Si había algo que desconocíamos de este personaje era su apodo: “el mudo”. Gerardo Zambrano dirige Zambrano y Cía desde 1989. Es productor y empresario agropecuario y está vinculado a varias fundaciones de niños. Zambrano jugó a todos los deportes y a todos jugó mal.
A sus cuatro hijos les inculcó la importancia del estudio y del trabajo, no sin antes presentarles su lista de “mandamientos” denominada “¿Qué hay que tener para triunfar?”. Allí dice: 1) Tener hambre. 2) Hacer lo que te gusta. Enumeró también la puntualidad, el liderazgo y, entre algunos otros, la tenacidad.
“El sinónimo de hambre es la necesidad. Es el motor más importante que hay para lograr los objetivos. Hacer lo que te gusta es un plus que está por encima de cualquier trabajo. Les dije: ‘Cumplí con esto, no te garantizo nada, pero si lo haces no vas a andar mal’. Son mis hijos, pero la verdad que no andan nada mal”, contó.
La única tierra que había en su familia “era la de los zapatos”, contó. Su padre era zapatero, pero falleció cuando Gerardo tenía 7 años. Sin tener muy claro porqué, siempre le gustó el campo. Por eso estudió técnico rural. “En 1969 me fui al Rincón del Pino a trabajar. Me agarré un embole celestial. No era para mí. Me fui y me sumé a Victorica para trabajar en el comercio en el sector agropecuario. Una vinculación ideal”, aseguró.
Si no tomas decisiones no hay crecimiento y es muy posible fracasar. La única manera de solucionar la cosas es trabajando. No esperar el momento oportuno porque sino no lo haces nunca”
Gerardo empezó en 1970 trabajando en Victorica & Asociados y permaneció allí durante 20 años. El 15 de mayo de 1989 creó Zambrano & Cía en principio con el foco en la lana, pero con el tiempo fue diversificando la empresa para ganar rentabilidad.
Hoy, uno de sus grandes desafíos ha sido aprender a dejar espacios. Además, aseguró que la gran mayoría de las cosas se arreglan trabajando.
Nunca consideró al éxito como un objetivo. “Aprendí a trabajar, a cumplir, aprendí a dar oportunidades”, afirmó.
Zambrano tiene dos frases célebres: “Lo único permanente es el cambio” y “en la vida hay que tomar decisiones permanentemente”.