Con la mirada puesta en el mediano y largo plazo, se desarrolló la conferencia “Experiencias Clipex 2025: Intensificación ganadera, adaptarse y quedarse”, un espacio de intercambio donde tres referentes del agro compartieron visiones, diagnósticos y propuestas en torno al modelo productivo que hoy posiciona a Uruguay como proveedor confiable de carne de calidad. El encuentro, que tuvo lugar en el local de Clipex, fue moderado por Martín Olaverry y contó con la participación del Dr. Álvaro Ferres (Numix y AUPCIN), Marcos Guigou (ADP) y Patricio Silveira (Minerva Foods Uruguay).
Los tres coincidieron en que Uruguay vive un momento favorable para el negocio ganadero. Silveira destacó que el país mantiene precios de exportación por encima del promedio del último año, con un novillo que se paga más del 30% respecto a 2024 y una tonelada de carne vacuna que supera los USD 4.800. “Estamos produciendo lo que el mundo necesita, con condiciones diferenciales y una trazabilidad que es una ventaja”, afirmó.
Guigou sostuvo que el modelo agrícola-ganadero ha demostrado solidez. “ADP nació en la agricultura, pero cuando los precios bajaron, la ganadería fue una vía de sostener escala, eficiencia y continuidad. Hoy ambas actividades se retroalimentan”, dijo. Ferres agregó que la combinación de buenos precios, clima favorable y competidores con dificultades “nos pone en un punto de inflexión. Hay fundamentos sólidos para apostar al crecimiento”.
Intensificar, sin perder identidad
El eje de la jornada giró en torno a la intensificación como camino necesario para sostener la competitividad de un país con costos altos. Ferres fue contundente: “No se trata solo del corral. Es bajar la edad de faena, aumentar el peso de carcasa, lograr más eficiencia en cada etapa. Uruguay puede duplicar la producción sin duplicar el stock. Es posible”.
Silveira valoró el papel del confinamiento como dinamizador del sistema, pero advirtió que no todo puede ni debe pasar por esa vía. “Tenemos mercados que valoran carne de pasto, otros que piden carne marmoreada. La clave es entender cada nicho y ajustar la producción a esas demandas”.

Guigou apuntó a la necesidad de construir un modelo con certezas. “La agricultura tiene mercados de futuro. En ganadería todavía no lo logramos. El desafío es ofrecer señales que permitan planificar con confianza”.
Otro punto fuerte del debate fue la necesidad de adaptar la estructura del rodeo. “Nos debemos un cambio en la base productiva. Más recría, menos edad de faena, mayor tasa de extracción. El criador debe tener estímulos claros”, sostuvo Ferres. Silveira recordó que hoy un 30% de la faena proviene de animales con dieta intensiva. “Eso ya es una señal. El desafío es consolidarlo con valor agregado, con mejores precios, con contratos a medida”.
Sobre la exportación en pie, todos coincidieron en su valor estratégico. “No es una amenaza. Es una opción más para el productor, que genera competencia y valor”, afirmó Guigou. Ferres propuso incluso que se legisle para protegerla como política de Estado.
También se discutió el creciente uso de la baquillona en sistemas intensivos, los cruzamientos terminales, la búsqueda de razas más eficientes y el potencial de producir animales más pesados sin alterar el equilibrio del stock.
Tecnología, juventud y política pública
En un país que tiende a centralizarse, el llamado a mirar al interior fue claro. “La educación rural está en crisis. Nos falta infraestructura, conectividad, servicios. Si no resolvemos eso, los jóvenes no van a querer quedarse”, advirtió Guigou. Ferres y Silveira coincidieron en que la intensificación requiere conocimiento, técnica, y por lo tanto una nueva generación capacitada.

