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Encrucijada ganadera

Es un hecho que en el actual ejercicio el rodeo vacuno descenderá debido a que la cantidad de animales que ingresará al sistema será baja. Pero si a eso se le agrega un envío a faena de una numerosa cantidad de vacas, se merodearán los 11 millones de cabezas, cantidad de la que no se cae desde el primer año de este siglo

Ing. Agr. Rafael Tardáguila | rafael@tardaguila.com.uy

La ganadería uruguaya enfrenta un desafío que hace varios años no se da. Su rodeo de cría se contrajo y es el más chico en más de 10 años, lo que hará caer la producción de terneros este año y, de no revertirse, podría comprometer la futura producción de carne.

De acuerdo con los datos del Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG), al 30 de junio pasado había 4,12 millones de vacas en el rodeo de cría, 103 mil menos que un año antes y más de 230 mil por debajo del máximo histórico alcanzado en 2020. Además, es la menor cantidad desde mediados de 2012, último en el que no llegó a 4,1 millones de cabezas.

La reducción del rodeo de cría tiene dos causas. Por un lado, los productores aprovecharon los históricamente altos precios del ganado a faena en el ejercicio 2021/22 y se embarcaron muchos vientres. En esos 12 meses se faenaron más de 1 millón de vacas y, si se suman las vaquillonas, llegan casi a 1,4 millones de cabezas, cantidad récord. Por otro, la sequía redujo la tasa de preñez en el último entore, por lo que quedaron muchas vacas vacías que se fueron a las invernadas. La cantidad de vacas de invernada aumentó en 138 mil cabezas en el año a 583 mil, la mayor en 27 años.

Este menor rodeo de cría, sumado al descenso de la tasa de preñez, hará que la generación de terneros 2023, de la actual parición, caiga de forma importante. Cuando se contabilice a mediados del año que viene, seguramente se ubicará cerca de los 2,5 millones de cabezas, la generación más chica desde la nacida en 2009 —y contabilizada en el DICOSE de 2010— que también había sido negativamente impactada por la gran sequía de 2008/09.

De tratarse de un solo año, no habría mucho de qué preocuparse. La apuesta a la cría se mantendría para el año siguiente, con la inversión necesaria para que las vacas lleguen al entore con buen estado corporal y se llegue, si no hay mayores inconvenientes climáticos, a una alta tasa de preñez. Es probable que una mayor cantidad de vaquillonas pase a engordar el rodeo de cría, teniendo en cuenta los pobres números de los corrales de engorde y los bajos precios de los animales a faena. Esto debería ayudar a que la caída en el rodeo de cría no sea tan fuerte.

Pero los valores a los que ha llegado el ganado a faena encienden una luz amarilla. Precios por debajo de los US$ 3 por kilo carcasa para los animales a faena, más aún con un tipo de cambio atrasado, no parecen ser lo suficientemente atractivos para sostener buenos niveles de inversión en la ganadería, fundamentalmente a nivel de la recría y la terminación, pero tampoco en la cría.

Vacas de cría y terneros destetados

La ganadería uruguaya logró un gran desarrollo en la última década. En base a precios históricamente altos, aprovechando la intensa demanda internacional mejor que cualquier otro país de la región, logró eludir períodos de liquidación del rodeo. Aunque hubo momentos de reducción de las existencias (ejercicios 2018/19 y 2021/22), la caída fue acompañada por muy altos precios sectoriales que permitieron aprovechar la situación e incrementar la inversión sectorial. Ahora, baja de precios mediante, la situación es distinta.

La faena de vacas aumenta de forma acelerada en los últimos meses. De un piso de 720 mil en los 12 meses a junio de 2023 se llegó a 808 mil en los 12 meses a octubre. Es claro que este crecimiento es consecuencia de la cantidad de vacas que no se preñó en el último entore, pero combinado con los bajos precios sectoriales podrían llevar a que el envío de vacas a faena se mantenga alto en los próximos meses, comenzando a comprometer la cantidad de terneros en las siguientes generaciones.

Es un hecho que en el actual ejercicio el rodeo vacuno descenderá debido a que la cantidad de animales que ingresará al sistema será baja. Pero si a eso se le agrega un envío a faena de una numerosa cantidad de vacas, se merodearán los 11 millones de cabezas, cantidad de la que no se cae desde el primer año de este siglo.

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