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El llamado de la tribu

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CAMILA_ALDABALDE

Como el ganado que se mueve en bloque para defenderse de sus predadores, el Homo sapiens en la indefensión de sus primeros pasos, encontraba en su manada, la tribu, el único lugar que le generaba cierta seguridad. Cuanto más incomprensible y desconocida fuera la naturaleza allá afuera, más le abigarraba dentro de su caverna y más crítico era el acatamiento a su jefe.

Es imprescindible recordar nuestro “material de fábrica” para entender lo difícil que es sustraerse de ese llamado atávico de la tribu que no ha logrado domesticarse por completo, de la ancestral pulsión gregaria que anida en cada individuo, del poderoso y seductor vértigo de la manada. No son casuales las dificultades de adopción de las ideas liberales que invitan a salir de la caverna.

El Uruguay ganadero brama al unísono contra la compra de tres plantas frigoríficas de Marfrig por parte de Minerva y respetuosamente creo que presionan a Poncio Pilato con un sonoro ¡A Barrabas! Esa es la razón para fundamentar aquí mi opinión en minoría, basado en lo que Vargas Llosa nos enseñara.

1. ¿Por qué es buena la adquisición?

Porque si creemos que el mercado es un lugar donde voluntariamente se intercambia la propiedad privada, el negocio debe ser bueno e importante para ambos. Marfrig debe reducir su exposición financiera y lo que recibe de Minerva la fortalece al punto que sus acciones subieron a partir de la comunicación de intención del negocio. Porque Minerva, que seguramente ha optimizado su proceso productivo, ahora va por el otro motor para ser competitivo: la escala. Gracias a la escala de Apple es que Cristiano Ronaldo y yo utilizamos los mismos auriculares. ¿Qué empresas tendremos enfrente si no pueden optimizar su competitividad?

Porque tratándose de jugadores profesionales, el resultado de un rechazo será la elección de otro país para consolidar sus respectivos imperios, para ellos es un mandato. En este sentido, Brasil ha digitado a los integrantes de su comisión de defensa de la competencia para asegurarse la aprobación, mientras nosotros seguiremos por aquí pobres, pero teniendo razón.

Porque detrás de este negocio, hay un país árabe que puso mucho dinero para este negocio y pagó por cada planta el doble de lo que valen, motivado por un indisimulable padecimiento de inseguridad alimentaria. Una negativa en Uruguay es un mensaje directo de que se saquen los nervios en algún otro lugar.

2. ¿Por qué no es mala la adquisición?

Porque la realidad dice que el solitario argumento de colusión aumentada y aplicada a la fijación de precio del ganado, no puede ser mayor en Uruguay. La competencia entre diferentes plantas nunca existió en el último siglo. Su estrategia combinada y planificada solamente ha cambiado los medios de comunicación pasando de reuniones en un bar, a grupos de Whatsapp y ahora a la propiedad de las acciones. Pero nunca ha dejado de existir. En esa centena de años, la información y la libertad del oferente de ganado ha sido la explicación de una exitosísima curva en la que el precio del ganado y el valor de la exportación se mueven como una demostración de nado sincronizado.

No es necesario transferir la titularidad de las acciones para que hoy, tanto Marfrig como Minerva, movidos por el mismo interés de concretar el negocio, hicieran lo que quisieran con el precio del ganado si hubiera sido posible. Sin embargo, acabamos de asistir a un período de mercado favorable a la industria frigorífica en la que, de acuerdo al valor de la carne exportada, se pagó menos de lo que se podía, debido a una gran oferta de ganado gordo. ¿Alguien imagina que dos empresas de la potencia de la que hablamos, si hubiera podido, habría permitido esta irritación en nuestros ganaderos a semanas de un fallo?

Es decir, estas dos empresas en este momento son el 50% de la demanda y pese a ello, el ganado vuelve a subir porque esa sobreoferta se terminó. Aquí tampoco hay fallos del mercado.

Los problemas de precio lo arreglan los precios. Es por eso que devolverle la libertad para la exportación en pie del ganado al productor, que fuera quitada por la resolución 826/13 del 18 de noviembre de 2013, constituye un empoderamiento varias veces superior al que tiene la industria fusionada. Estoy en las antípodas del diagnóstico que los ganaderos tienen sobre sus amenazas. No se trata de liberar a Barrabas, que en esta metáfora podría ser un empresario prebendario, sino en darle la libertad a Jesús.

La comisión de Defensa de la Competencia no tiene ni en su reglamento ni en las pruebas a recabar, elemento alguno para fundamentar una cadena cárnica susceptible a la colusión de la industria. No resistiría una revisión del VAR, por lo que todo quedará en manos del señor Pilato.

pcarrasco@conexionganadera.com

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