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Continúa apuesta a la cría y mejora de eficiencia carnicera

Cifras preliminares de la declaración de Dicose 2021 mostraron un rodeo de cría estable, creciente y joven

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Respondiendo a los estímulos, los productores continúan preocupados por preñar sus vacas y mejorar la extracción.[/caption]

Pablo Antúnez

La apuesta a la eficiencia reproductiva del rodeo y la intención de preñar se mantiene intacta. Las cifras preliminares de la Declaración Jurada de Dicose 2020/2021 mostraron, otro año más, que la máquina de producir terneros o rodeo de cría, se mantiene estable (creció 1%), pero a su vez rejuvenecida.

Esa es una gran noticia para una ganadería de carne que apuesta a la eficiencia y a mejorar la calidad de producto, cuando de nuevo y en plena pandemia de Covid-19, es el principal motor de la exportación en el sector agropecuario.

Hay cambios que se vienen generando en los últimos ejercicios ganaderos que, aparentemente, llegaron para quedarse y eso se refleja en las existencias bovinas: mayor número de vaquillonas e incremento en el volumen de novillos jóvenes.

La Declaración Jurada anual de la Dirección de Contralor de Semovientes (Dicose) mide las existencias ganaderas y los cambios que se registran en el stock en sus distintas especies -al 30 de junio-, que es cuando cierra el ejercicio ganadero. Es una foto del establecimiento al 30 de junio de cada año y sus datos permiten tomar mejores decisiones en las empresas ganaderas.

Se mantuvo el número de vacas de cría en el Dicose 2021. En esta categoría, las entoradas pasan de 4.354.039 cabezas en 2020 a 4.411.979 cabezas. Hubo una suba de 1%.

A su vez, se incrementó 4% la categoría de vaquillonas de 1 a 2 años, que en muchos casos serán las futuros vientres del rodeo una vez lograda la pubertad. De 1.262.077 del año anterior pasa a 1.318.768 cabezas. Las vaquillonas de más de 2 años sin entrar en servicio suben 1%: pasan de 481.962 a 489.021 cabezas.

Por otro lado, con un stock más depurado a nivel de vientres y con los ajustes hechos, las vacas de invernada crecieron en volumen 3%. De 481.975 en 2020 quedan en 494.781 cabezas.

Tendencia. Al menos en los predios criadores que aplican más tecnología, la apuesta es a rejuvenecer el rodeo y preñar cada vez más animales, cuando los estímulos son favorables para la producción.

Ese mayor incremento de las vaquillonas se reflejó en Taller de Diagnósticos de Gestación del Rodeo Bovino que realiza INIA Treinta y Tres, impulsado por la especialista Graciela Quintans.

“A nivel de rodeos de productores que son fuertes en la cría, se nota ese rejuvenecimiento y que son cada vez más productivos”, admitió el Dr. Guillermo De Nava, uno de los veterinarios referentes en el segmento de la cría bovina. Recordó que trabaja con un perfil de ganaderos que hace años vienen en la línea de incrementar la productividad y mejorar sus rodeos, tanto desde la genética, como desde la eficiencia reproductiva.

Sin embargo, lo que se ve en esos predios, no siempre se refleja en establecimientos más chicos con productores de porte mucho más familiar.

“Mi impresión es que la gente busca eficiencia reproductiva, pero en un determinado perfil de sistemas criadores que seleccionan en función de la vaca y con un determinado perfil tecnológico”, aclaró De Nava. Según la visión del especialista, “siempre es bueno preñar.

Tenemos muchos predios criadores que preñaron más del 90% en los últimos años”, dijo defendiendo la teoría de que “es más fácil preñar que engordar”.

En la otra vereda, hay productores y técnicos que sostienen que no vale la pena lograr porcentajes de preñez tan altos, porque las vacas falladas se engordan y no se sacrifica ingreso neto en el establecimiento (en los años en que esta categoría vale).

“Creo que aún en los rodeos de alta peformance reproductiva siempre hay vacas falladas para engordar y además, cuando preñas bien, el menú de venta se amplia, porque no solo hay vaca gorda, novillo y terneros, hay vientres preñados y hembras para reposición al momento de vender”, afirmó De Nava.

Pero volviendo a la buena noticia de contar con una máquina de cría bien aceitada para responder rápido a los estímulos de mercados y precios, lo cierto es que, según argumentó el veterinario, en los hechos, “cuando se está en las mangas, si se el rodeo se preñó bien el productor se pone contento. Si sucede lo contrario se apena”.

Extracción. Por el lado de la carne, las cifras de Dicose 2021 también mostraron una mayor apuesta a la extracción y mejor calidad de producto. El stock de terneros quedaría por debajo de los 3 millones de cabezas que hubo el año pasado más allá de esa eficiencia reproductiva antes citada, porque la producción ganadera es a cielo abierto y el clima siempre incide al momento del servicio. En este caso de 3.015.059 cabezas se baja a 2.939.182 (cae 3%). En los próximos ejercicios, esa baja se reflejará en la cantidad de novillos que se envían a frigorífico.

Si bien hay una caída en la cantidad de novillos de más 3 años se compensó plenamente con el volumen de novillos de 1 a 2 años y de 2 a 3 años. En novillos de 1 a 2 años crecen 8% y de 1.059.396 registrados en 2020 se pasó a 1.145.427 cabezas. En los de 2 a 3 años, hay un crecimiento de 5% y pasan de 627.749 a 662.083 cabezas. Finalmente, los novillos de más de 3 años que contaban con un stock de 414.607 en 2020 se corrigió a 395.159 cabezas en 2021.

El incremento en el volumen de novillos jóvenes viene de algunos años atrás y apunta a la calidad de carne. Para Joaquín Martinicorena, delegado titular de la Federación Rural en la Junta Directiva del Instituto Nacional de Carnes (INAC), la lectura es: “se aceleró la extracción con un sistema productivo que aplica mayor suplementación y complementa sinergías con la agricultura”. En lo que va del año en curso, el 52% de la faena son novillos de dos y cuatro dientes.

“Si los precios responden, los productores invierten y se mejora la tasa de extracción. Que eso continúe, dependerá de los estímulos que tenga el productor. Si hay estabilidad y condiciones para invertir se sostendrá en el tiempo”, reflexionó Martinicorena. “Las reglas deben ser claras”, dijo el representante de los productores en INAC.

Para que esa tendencia se mantenga, según la visión del entrevistado, también “se necesita la seguridad que la exportación en pie, como válvula de escape esté abierta y funcionando”.

La mejora de aranceles en los mercados de exportación es otro elemento fundamental para apuntalar el esfuerzo que hace la cadena cárnica por incrementar la calidad de la carne producida. En eso ya se está trabajando desde Cancillería y MGAP, conjuntamente con las autoridades del INAC.

“Si no existe un tratado de libre comercio con el país a vender, se precisa un acuerdo directo para bajar aranceles y lograr una mayor inserción de nuestros productos. Uruguay tiene un debe con la mejora de los aranceles al vender”, dijo Martinicorena.

Licenciada en Comunicación por la Universidad ORT (2017) y máster en Dirección de Comunicación Corporativa (2024). Desde agosto de 2020 forma parte del equipo de Rurales El País. Actualmente colabora con la revista de la Asociación Rural y produce el programa #HablemosdeAgro, que se emite los domingos por Canal 10. Además, acompaña a empresas del sector agropecuario en el diseño y la implementación de sus estrategias de comunicación. Anteriormente trabajó como periodista agropecuaria en El Observador y fue productora del programa radial Valor Agregado, en radio Carve.

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