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El secreto de la familia que hace 50 años es una máquina de vender carneros

Los Gambetta Saravia son unos criadores de ovinos natos, que por costumbre evolucionan para seguir creciendo y sembrando la pasión

Remate Cabaña El Piramidal, foto Gotta, Archivo El Pais, hoja 19262 del 19851207
Los remates de El Piramidal en la estancia eran multitudinarios, la familia se preparaba para esperar entre 500 y 800 personas, pero además la noche anterior alojaba a unas 70.

"Empezar algo siempre es más difícil que mantenerlo”, expresaba Gonzalo Gambetta Saravia recordando a quienes estuvieron antes que él al frente de El Piramidal, una centenaria cabaña ubicada en Tacuarembó, de las más antiguas del país, criadora por excelencia y una garantía de genética. Mantenerlo tampoco es fácil y por eso evolucionan, aunque siempre trabajando sobre la misma base que las generaciones pasadas les enseñaron, con trabajo, perseverancia y constancia. En lo que a ovinos se refiere, siempre pensando en las medidas objetivas y en el mejoramiento por selección de productividad.

En 1925 los abuelos de Gonzalo, Ramón Gambetta e hijos, comenzaron a manejar la firma con la raza Merino Rambouillet y Romney Marsh. En 1936 ingresó la raza Corriedale en El Piramidal. En 1940 ingresó el Puro de Origen, que lo manejó su abuelo y en 1955 comenzaron a concurrir en alguna exposición con animales puro de origen.

La cabaña madre, de Ramón Gambetta e hijos (bisabuelo de Gonzalo), estaba en Durazno, en La Esperanza. Allí estaban los planteles Corriedale de pedigree.

En 1962 se vende La Esperanza y ahí es cuando su padre, Santos, que ya estaba trabajando en El Piramidal compró las primeras 25 ovejas pedigree -que con su buen ojo eligió las mejores 25 ovejas del plantel de Gambetta-.

En 1964 Santos lleva por primera vez animales pedigree a la Expo Prado y El Piramidal comienza a caminar como cabaña en las principales vidrieras de genética del país. A pasos cortos pero firmes, participaron todos los años de las exposiciones.

“Papá siempre trabajó pensando en las medidas objetivas, en el mejoramiento por selección de productividad”, explicó Gonzalo Gambetta.

Fue por eso que en 1970 El Piramidal comenzó a realizar pruebas flock testing y fue una de las tres cabañas pioneras en realizar el test.

En 1973 se realizó el primer remate en la estancia y hasta 2003 se hicieron en la cabaña: fueron 20 los años en los que la familia recibía a un batallón de clientes que no les importaba abrir 14 porteras o recorrer 30 kilómetros para comprar su carnero, porque lo valía.

Desde el primer remate hasta hoy, que son 50, siempre acompañó la firma Valdez & Cía. empezó Valdez y Victorica, después hubo un tiempo en el que participó Valdez y Zambrano, pero de 2004 en adelante solo se hacía con el escritorio Valdez.

A sus 50 años, en 1995, falleció Santos: alma de la cabaña, padre de Gonzalo, Daniel, Carmen y Alejandro, y esposo de Carmen. Fue a partir de ese momento en el que Gonzalo, junto a dos de sus hermanos, se pusieron el establecimiento al hombro y continuaron el legado que su padre, y sus abuelos, les habían dejado.

De los inicios de la cabaña, Gonzalo no tiene recuerdos, porque Santos tenía 22 años cuando comenzó. Pero sí tiene claro los remates.

En el primero, Gonzalo tenía seis o siete años y lo recuerda muy bien, porque se hizo el año en el que nació Alejandro.

“Me acuerdo perfecto del remate. Eran remates totalmente diferentes, primero, porque eran en la cabaña. En ese momento, con seis o siete años, me acuerdo del trabajo que era. Se trabajaba 15 días antes. Lo más importante era la preparación de todo lo que conllevaba remate, no solo de los bichos en sí. En aquel momento se abrían 14 porteras para llegar hasta el casco. Había que hacer nuevos caminos. Eran 30 kilómetros desde de la ruta, habían nueve mataburros. Con el tiempo, se mejoró la infraestructura, y todo lo que era el camino de la estancia se hizo con mataburros. Venían entre 500 y 800 personas. Llegaban en tren o en avión. Hay fotos de dos aviones en el remate, porque venía mucha gente de lejos y el escritorio movía mucha gente en avión. Se usaban mucho más que ahora. La gente salía a las 3 o 4 de la mañana de sus casas para llegar a tiempo. Venía mucha gente a quedarse a la estancia la noche anterior. Se quedaban entre 70 o 80 personas. Todo el servicio era muy complicado, porque no había luz, había que traer camiones del frigorífico con carne refrigerada. Eso era un gran problema... hasta que después del 90 tuvimos que suspender dos o tres veces un remate porque se nos crecía el arroyo y esa fue una de las decisiones por las que nos mudamos a Tacuarembó. Aprovechamos que el escritorio Valdez había hecho Don Tito y empezamos a hacer los remates allá, en un galpón de ventas que está sobre la ruta y tiene por supuesto otras comodidades... pero se extraña hacerlo en la estancia. De hecho, este año pensamos hacerlo en casa pero las condiciones climáticas estaban muy complicadas como sabrás...”, recordó.

