El presidente de Conaprole, Gabriel Fernández, está participando de la delegación oficial en China y manifestó su conformidad con el encuentro, asegurando que “fue una actividad muy fructífera para el Uruguay todo”.
En Valor Agregado de radio Carve, comentó que hubo un tratamiento “muy particular” del gobierno chino hacia la delegación de Uruguay y al presidente Luis Lacalle Pou en particular.
“Es una visita de Estado muy significativa. La reunión de los presidentes fue muy fructífera. China y Uruguay están muy alineados para avanzar con algún Tratado de Libre Comercio. Obviamente, hay algunos temas que tenemos que solucionar, pero creo que esto es un paso grande que va a empezar a cambiar de a poco el comercio entre los dos países, aumentar las posibilidades del comercio no solo en los lácteos, sino en una cantidad de acuerdos que se firmaron”, expresó.
En este marco los representantes de la empresa Conaprole firmaron un acuerdo de sostenibilidad con la empresa Yili, que representa una buena señal para las exportaciones lácteas de Uruguay a China y, por lo tanto, una buena noticia para todo el sector.
“Es un acuerdo de intención entre las dos empresas que habla fundamentalmente del trabajo conjunto para incrementar la producción, pero sobre una base sostenible. Eso creo que son elementos que terminan llevando al comercio”, resaltó.
Por otra parte, el presidente de Conaprole hizo referencia a que los aranceles “son un elemento importante”. Comentó que a partir de enero del año que viene Nueva Zelanda entrará a China con arancel cero en todos los lácteos. No obstante, aclaró que “no es una condición que Uruguay vaya a conseguir rápidamente o por lo menos en forma inmediata”, pero opinó que esto “fue un paso muy importante hacia eso”.
“Creo también que China entiende claramente la voluntad de Uruguay y la acompaña, y por lo menos eso fue lo que en todas las reuniones se manifestó. Creo que todas estas actividades terminan conllevando a un incremento de la comercialización”, dijo y agregó que no hay dudas que los aranceles o las diferencias arancelarias con los competidores “son una barrera más que un problema”.