A pocos meses del inicio del próximo gobierno, liderado por Yamandú Orsi, la Asociación Rural del Uruguay (ARU) observa con atención el proceso de transición. Patricio Cortabarría, presidente de la ARU, destacó la importancia de este momento para el sector agropecuario, planteando expectativas y preocupaciones en un contexto de cambio político.
Con más de 150 años de historia, la ARU ha mantenido una constante: el diálogo. “Hemos pasado por gobiernos blancos, colorados, frenteamplistas, dictaduras y revoluciones, y siempre hemos mantenido los puentes tendidos. Eso no va a cambiar”, afirmó Cortabarría. En esta oportunidad, la institución trabaja en acercamientos estratégicos para asegurar que el nuevo Poder Ejecutivo conozca las prioridades y desafíos del agro.
El presidente de la ARU subrayó que el próximo gobierno deberá definir políticas que impulsen el desarrollo económico, objetivo compartido por todas las fuerzas políticas durante la campaña. “Uruguay necesita crecer, y el sector agropecuario tiene un rol relevante por su peso en la economía nacional”, señaló. Desde la ARU, ya se han propuesto iniciativas en espacios como el Prado, enfocadas en fortalecer el sector y garantizar su contribución al bienestar del país.
El peso de la carga impositiva. Uno de los temas centrales en la agenda es el régimen impositivo. Durante la campaña, Orsi aseguró que no aumentaría impuestos, aunque en otros espacios se reconoció que esto dependerá de las condiciones internacionales. Para Cortabarría, cualquier incremento impositivo tendría un impacto significativo, especialmente en un sector que enfrenta márgenes de rentabilidad ajustados.
“Estamos hablando de cifras claras: 3.000 pesos por hectárea al año, que se traducen en 250 pesos al mes. ¿Qué carga impositiva puede soportar un productor ganadero con esos números?”, cuestionó. A su entender, gravar más al sector no solo reduciría su capacidad de reinversión, sino que también afectaría la economía de las comunidades rurales, desde almacenes hasta ferreterías.
La realidad del agro, según dijo, es mucho más austera de lo que suele imaginarse. “Hay una percepción errada sobre los números del sector. Sacando el excepcional 2022, los promedios de los últimos diez años muestran márgenes similares”, recalcó. Con el inicio de un nuevo ciclo político, la ARU apuesta a establecer un diálogo constructivo con el gobierno entrante, presentando un diagnóstico claro de las fortalezas y limitaciones del sector. Para Cortabarría, este intercambio será clave para trazar un camino que promueva el desarrollo del agro y, con ello, de todo el país. “La expectativa está puesta en un gobierno que pueda comprender el rol del sector, garantizar su sostenibilidad y trabajar conjuntamente para superar los desafíos”, expresó.
Con una producción de más de 3 millones de terneros proyectada para 2025, la exportación de ganado en pie sigue siendo un tema de debate. Para Cortabarría, esta práctica ha sido un motor para dinamizar la cadena ganadera, rejuveneciendo el stock y aumentando la eficiencia del sector. “La exportación en pie ha generado más vacas de cría y ha sido una válvula de escape cuando la industria no respondía. Esto permitió aumentar el peso de las carcasas, diversificar los productos y mantener un negocio activo y dinámico”, explicó.
Cuando se le preguntó sobre posibles regulaciones, abogó por mantener la libertad en esta exportación, argumentando que las restricciones podrían frenar el dinamismo logrado. “Con 3 millones de terneros, tenemos que asegurar que el criador no absorba las ineficiencias de la cadena”, agregó.
En cuanto a las políticas sanitarias, Cortabarría mostró su confianza en la continuidad de medidas clave, como la vacunación contra la fiebre aftosa, que asegura el acceso a mercados de alto valor. Sin embargo, destacó que programas como el de erradicación de la mosca de la bichera necesitan ser repensados, dada la complejidad del problema y la experiencia de Centroamérica. “La garrapata sigue siendo un desafío que requiere más educación y planificación. Ahora contamos con apoyo financiero del BROU para programas sanitarios, pero debemos seguir trabajando para reducir este flagelo”, señaló.
Para Cortabarría la clave está en mantener un enfoque integral que combine sanidad, educación y apoyo financiero para los productores. “Uruguay es un país chico, podemos llegar a todos lados y trabajar para ofrecer un producto sanitario de excelencia que tranquilice a los productores y asegure la competitividad internacional”, concluyó.
El derecho a trabajar. Cortabarría destacó la necesidad de proteger el derecho al trabajo consagrado en el artículo 7 de la Constitución. “El Estado debe garantizar que cada persona pueda trabajar y no ser rehén de decisiones sindicales que, aunque legítimas en su búsqueda de mejoras, no pueden vulnerar este derecho fundamental”, expresó, en referencia a las normativas laborales introducidas por la Ley de Urgente Consideración.
De cara al futuro, aseguró que estos avances no deberían ser revisados, afirmando que constituyen pasos firmes hacia un país más equilibrado y preparado para los retos venideros. “Es mirar al porvenir sin retrocesos”, sentenció.
