Hacer planillas de Excel, utilizar PowerPoint, subir a la nube archivos, enviar un correo electrónico, descargar la lectura de las caravanas del ganado, hacer un currículum o una tarjeta de presentación, hacer una preoferta por medio de una tablet, saber cómo vender la cosecha de zapallos o unos terneros. Saber que tienen a su disposición herramientas y que son capaces de ejecutarlas es todo para ellas y abre una ventana enorme de posibilidades, porque en las zonas más remotas del país las oportunidades laborales son contadas y estar preparadas para recibirlas es clave.
"Formadas para transformar” es el programa de inclusión digital dirigido a mujeres rurales y del agro que procura disminuir las brechas digitales y de género en el medio rural. Es una iniciativa que está dirigida a mujeres del agro y la pesca mayores de 18 años.
A mediados del año pasado, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) firmaron un convenio para capacitar 3.000 mujeres del agro y la pesca. En él acordaron generar instancias de capacitación profesional a mujeres del ámbito rural en temas como acceso a la información, derechos y cambio climático.
La subdirectora de Desarrollo Rural, Mercedes Antía, explicó a Rurales El País que “Formadas para Transformar” es un proyecto que tiene nombre y apellido. Esto se realiza gracias a la coordinación con Antel, que puso los chips.
“Es una política muy aterrizada, muy despegada con las mujeres rurales”, expresó Antía.
La iniciativa surgió a raíz de las falencias identificadas a través de una encuesta realizada en 2020 sobre el uso de Internet en el medio rural. “Hay toda una explicación de por qué este público. Las mujeres se quedan muy emocionadas, porque es una gran oportunidad para ellas y valoran mucho la herramienta que se les está dando, y eso creo que puede ser una cosa buena”, afirmó.
“Formadas para Transformar” es un proyecto con “nombre y apellido”, porque tiene el objetivo que es la formación; y el resultado de eso, que es la transformación. “Por eso se llama ‘Formadas para Transformar’ que es una iniciativa del Ministerio de Ganadería, pero es bien importante el aporte que hace Antel y el aporte que hace Inefop”, aseguró.
Antel ha suministrado a esta política 1.200 chips para las 1.200 tablets que se van entregando hasta el momento a un total de 1.630 mujeres que son parte del programa. “Hay algunas que solamente requerían la capacitación, pero a esas mujeres que sí le estamos entregando tablet, Antel nos suministró los chips y les da 15 gigas gratis durante un año. Es flor de aporte por parte de Antel”, afirmó.
Por ello, conozcamos a algunas de las participantes y cómo este proyecto les cambió la vida.
Un cambio. María Cristina Espósito ha sido colona desde siempre, como su padre. Vive en Solís Chico, en Canelones, tiene 65 años, dos hijos y ha dedicado toda su vida al campo. Se dedica a la cría de terneros, tiene algo de ganado de cría y también planta zapallos.
Asegura que el programa “nos cambió en varios sentidos”. Primero que nada, porque nunca se imaginó aprender a usar Zoom y hacer reuniones virtuales. Después, porque tiene una tablet con la que ahora puede comunicarse, trabajar y aprender de las experiencias, vivencias y sacrificios que han hecho sus compañeras de curso, con las que se mantiene en contacto hasta hoy.
Contó que aprendió varias habilidades digitales de las que antes solamente sabía utilizar el Whatsapp. Hoy saber enviar un mail, leer una caravana del animal y mandar la lectura, hacer un currículum y una tarjeta de presentación para vender sus productos.
El curso lo comenzaron en marzo y la tablet la levantó en San Jacinto. El curso le enseñó sobre habilidades digitales, entre las que destacó el uso de Excel y Powerpoint. Hoy gracias a ello, sabe hacer planillas de control para el manejo de su ganado y controlar las fechas de plantaciones. “Sé hacer un currículum, que no lo preciso porque no busco trabajo, pero también sé hacer una presentación para vender mis productos para poder salir al mercado. Así que puedo salir a vender la cosecha de zapallos o unos terneros. Ahora sigo las ferias por teléfono. Tengo como manejarme de otra manera. En la tablet hago una preoferta, veo lo que hay. Siempre estamos aprendiendo algo, siempre. Estoy sumamente agradecida al MGAP, Inefop y todos los que apoyaron a las mujeres rurales”, afirmó María Cristina.
Un poco de todo. Leticia Fernández es madre soltera y una pequeña productora rural de Las Arenas, en Caraguatá, Tacuarembó. Trabaja en sus emprendimientos, y forma parte de un grupo de mujeres emprendedoras. Tiene un “poquito de todo”: desde huerta orgánica, algo de ganado vacuno y ovino y está iniciando un vivero de plantas ornamentales, en el cual mezcla plantas medicinales y árboles autóctonos de nuestro país.
“Todos los cursos que el Ministerio lanza para mujeres rurales nos han servido de mucho en nuestro día a día y como superación personal de cada mujer rural, porque nos abre un campo variado y nos muestra todo lo que podemos hacer”, aseguró.
