Ayer culminó la feria de la alimentación del SIAL en la ciudad de Shanghái, con la demanda por carne vacuna manteniendo una actitud de cautela y presionando los precios de compra a la baja.
Los importadores manejan como principal argumento que la demanda en China no está funcionando de forma adecuada. Fue muy largo y penoso el período de cuarentenas, tres años en los que la actividad económica se derrumbó, muchos perdieron su trabajo y no son pocos los negocios que todavía no volvieron a abrir. A nivel de restaurantes, en una de las principales cadenas en China dicen que el nivel de actividad es 70% del que era previo a la pandemia. Se va recuperando, pero de a poco.
Esto lleva a que se hayan acumulado stocks muy importantes de carne. “La expectativa de consumo que había para los feriados de la primera semana de mayo (por la celebración del día del trabajador) no se colmaron”, dijo una de las principales de COFCO, que lidera en la importación de carne vacuna a China. “Esto hizo que los precios a partir de ese momento sufrieran una presión adicional a la baja”.
A esto se suma una oferta de Brasil que es relativamente abundante. Este país está en fase de liquidación de su rodeo, por lo que aumentó la producción, y encuentra una demanda interna floja debido a su pobre situación económica. Por lo tanto, incrementa su saldo exportable con precios del ganado más bajos que le permiten ser competitivos incluso con menores precios de exportación.
La pregunta es cuánto tiempo durará esta situación. Hay quienes suponen que en un par de meses comienza a levantar y hay quienes opinan que la debilidad de la demanda china se extenderá por todo el año.
Lo que es claro es que hay que esperar a que la economía china se recupere. Está siendo doloroso el proceso de dejar atrás el período de la política de cero Covid, pero gradualmente lo hará. China no dejará de ser el principal mercado importador; más tarde o más temprano volverá con fuerza.