Se planteó que Uruguay debe invertir en inteligencia de mercados, monitoreo de tendencias globales, y adoptar nuevas tecnologías como la inteligencia artificial. “Hoy el que decide qué carne quiere es el consumidor. Nuestra tarea es interpretarlo, adaptarnos y producir con calidad”, remarcó Silveira.
Ferres concluyó: “La tecnología va a ser la gran herramienta del futuro. Pero lo primero es que el país decida que quiere intensificar. Si no hay una estrategia compartida, se avanza lento. El potencial está. Lo que falta es activarlo”.
Riesgos, predicción y sostenibilidad del modelo
Consultado sobre los riesgos de este momento ganadero, Silveira fue claro: “No vemos amenazas estructurales en el corto plazo. El mundo sigue demandando carne, y Uruguay tiene la oportunidad de aprovechar esa necesidad con una producción de calidad”. Sin embargo, advirtió que no hay que caer en triunfalismos: “La demanda no es infinita. Los mercados, por más sólidos que estén, también tienen ciclos y límites”.
En ese sentido, alertó sobre los desafíos logísticos y arancelarios. “Uruguay tiene acceso a casi todos los mercados, pero en algunos casos nos enfrentamos a aranceles que nos restan competitividad. Japón es un ejemplo: tenemos habilitación, pero un 40% de arancel deja fuera de juego a cualquier negocio serio”.
Ferres agregó que, a pesar de la buena coyuntura, es clave no perder de vista el largo plazo. “Si queremos un país productor serio, debemos trabajar con escenarios futuros. Eso implica invertir hoy en genética, en infraestructura, en pasturas, en tecnologías de proceso. Lo que sembremos ahora será lo que nos permitirá competir dentro de diez años”.
Marcos Guigou coincidió, planteando que hay que tomar decisiones estratégicas con una mirada integral. “No se trata solo de producir más carne, sino de pensar todo el sistema: cómo la agricultura aporta energía, cómo se gestiona el riesgo, cómo se integran los mercados y cómo se profesionaliza cada etapa de la cadena”.
Un negocio de datos, precisión y articulación
Otro de los ejes abordados fue el avance de la ganadería como negocio de precisión. “Hoy ya no alcanza con tener un campo y buena voluntad. Hay que medir, registrar, analizar. Quien no use datos, se queda afuera”, afirmó Guigou. Desde ADP están trabajando con sistemas que integran indicadores productivos, ambientales y económicos para tomar decisiones con base científica.
Silveira complementó esa visión con el rol de la industria como articuladora. “El frigorífico no puede ser un actor aislado. Tenemos que estar conectados con el productor, entender su realidad, generar mecanismos de corresponsabilidad. El margen no puede ser sólo del último eslabón. Si no hay rentabilidad a campo, el sistema no funciona”.

Ferres aportó que incluso las certificaciones pueden ser una oportunidad para construir valor compartido. “Hoy el consumidor quiere saber de dónde viene la carne, si hubo deforestación, si hubo bienestar animal. Uruguay está en condiciones de ofrecer eso, pero hay que comunicarlo bien, con respaldo técnico y trazabilidad clara”.
Más que producción: un modelo de país
La conferencia cerró con una reflexión transversal: intensificar la ganadería no es solo una estrategia productiva, sino un modelo de desarrollo territorial. “Cada punto más de tasa de extracción, cada kilo extra de carcasa, cada ternero que se logra criar en buenas condiciones, es también un paso hacia un país más integrado y con más oportunidades”, resumió Ferres.
Guigou reforzó esa idea: “Una ganadería fuerte genera empleo, dinamiza comunidades rurales, sostiene servicios en el interior. Pero no hay intensificación sin infraestructura, sin caminos, sin energía, sin educación. Esto requiere una mirada de país”.
Silveira cerró con una visión optimista pero realista: “Tenemos todo para estar entre los mejores. Pero eso no pasa por decreto. Pasa por decisiones, por inversión, por convicción. Y sobre todo, por trabajo coordinado entre productores, industria, gobierno y consumidores”.
La jornada cerró con una gran convocatoria presencial y en línea, y con el anuncio de las promociones comerciales de Clípex. El encuentro dejó un mensaje nítido: el camino es intensificar, diferenciarse y adaptarse. Y hacerlo con inteligencia, coordinación y visión país.
Claves finales: más talento, más conocimiento, más país
Como mensaje final, los tres referentes destacaron que Uruguay tiene la capacidad de crecer sin aumentar su stock ganadero, a través de eficiencia, conocimiento técnico e inversión en tecnología. Ferres planteó que “la intensificación no es una opción, es una necesidad estructural”.
Guigou subrayó que “necesitamos atraer a los jóvenes más preparados, a los que hoy están en una escuela del interior y merecen acceso a herramientas modernas para quedarse e innovar”. Silveira aportó que “Uruguay ofrece un producto sin sustituto. El consumidor global exige trazabilidad, sostenibilidad y calidad. La clave está en anticiparnos y adaptarnos con agilidad”.
Coincidieron en que el interior tiene potencial humano y productivo para liderar este nuevo ciclo ganadero, pero que hacen falta políticas públicas que garanticen infraestructura, conectividad, educación de calidad y apoyo al arraigo. El modelo de futuro será más tecnológico, más preciso y más sustentable. Y eso comienza con decisiones que se toman hoy.