Leticia es referente territorial de las Mesas de Desarrollo Rural, en la Mesa Este que abarca Ansina, Caraguatá y sus alrededores. “Me anoté en el curso de ‘Formadas para Transformar’ y también recibí una tablet, porque yo tenía solo el celular y solo con él se complicaba para hacer mucho de las tareas o el curso en sí. Hice el primero de los tres cursos que nos van a dar, de habilidades digitales totalmente por Zoom. Fueron 11 clases muy productivas. Aprendí un montón. Incluso hace unos días recibí el certificado. A mí, y estoy segura que a mi grupo de mujeres, nos ha resultado espectacular porque son herramientas que hoy en día son muy necesarias y, si no fuera así, para nosotras que vivimos en el medio rural, sería imposible poder hacer esos cursos”, aseguró.
Las mujeres aprendieron a hacer planillas de Excel, utilizar PowerPoint, subir a la nube archivos, enviar un correo electrónico, se informaron sobre empleabilidad e inteligencia artificial. “A mí me abre una ventana enorme de posibilidades. Soy pequeña productora rural y lo que tengo es poco. Para mí es bastante, pero si lo miramos en lo global a veces parecería ser poco, y por eso siempre estoy buscando trabajo. Nos preparamos para todas las áreas y los campos laborales que hay. Con este curso a mí me ha servido, por ejemplo, para poder armar mi currículum para conseguir trabajo acá en la zona. Soy de Caraguatá, y han salido unos llamados virtuales. Acá en la zona son contadas los trabajos que pueden surgir, y si no estamos preparadas es imposible poder presentarnos para obtener una posibilidad laboral”, aseguró.
Otro uso. Andrea Macarena De los Santos Pírez tiene 37 años y es de Paso Platón, de Rivera. Confesó que creía saber bastante sobre Internet, pero luego de hacer el curso se dio cuenta de que en realidad no, porque con él aprendió que habían muchas páginas oficiales que brindan mucha información, y una de ellas fue la del MGAP. “Entrando te enteras de un montón de cosas que yo no sabía, no tenía la más mínima idea que daban cursos así y que algunos son online. Cada alumna tenía una una necesidad diferente, unas sabían un poco más y otras un poco menos, pero los profesores cubrieron las necesidades. Ahora estoy ansiosa para una parte dos”, comentó.
Además, aseguró que se sintió “muy valorada” como mujer de campo. “Sabemos que los productos rurales tienen mucho peso, pero la verdad que en políticas sociales o algo que nos ayuden a mantenernos en el campo no veo mucha cosa. Me sentí muy feliz de que hubieran mirado a esas mujeres y me hubieran visto”, expresó.
A su vez, comentó que hoy ya no entra tanto a redes sociales, como TikTok o Facebook, sino que ocupa su tiempo en aprender y buscar información para desarrollarse profesionalmente.
Maldonado: “Hablar de género en el agro no fue, ni es fácil”
La directora general del MGAP, Fernanda Maldonado destacó que esta convocatoria da testimonio de lo que pasa en todo el país y demuestra la capacidad transformadora de las mujeres rurales y del agro.
“Hablar de género en el agro no fue, ni es fácil. Sin embargo hoy toda la institucionalidad está comprometida en la implementación de esta perspectiva en las políticas públicas y no solo eso, cada día se suman más y más actores privados”, expresó Maldonado.
El MGAP continúa su camino en cuanto a digitalización de procesos y trámites, por lo cual la inclusión digital acopla a las productoras y mujeres del agro a nuevas oportunidades y las ventajas que conllevan.
Esta iniciativa integra el esfuerzo interinstitucional del MGAP con Antel y el INEFOP, con el objetivo de preparar a mujeres rurales y del agro, que no tienen relación con la tecnología y lograr así su inclusión en el mundo digital, acortando las brechas y las dificultades que puedan presentarse en el medio rural. A través de estas instituciones las inscriptas acceden a capacitaciones pero además a chips y 15 Gigas mensuales de conectividad durante 12 meses.
El Programa de Inclusión Digital y Acceso a la Información Agropecuaria para la toma de decisiones ante el cambio climático cuenta con diferentes niveles de capacitación en habilidades digitales y la provisión de dispositivos con conexión a Internet, para aquellas participantes que lo requieran.
Las capacitaciones no tienen costo para las participantes seleccionadas y consisten en instancias presenciales y virtuales, lo que brinda la posibilidad de formarse desde casa. Los cursos se desarrollan dentro del “Programa de Inclusión Digital y Acceso a la Información Agropecuaria para la toma decisiones ante el Cambio Climático”, que impulsa el MGAP mediante el Plan Nacional de Género en Políticas Agropecuarias. La capacitación promueve la inclusión digital en el ámbito rural para mejorar así empleabilidad e inclusión, y disminuir así la brecha digital que presenta el sector.
Las instancias de formación están dirigidas a mujeres, mayores de 18 años, no beneficiarias del plan piloto de alfabetización digital, que cumplan al menos una de las siguientes características: residir en el medio rural, en localidades de menos de 5.000 habitantes, o trabajar en el sector agropecuario.