La cuota europea denominada 481, de carne de animales terminados en corrales de engorde, ha sido un motor clave para el desarrollo de la ganadería en el país, dando garantías de precios a los exportadores, que los trasladaban a los productores al momento de encerrar el ganado. No solo aceleró la velocidad de engorde y redujo la edad de faena de los novillo y vaquillonas, sino que permitió trabajar con la certeza y tranquilidad que brinda el hecho de tener un precio de venta al momento de comprar la reposición.
Lamentablemente, esta cuota va gradualmente perdiendo relevancia y así seguirá sucediendo hasta principios de 2026, cuando se pueda participar de un cupo —compartido con otros países, básicamente Argentina— de solo 10 mil toneladas anuales. En los años de apogeo Uruguay llegó a embarcar 16 mil toneladas anuales entre 2016 y 2018. Por lo tanto, todo indica que la participación caerá a bastante menos de la mitad, posiblemente en el entorno de 5-6 mil toneladas anuales. Las posibilidades son dos: o se trabaja con menos animales, o con menos cortes de cada animal.
La ventana de cuota para la carne que ingresará al mercado europeo a partir del próximo 1° de enero comienza sobre fin de mes. Será una cuota más reducida, porque se pasa de 3.700 toneladas trimestrales disponibles para terceros países este año a 3.100 toneladas por trimestre en 2025. En los últimos trimestres los exportadores embarcan a Europa volúmenes que superan ampliamente el cupo. Se estima que para el trimestre que comenzó el 1° de octubre estarán ingresando a la Unión Europea unas 5.700 toneladas, 2.000 más que la cuota. El sistema indica que todo ese tonelaje que se desaduana los primeros días paga una cuota parte del arancel que tiene en cuenta el volumen por el que se supera el cupo, encareciendo ostensiblemente el producto y generando grandes complicaciones a los importadores.
Desde la importación en Europa sostienen que el precio del producto deberá bajar, teniendo en cuenta el sobrecosto arancelario.
Todo esto tenderá a seguir disminuyendo los volúmenes exportados desde Uruguay dentro de la cuota 481. Lo que fue clave para el desarrollo y profesionalización de la recría y terminación de ganado, lo es cada vez menos. Hay que ampliar la paleta de clientes y profundizar la colocación de este producto de alto valor en otros mercados.