las coyunturas, seguirán una tendencia de crecimiento. 

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