Con sólida demanda desde la industria, la exportación en pie, los corrales y con condiciones forrajeras casi ideales en buena parte del país a la salida del verano, todas las categorías de ganado están valorizándose y alcanzando referencias que no se veían desde hace tiempo.
Sin embargo, en este contexto el precio de venta del kilo de vaca de invernada parece estar retrasado respecto a otras categorías, claramente en comparación con la escalera de novillos, cuya demanda desde los corrales es muy intensa, o también en el caso de las vaquillonas.
Pero al observar las referencias de la vaca de invernada al bulto, los precios se afirman, dado que en el actual contexto forrajero las vacas se venden en las pantallas a precios relativamente elevados. Al menos eso es lo que se advierte en comparación con los precios en los remates por pantalla de los vientres preñados. “La diferencia usual entre la vaca preñada y la de invernada era de US$ 115-130 y hoy oscila en los US$ 65-70”, dijo a Informe Tardáguila el doctor Guillermo De Nava, quien trabaja fundamentalmente con rodeos de cría en el norte del país.
Eso significa que, al bulto, el precio de la vaca de invernada se ha valorizado más que el de la preñada.
De hecho, en los remates por pantalla de febrero de 2024 el premio de la vaca preñada respecto a la de invernada fue de US$ 133 por cabeza. En los de febrero de este año bajó a solo US$ 61.
La razón parece obvia. En el último remate de Plazarural el peso medio de las vacas de invernada vendidas fue de 412 kilos. Con un promedio de US$ 1,79 por kilo, el precio medio al bulto fue de US$ 737. “A esa vaca en tres meses la sacas con 480 kilos, que van a ser más de US$ 900”, explicó el consignatario Carlos de Freitas.
A todas luces, parece un buen negocio en un plazo de tiempo en el que, por lo corto, las posibilidades de que surjan contratiempos graves que hundan los precios de los animales a faena son muy bajas.