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La nueva competencia

Oportunidades y amenazas en el mercado cárnico. Muchos corrales de engorde dependen del futuro de la Cuota 481. Uruguay deberá defender sus intereses, en particular exponiendo sus antecedentes como productor consecuente. Parte de los pesos que llegarán al campo se definen en estos meses, en los escritorios en Bruselas...

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Ing. Agr. Nicolás Lussich.

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Las ventas externas de carne bovina sumaron US$ 137 millones en octubre, casi 20% por encima de lo registrado en igual mes del año pasado. El aumento se explica por el volumen exportado, que creció 27% interanual, mientras el precio (peso embarque) fue 7% inferior. Los datos ilustran la pujanza del sector, que se mantiene liderando las exportaciones (junto a la celulosa). Los menores precios preocupan, aún con el aumento -modesto- en el valor real del dólar. También ayuda el aumento en las importaciones cárnicas, que cubren consumo interno y “liberan” quilos para exportar más.

En los próximos meses, se vislumbran nuevos desafíos. Por un lado, la producción local puede ceder por una esperable reducción de la oferta, luego del aumento de faena de los últimos años. Cuestiones de ciclo que, en principio, no reflejan problemas de fondo sino los ajustes naturales de una producción de base biológica y que -además- ha tenido un fuerte aumento en la extracción (parte de ella desde su base criadora, a través de la exportación en pie).

Es en el escenario externo donde se ven las mayores incertidumbres. Según las proyecciones del USDA (sigla en inglés del Departamento de Agricultura de EE.UU.) la demanda global de carne se presenta sostenida, con China liderando las importaciones, aunque el aumento proyectado en las compras chinas el año próximo es algo menor al de este año (ver gráfica). En 2019 las importaciones totales subirían 3,5%, con China creciendo 10% (venía creciendo a un ritmo de 20% anual).

Los principales exportadores están en circunstancias distintas para seguir respondiendo a dicha demanda. Australia está en un momento de retracción por la sequía, y ocupará los próximos meses en recomponer el stock, por lo que abrirá espacios a otros exportadores. Uruguay puede captar la oportunidad, pero tendrá una mayor competencia por la expansión de la oferta de los grandes vecinos del Mercosur, algo que ya se está vislumbrando en los últimos negocios.

Después de mucho tiempo, se proyecta que Argentina vuelva a superar a Uruguay en volumen exportado de carne (ver gráfica). La tendencia no debería sorprender, dado el gran potencial cárnico de Argentina, que está aumentando los pesos de faena para retomar presencia en el mercado internacional, mientras recompone el stock. Esto puede presionar los precios, aunque la colocación no será un problema. Sí será necesario ajustar costos, para lo cual el tipo de cambio es clave (dada la situación fiscal, bajas en tarifas y otros costos parecen difíciles).

Además de nuestros vecinos, EE.UU. también se muestra dinámico, con récords proyectados para 2019 tanto en la producción (12,7 millones de toneladas, un aumento de 4%) como en la exportación (1,5 millones de toneladas, un aumento de 3%). EE.UU. aumentará ventas en México, Canadá, Japón y Corea, dejando a China -cada vez más- como mercado clave para los productores sudamericanos. Las exportaciones de carne vacuna de Uruguay a China en octubre representaron 65% del total. En el acumulado anual, China ya responde por más del 50% de los destinos (en menudencias se lleva casi el 80%).

¿Constituye esto un riesgo? Sí, pero difícil de evitar: China es el gran demandante mundial y un lugar donde no se pueden perder oportunidades de crecer. La competencia es dura, no tenemos mayores ventajas arancelarias y no somos un proveedor de volumen suficiente como para imponer condiciones, pero Uruguay avanzó mucho en el conocimiento del mercado chino y en la calidad de su producto, que es reconocido y tiene una inserción de mercado valiosa, que permite mantener las colocaciones y ampliarlas. En el marco de la guerra comercial con Trump, el líder chino Xi Jinping planteó la posibilidad de reducir aranceles a otros proveedores, dentro de los que podría estar Uruguay. Pero los contrarios también juegan y habrá que ver qué impacto neto puede tener una medida de ese tipo.

La preocupación viene más por el lado de los precios: China está mostrando cierta desaceleración en su dinámica económica y ha devaluado su moneda, todo esto en medio de la dura guerra comercial con EE.UU. Las últimas cifras de crecimiento del PIB chino se ubican en 6,5% anual (dato del 3er. Trimestre). Para países desarrollados, un crecimiento de esta magnitud constituiría una verdadera revolución económica, pero para China -que está procesando un cambio social profundo, con millones de personas que dejan todos los años el campo para ir a las ciudades- se necesita un crecimiento “base” de 3-4% para que ese proceso sea viables y no se produzca una crisis; China sigue creciendo claramente por encima de dicho guarismo, pero la distancia es hoy por hoy más estrecha.

Otro elemento que genera incertidumbre es la renegociación de la cuota 481 entre la UE y EE.UU. Recordemos que esta cuota fue una compensación de la UE a EE.UU., luego que la OMC fallara a favor de los norteamericanos un litigio por la exportación de carne con hormonas. Como no se podían asignar cuotas exclusivas a países, Uruguay y otros “aprovecharon” la nueva puerta de entrada a Europa.

Ahora los EE.UU. quieren renegociar la cuota, porque se sienten perjudicados. Los cambios implicarían que una parte quedaría en exclusiva para EE.UU. Serían -en principio- unas 20.000 toneladas que pasarían a 35.000 en unos años. Hoy, la cuota total es de unas 45.000 toneladas. En el peor escenario, quedarían solo 10.000 para el resto de los exportadores, con una Argentina cada vez más agresiva. Sería un golpe duro: Uruguay ha exportado cerca de 15.000 toneladas anuales a través de dicha cuota, uno de sus negocios más atractivos por su alto valor y previsibilidad. Muchos corrales de engorde dependen de la 481. Uruguay deberá defender sus intereses, en particular exponiendo sus antecedentes como productor consecuente. Parte de los pesos que llegarán al campo se definen en estos meses, en los escritorios en Bruselas.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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