La evolución del precio del novillo gordo en lo que va del año es prácticamente un calco de como arrancó el pasado. Pero la expectativa para adelante es que comience a diferenciarse, porque no está dentro de lo previsto que se dé un espiral alcista como el que aconteció en el primer cuatrimestre de 2023, cuando el novillo gordo especial se llegó a pagar US$ 4,30 el kilo carcasa sobre fines de abril.
Un año atrás, el regreso de los importadores chinos tras los festejos del Año Nuevo Lunar fue con una intensa demanda que, en principio, confirmaba lo previsto: que sus compras (y precios) evolucionarían al alza una vez levantada la política de cero Covid. Ya se sabe cómo terminó eso.
En este mes y medio que va de 2024 los precios han hecho la misma curva que en 2023 y con valores muy similares. De acuerdo con las referencias semanales de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG), el año comenzó con un precio de US$ 3,40 el kilo carcasa por el novillo especial de pradera (5 centavos más que el año anterior), tendió al alza durante la primera quincena -lo usual en esas semanas debido a que muchos productores están en su licencia anual-, luego los precios se moderaron cuando los frigoríficos redujeron la demanda por animales de pasturas cuando la ventana de cuota 481, de carne de animales terminados a grano -provenientes de sus propios corrales o con negocios cerrados con anterioridad- y una vez culminada esa ventana, retomando la tendencia alcista que ha llevado al novillo especial de pradera a US$ 3,55-3,60 el kilo carcasa, valores que se reflejarán en la planilla de consignatarios de mañana.
Esto es un calco de lo que pasó el año pasado, centavos más o menos. A partir de esta semana en 2023 comenzó una rápida escalada de las cotizaciones que, dadas las actuales condiciones del mercado internacional, parece muy difícil que se repita, por lo que las curvas comenzarán a diferenciarse, quedando 2024 por debajo de 2023 en lo que resta del primer cuatrimestre del año.
Esto porque en el mercado internacional no prima el optimismo -luego frustrado- que se percibía al comienzo del año pasado. La actitud de la demanda, fundamentalmente la de China -que es quien mueve la aguja- es de cautela. Lleva volumen, pero presiona los precios a la baja y no muestra disposición a aceptar propuestas de cotizaciones más altas.
Un importador de China comentó a la publicación Faxcarne que, aunque el movimiento de gente durante los feriados del Año Nuevo fue muy importante, eso no se reflejó en una mejora significativa en la demanda por carne vacuna. La fuente dijo que “la oferta sigue superando a la demanda”. De todas formas, consideró que la situación de la oferta es como un triángulo invertido, con mucho stock en manos de importadores y poco a nivel minorista. “Los restaurantes no tienen mucho inventario”, aseguró, aunque recordó que luego de los feriados “comienza la temporada de baja demanda”, por lo que las compras son de relativamente bajos volúmenes.
Mirando el año hacia adelante, el importador chino consideró dos factores: el consumo seguirá priorizando carne de precios más baratos, en tanto que, desde el lado de la oferta de carne vacuna, es elevada no solo en el caso de la importada, sino también la producción doméstica. “Los precios de la hacienda en el mercado interno bajaron rápido recientemente, lo que está indicando un proceso de liquidación de existencias”, analizó.
Por otra parte, un operador del mercado mayorista en China aseguró a Faxcarne que el “consumo interno de carne vacuna” se mueve “muy lento” y que con el nivel de ingreso de carne de los últimos meses es más que suficiente para atender esa demanda. Además, en el mercado existe un componente de especulación producto de que se espera (a la brevedad) la habilitación de alrededor de una veintena de nuevas plantas brasileñas. “Ello implicará que habrá más oferentes de carne para China; eso pesa en el mercado y en sus expectativas de precios”, indicó.
Por lo tanto, lo que están observando los operadores en China -al igual que los exportadores y traders de esta parte del mundo- es un mercado chino que siga demandando, pero con precios que, en el mediano plazo, no se espera que tengan una recuperación significativa.
Esta expectativa de precios del principal demandante oscilando en los actuales niveles lleva a vislumbrar un mercado de la hacienda a faena evolucionando de forma similar. Aunque hay un componente de oferta interna que jugará a favor de los vendedores -la oferta este año va a ser menor que en el pasado, fundamentalmente la de vacas-, los frigoríficos seguramente tendrán una actitud cautelosa, evitando un recalentamiento del mercado que tiña de rojo sus números.