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“Planta UPM 2 estará operativa en el segundo semestre del año 2022”

Matías Martínez, gerente de comunicaciones de UPM y Gonzalo Giambruno, director del proyecto UPM 2, se refirieron a las obras que está realizando la compañía, las perspectivas hacia los próximos años con un enfoque sectorial y los impactos de esta inversión en el mercado laboral y en el desarrollo del país. Ambos pusieron énfasis en “mostrar con hechos” la realidad transformadora ya visible de este proyecto, y aseguraron que Uruguay es un país serio y estable que puede “creer y confiar”, porque “se invierte con una promesa”, pero UPM ha decidido reinvertir por los resultados.

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Matías Martínez y Gonzalo Giambruno.[/caption]

 

Hernán T. Zorrilla.

Encargado de los rubros Agrícola y Forestal.

-¿Cómo se viene avanzando en la construcción de UPM 2?

-Gonzalo Giambruno (GG): Da satisfacción ver cómo el diseño se va transformando en una realidad. Estamos con un cronograma exigente, pero todas las obras van en tiempo y forma. Estamos en condiciones de decir que la fase de construcción pasará a ser operativa y de producción de celulosa a partir del segundo semestre de 2022. Ya inauguramos obras accesorias que son regionales y que en términos relativos parecen menores, pero implican unos 100 millones de dólares ya invertidos. Hablamos de la red de conexión eléctrica de la planta con UTE con 10 kilómetros de líneas de alta tensión, obras de vivienda, infraestructura de saneamiento, agua potable, obras viales, etc.

-¿Cómo se han manejado las relaciones laborales y los conflictos sindicales?

-GG: Estos proyectos tienen situaciones conflictivas porque está en la naturaleza humana. Nosotros buscamos generar un sistema que permita manejar esto sin impactos. Previo a la inversión se firmó un acuerdo marco laboral con la Cámara de Construcción, la Cámara Metalúrgica, el PIT-CNT, el Sunca, UMTRA, gobierno y UPM que establece principios de enfoque laboral con relaciones previsibles. Avanzamos en temas relevantes como transporte, calidad de vivienda, personas por dormitorio, por baño, por cocina, etc. Se establecieron criterios objetivos en contratos con las empresas que construyen la planta. También hubo un convenio específico luego en la misma planta con los trabajadores efectivos. Los sistemas han funcionado bien e identificamos 27 situaciones conflictivas que se desactivaron en ese escalonamiento. En julio tuvimos un evento que no tuvo proporción entre la causa y la consecuencia, intensidad y duración. Esto generó perjuicios para todas las partes: trabajadores perdieron significativamente ingresos y premios, las empresas tuvieron que acelerar sus procesos y a nosotros nos agregó un elemento de complejidad. Nuestro norte son las relaciones laborales predecibles y las obras ya están trabajando con absoluta normalidad desde hace 5 semanas.

-Hay un gran desafío a la hora de comunicar lo que se hace con una inversión de este porte, ¿cómo se viene trabajando en esto?

-Matías Martínez (MM): Este proyecto es mucho más que una planta de celulosa porque incluye desafíos grandes en desarrollo y en infraestructura. Al ser la primera planta que se instala en zona mediterránea en el país, el ferrocarril central y el mejoramiento de rutas conexas fueron temas clave porque son las arterias de traslado de las materias primas. Los desafíos comunicacionales en un proyecto de este porte tienen un amplio nivel de detalle en cuanto a planificación territorial, formación, educación, manejo de la energía, infraestructura general, zonas francas y demás. Hay que bajar todo eso y transmitir los beneficios. Lo venimos desarrollando con entrevistas como esta, sesiones informativas, visitas a Fray Bentos, visitas a otros puntos de la cadena, etc. En segundo lugar y no menos importante está el diálogo con las comunidades, sobre todo escuchar. Ahí trabajamos generando canales para tener esa conexión. Hoy el nivel de aceptación del proyecto de UPM 2 tiene un 80% de visión positiva o neutra según la última encuesta realizada. Nos reconforta porque muestra que el proyecto se está llevando delante de forma responsable y estamos pudiendo compartir los beneficios del mismo.

-Poniendo UPM 2 en cifras, ¿cómo está compuesto el desglose del personal y el impacto que está generando este proyecto en el mercado laboral?

-GG: En primer lugar, está bueno saber que tuvimos más de 200 reuniones presenciales a partir de 2016 cuando se anunció el interés de la empresa en explorar crecimiento. Me refiero a encuentros con Federación Rural, Asociación Rural del Uruguay, organizaciones no gubernamentales y demás. Hubo también 27 sesiones informativas públicas que antes de la pandemia eran presenciales. Para nosotros es un desafío que los hechos hablen por nosotros. Algunas dudas y preguntas que existían desde hace 15 años hoy no están más porque la cadena forestal ha respondido. La pandemia nos impactó en poder mostrar menos, pero cada vez que alguien ve y hace tangible el impacto de las obras en las comunidades entiende de lo que se habla. UPM en Uruguay tiene un ADN local desde hace 30 años: hemos podido mezclar el saber hacer de la casa matriz y la cultura de la compañía con la adaptabilidad y la búsqueda de Uruguay. Eso se ve en los responsables designados de los proyectos en nuestro país. En cuanto a cifras, la construcción hoy se lleva todas las luces. Tenemos más de 5.000 personas trabajando en el predio de la planta y solamente 700 son extranjeros. Hemos logrado un diseño que potencie las empresas uruguayas. En el puerto, que es una obra que parece menor, pero es una inversión grande que consolida un sector del mismo que estaba muy deshilachado, hay también posicionamiento de la industria uruguaya. Antes los barcos en Nueva Palmira salían a media carga y se completaban con productos de Brasil que al final del día es nuestro competidor. Uruguay empieza a incomodar y está top 5 en el mundo, y para ello la independencia logística es clave. Aquí hay 500 trabajadores más.