Corriedale. El Corriedale es pasión. Cuando su padre vino a El Piramidal ya había Corriedale.

Gambetta opinó que hubo un cambio “muy importante” en la ganadería uruguaya cuando el ingresó la Corriedale: una raza doble propósito. En aquel momento no habían casi razas: era Romney Marsh o Merino Rambouillet, una raza carnicera o una 100% lanera.

“Cuando entra el Corriedale en Uruguay hubo una transformación muy importante. Ha mejorado muchísimo la raza, ha tenido una evolución muy grande. Los borregos de 50 o 60 kilos estaban arriba de 35 o 36 micras, se vendía lana Corriedale no por finuras. En 1995, o antes, porque en el 90 se empezó a seleccionar más por finura, hubo una tendencia clara en la industria de pagar por micronaje y ahí la raza respondió en este sentido”, aseguró.

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Santos Gambetta en Remate Cabaña El Piramidal.
Foto Gotta, Archivo El Pais, hoja 19262 del 19851207

Merino Dohne. En 2008 se hizo la primera importación de 100 embriones Merino Dohne de Australia. Parece poco, pero en realidad ya hace 15 años que El Piramidal cría a la raza.

“Lo empezamos como una prueba. Tengo que agradecerle a Abayubá (Valdez) el ingreso de la raza al Piramidal, porque fue él quien me ayudó a traerlos. La condición era que estuvieran en casa, en El Piramidal. Él iba a comprar embriones para usarlos, pero resolvió no traerlos. Por eso me puso la condición. Ese fue el inicio”, contó.

Y destacó: “creo que es una raza doble propósito, muy precoz, muy carnicera, con una lana fina Merino que hoy, como doble propósito, tiene un papel muy importante. Queríamos ver cómo se comportaba la raza en Uruguay. Me acuerdo que Daniel Rubio había hecho algo parecido... y se comportó mejor de lo yo pensaba, en campos de basalto, pero muy profundo, de mucha tierra, en rastrojo de arroz... Al Dohne lo manejo sin ningún trato diferencial del Corriedale, están juntos en el campo”, explicó.

Recordar. Fechas como esta siempre hacen recordar muchas cosas. Y en este momento lo que más recuerda Gonzalo y sus hermanos fue a quienes empezaron esto: “empezar es más difícil que mantenerlo. Antes era mucho más difícil la parte de comunicación, de organización. En un año especial uno siempre se acuerda de papá, que nos acompañó durante todos estos años; del personal, que siempre está al pie del camión; de los clientes amigos, por la confianza; y de Valdez, porque siempre estuvieron desde el remate número uno hasta hoy, el número 50. Si no hubiese sido en equipo y en familia, no hubiese sido posible mantenerlo y llevarlo adelante El trabajo en grupo y las ideas claras fueron la fundamentales”, comentó.

Por eso espera que la gente acompañe una vez más. “Este remate, más que una venta, es un recordatorio de todos los que estuvieron y acompañaron en el camino para llegar a donde estamos hoy”, señaló.

Es un momento realmente especial para la familia, y por eso se merece una oferta especial.

El próximo jueves 9 de febrero en el Centro de Ventas Ganaderas Don Tito, en Tacuarembó, la familia Gambetta celebrará sus primeros 50 remates.

Con el martillo de Valdez & cía, saldrán a la venta 120 carneros Corriedale, 140 Merino Dohne y 30 hembras Merino Dohne.

El 100% de la oferta cuenta con certificado libre de pietín otorgado por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).

Además, saldrán a la venta hijos del Gran Campeón Corriedale Pedigree de la Expo Prado 2021 (Piramidal 2144), un carnero con 23,6 micras que pesó 150 kilos; e hijos del Gran Campeón PI Dohne de la Expo Prado 2022 (Camunda 686), un carnero con 18,6 micras que pesó 147 kilos.

El 100% de la oferta sale a la venta con datos de EPD. La mitad de los carneros tiene un índice 1% más afinador de la raza y el resto un 5%.

“La carnerada está muy bien, con una calidad de lana y finura que llama la atención. Todos los animales son libres de pietín, fue la primera cabaña Corriedale en certificar libre de pietín”, informó.

Se ofrecen seis meses libres para el pago, flete gratis y diversos descuento a los compradores. La financiación será propia.

La familia espera a los clientes y amigos a mediodía para compartir un almuerzo y festejar los 50 remates.

Objetivo. El Piramidal trabajó toda la vida pensando en los productores, en los clientes y no para ganar en las exposiciones: ese nunca fue el objetivo principal.

“El primer Gran Campeón lo logramos en 2010, y hemos ido a varios... hubo un Gran Campeón también en el 89. En el Dohne recién empezamos y logramos el campeonato el año pasado. Estos últimos dos campeonatos fueron la evidencia de que los datos son el reflejo del trabajo y estos animales lo demuestran”, agregó Gambetta.

La cuarta generación ya está al pie del cañón. Algunos trabajando, otros estudiando y otros hicieron su propio camino. La semilla ya está sembrada... Hasta los próximos 50 años.

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.

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