Sobre la expectativa frente al Ministerio del Ambiente, Cortabarría enfatizó la relevancia de un enfoque colaborativo con el sector agropecuario. “No hay producción sin impacto ambiental, pero tampoco desarrollo sin un cuidado adecuado de los recursos. El desafío está en lograr políticas unificadas que combinen crecimiento y sostenibilidad”, aseguró.
Reconoció que la interacción entre los ministerios de Ganadería y Ambiente ha mejorado, aunque advirtió que es crucial definir con claridad los roles y competencias de cada uno para evitar superposiciones. Desde la gestión del monte nativo hasta los residuos urbanos, el dirigente señaló que el Ministerio del Ambiente debe asumir un papel de asesoramiento y control más que de gestión directa. “Los recursos naturales son finitos. Cuidarlos es esencial, pero también lo es encontrar un equilibrio que permita la producción y el desarrollo sin comprometer el futuro”, reflexionó.
El rol del Instituto Nacional de Carnes (INAC) también fue objeto de análisis. Cortabarría elogió la capacidad técnica de la institución y su trabajo en la promoción internacional de la carne uruguaya, aunque abogó por una revisión de las tasas que gravan la faena, dada la expansión de la actividad.
“El INAC debe seguir siendo un aliado clave para acceder a nuevos mercados, reducir aranceles y maximizar el valor de nuestro producto estrella”, afirmó.
2025 y los desafíos económicos del gobierno
El tema del tipo de cambio fue uno de los puntos centrales de la conversación con Patricio Cortabarría, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), quien reflexionó sobre las políticas monetarias y su impacto en el agro.
La comparación entre las gestiones del Frente Amplio y el gobierno de coalición es inevitable.
“El Frente intervenía para mantener un tipo de cambio dentro de ciertos parámetros, lo que muchas veces perjudicó a nuestro sector”, recordó.
La coalición, en cambio, optó por la libre flotación, pero con un enfoque en bajar la inflación que también trajo un atraso cambiario significativo.
Ahora, con Yamandú Orsi como presidente electo, la expectativa parece dirigirse hacia un dólar más fuerte. “En las reuniones con Gabriel Oddone y por lo que hemos escuchado, se prevé un tipo de cambio más competitivo”, señaló, quien espera que esto se traduzca en mejores márgenes para los productores. “La rentabilidad del agro muchas veces se define en la casa de cambio, cuando el productor vende sus dólares por terneros, lana o grano”, explicó con una claridad contundente.
Un dato curioso reveló el peso de este tema en el sector. “Preparando mi discurso del Prado, usé inteligencia artificial para identificar los temas recurrentes de los últimos años, y el tipo de cambio estuvo siempre presente”, comentó. Sin embargo, el análisis histórico no le ofreció grandes novedades: “Hace más de 20 años que esta discusión está sobre la mesa”.
Combustibles e infraestructura: por una mayor competitividad
Otro de los temas candentes es la fijación del precio de los combustibles. El presidente electo Yamandú Orsi ya dejó entrever que buscará una nueva fórmula, algo que la Asociación Rural del Uruguay (ARU) ve con buenos ojos.
“Es un tema clave. En ciertas zonas del país, cuando el costo del combustible alcanza los 200 o 300 dólares por tonelada, la producción agrícola deja de ser viable”, advirtió Patricio Cortabarría, presidente de la Asociación Rural del Uruguay.
Pero la solución no es solo abaratar combustibles, sino apostar también a mejorar la infraestructura.
El uso de bitrenes y tritrenes, así como la construcción de un puerto en la Laguna Merín, son ejemplos de cómo reducir costos logísticos.
“Un país con 600 kilómetros no debería tener áreas productivas restringidas por el costo del transporte”, sentenció.
El agua, recurso abundante pero aún subutilizado, también estuvo en el centro del análisis. El riego, planteado como una política estratégica por todos los candidatos en la campaña, tiene un potencial incuestionable.
“Un estudio del economista Ignacio Munyo demostró que unas 100.000 hectáreas de riego podrían aumentar significativamente el PBI nacional”, explicó Patricio Cortabarría.
No obstante, fue cauteloso al señalar que esta práctica no es para todos los productores. “No hay que embalarse. Uruguay tiene un buen régimen de lluvias y reservas de agua aprovechables, pero el riego debe aplicarse de forma estratégica y en sistemas productivos que realmente lo necesiten”, puntualizó.
La clave, según él, está en combinar el acceso a tecnologías, la regulación adecuada y una inversión enfocada en aumentar la productividad sin comprometer los recursos naturales. “El mundo va hacia ahí, y Uruguay no puede quedarse atrás”, cerró.
Con un mensaje de esperanza y compromiso, Cortabarría dejó claro que la producción agropecuaria debe ser vista como un motor del desarrollo nacional, pero con un enfoque integral que contemple los desafíos laborales, ambientales y comerciales. “La clave está en la colaboración, en mirar juntos hacia adelante y consolidar lo que hemos logrado para construir un futuro sostenible para el país”, concluyó.