-¿Y en obras accesorias y la posterior cadena en funcionamiento?

-Estas obras debían estar listas para recibir el proyecto y hoy lo están. En su pico tuvimos 600 personas trabajando en ello y hoy hay 100. Por otra parte, ya hemos contratado los primeros operadores, los cuales han sido 50% hombres y 50% mujeres. Hoy nuestra universidad es la planta de Fray Bentos, donde incluso vienen empleados de otras partes del mundo para aprender. Finalmente tenemos la cadena en funcionamiento. La planta llama mucho la atención, pero es solo la punta del iceberg: el valor grande es todo lo que hay debajo. Estamos con operaciones en 12 departamentos donde tenemos muchos puestos de trabajo contando viveros, plantaciones, cosechas, transporte, manejo de químicos y productos terminados, mantenimiento, logística, carga, gestión de puertos, carga de buques, recepción en puerto, etc. Son cerca de 10.000 puestos de trabajo nuevos que se activan con la producción. Y es preciso destacar que la planta está ubicada en una zona donde no hay tantas inversiones.

-Mucho se habló en su momento del contrato de UPM con el gobierno para la construcción de esta nueva planta. ¿Cómo ven el posicionamiento de la compañía hoy en el país?

-MM: El tiempo, la consistencia y los hechos fueron transformando ese proceso. La desinformación es natural y es verdad que al principio la hubo, pero hoy vemos los niveles de aprobación del proyecto. Al principio te tienen que creer que lo hacés. Hoy ya recorrimos ese camino y se está viendo en el empleo, en el desarrollo y en las oportunidades. El mejor ejemplo de ello es la coordinación fluida que tenemos con el gobierno en todos los niveles. Hay un interés mutuo para que la planta se desarrolle en tiempo y forma.

-Respecto de la construcción de UPM 2, ¿qué tecnologías de vanguardia se utilizarán y cómo se viene trabajando en el manejo ambiental responsable?

-GG: Tenemos vocación de tecnología de vanguardia, pero aprobada. La escala del proyecto hace que apostemos a eso. UPM 2 cuenta con calderas adicionales para una mejor eficiencia energética, que tiene concepto de economía circular y aprovecha mejor los residuos para generar energía firme y renovable. El uso del agua se ha reducido, y no decimos consumo porque se usa y vierte al curso nuevamente o se evapora. Finalmente tenemos las mediciones, donde hay un gran salto. Hoy en día generamos 30.000 mediciones por mes de la línea de base. Esto requiere medir las estaciones automáticas de aire por la calidad del mismo en la planta y hay boyas de medición de agua tanto en la zona de desarrollo como aguas arriba y aguas abajo. Esto permite tener una trazabilidad en dimensión geográfica y otra en dimensión temporal. Sabemos lo que pasa en cada sitio, y lo que pasa antes de la instalación y luego de la misma. Toda esta información está disponible. La experiencia que tenemos en Fray Bentos nos brinda la tranquilidad de operar una planta de este nivel de forma segura y responsable.

Al hablar de celulosa es mucho más que el papel... -En un futuro con horizontes digitales y menos consumo de papel, ¿por dónde pasan los desafíos de la reconversión en los usos de la celulosa? -GG: Esto es clave porque toca a la compañía y al país como uno de los principales productores de celulosa del mundo. El valor que tiene la celulosa es que es el componente inicial para muchos productos. Naturalmente pensamos en el papel, pero debemos pensar también en productos higiénicos, en biomédica, en aditivos alimenticios, en fibra para generar compuestos base para plásticos renovables… Todo esto hace que tenga fundamentos la demanda. Uruguay tiene diversificación de mercados y diversificación de producto final. No dependemos solo del clima o de una demanda puntual, sino que hay respaldo en una multiplicidad de usos finales. Esto da continuidad. Debemos seguir siendo competitivos para que a la fuerte demanda le sigamos transmitiendo confianza y perspectivas de largo plazo.

“UPM reinvirtió porque encontró un país serio”

-La compañía participó del proceso de la anterior planta y hoy decide invertir de nuevo en el país. ¿Uruguay es un país seguro y estable para captar inversiones?

-GG: Sí. En este caso es más difícil aún porque es más sencillo invertir que reinvertir. Se invierte con una promesa, pero se reinvierte con resultados. Uruguay es importante en esto en el mundo. Acá podemos mostrar que lo planificado se cumplió y UPM reinvirtió porque encontró un país serio y estable, que es lo que necesitan estos grandes proyectos. Hay que ver también el horizonte de las inversiones. Un árbol entre que se planta y se cosecha deja pasar 10 o 12 años. Entre medio hay que operar: son inversiones de largo plazo. No depende del valor del producto, y por eso hay un factor clave en el sector forestal que es la permanencia en el tiempo. Hay una previsibilidad que se genera que es clave para la comunidad, el Estado y la compañía. En inversiones a 30 o 50 años, si no hay estabilidad jurídica y social como podemos decir con orgullo los uruguayos que aquí tenemos, no se puede llevar a cabo. Nosotros vendemos celulosa y no controlamos el precio, por eso las decisiones se plantean mirando la competitividad de la cadena y sus recursos humanos. El desafío está en tener una cadena logística forestal eficiente, competitiva en producción, tecnología y personal. Ese es nuestro desvelo. UPM es una gran compañía escandinava que cotiza en bolsa, entonces que haga la mayor inversión de su historia en Uruguay muestra que hay condiciones para creer y confiar. Solamente hay que ver el crecimiento que hubo en inversiones extranjeras luego de la instalación de la primera planta en Fray Bentos…

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.

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