
El Ing. Agr. Gonzalo Rodríguez Mendaro será el jurado de Hereford en la Expo Rural Prado 2025. Lo hará convencido pues “me dedico a la venta de genética y me tengo mucha fe en seleccionar el ganado”. Haber sido designado le significó “una distinción y un orgullo, no solamente pisar esa pista, sino que los propios expositores me hayan votado”. Dijo que “me da tranquilidad, me han visto jurar en la Nacional en Soriano, en Durazno, en varias exposiciones y confiarán en el ojo de alguien que está atrás de las patas de las vacas permanentemente”. La Sociedad de Criadores designó como secretario a Valentín Helguero.
-¿Qué puntos de contacto tiene jurar en el Prado a seleccionar el ganado en las mangas?
-Mis vacas y mis toros nunca están como los animales en el Prado, donde expresan todo el potencial genético que tienen, preparados por profesionales, por gente que sabe mucho, que tiene muy buen ganado y que además nutricionalmente están siempre en el borde superior. Pero uno agarra costumbre de elegir esos toros, porque en el Uruguay las exposiciones no están divorciadas de la producción. De las mejores cabañas van al Prado, llevan sus mejores productos y son los que ellos van a usar en sus propios vientres y es donde uno elige muchas veces toros para inseminar, o para comprar para repasar en su plantel. Uno está acostumbrado a intentar vislumbrar lo que ve ahí caminando cómo impacta en su propio rodeo. Yo produzco vientres que son los que tienen que después en casa pastorear, recolectar forraje, pasar las penurias, aprovechar los buenos momentos y producir en esas condiciones. Produzco vientres y en mi cabeza tengo, cuando veo tanto las vacas el miércoles, como los toros el jueves, cómo impactaría esa genética en mis vacas con mis recursos forrajeros, que son los que intento interpretar de cómo es la ganadería en el Uruguay.
-¿Cómo es esa ganadería?
-La vaca de cría va al campo natural, la recría de las hembras va al campo natural con algún mejoramiento, yo produzco así y así intento elegir la genética que voy a usar en casa. Si yo vendo toros, la mitad van a ser machos de lo que nazca, de ahí saldrán los toros de venta.
-¿Dónde ubicás a la hembra ideal que va a ir primera en la fila?
-Me pasó en Durazno, uno va con la idea, sobre todo en la función, cabezas chicas, femeninas, que es subjetivo, cuellos elegantes, suavidad en su delantera, muy buenas ubres, que sean suaves, pero que carguen mucho músculo. Y después te empezás a encontrar que esas vacas que uno se imagina tienen músculo y es como una especie de balancear el equilibrio entre la cantidad de músculo, que es nuestro negocio, nosotros vendemos eso, con la función de madre. Me la imagino, creciendo de adelante hacia atrás, con muy buenas patas, muy buenas ubres, buenos cuadriles, anchos de cadera. En mi casa aprendí que el ancho de isquiones me importa mucho, o sea que tenga una cadera amplia, que termine amplia atrás.
-¿Qué te da ese ancho de cadera?
-Interpreto como el resto de la estructura de la vaca. O sea, una vaca o un novillo, o un toro que no tenga ancho de isquiones adecuado, es un animal que tiene una estructura débil y que después a campo no me va a dar la productividad que me da una vaca que tenga un ancho requerido. Tengo treinta y pico inviernos trabajando, uno aprende los inviernos más que en cualquier momento, porque es cuando las cosas se aprietan. Cuando las cosas salen bien, te salen hasta los presupuestos, pero uno aprende cuando las cosas no están buenas. Y he aprendido que la estructura de un animal te ayuda a sobrellevar esos momentos, te sorprende en la balanza, te sorprende en la evolución de peso. Y algo que he visto y que siempre me ha defendido, es una cadera amplia y sobre todo terminando amplia atrás, donde hay lugar para músculo, digamos.
-El jueves, ¿qué tiene que tener un toro? ¿Qué ponderás?
-Lo primero es ver la corrección estructural, cómo camina, cómo se desplaza, las articulaciones, las pezuñas, la suavidad en su delantera, el cuero justo, que no tenga prepucio suelto, cabeza chica, la suavidad del entronque del cuello, la paleta, la función, digamos. Tratando de mejorar la facilidad de parto, uno lo primero que quiere es tener un ternero. Que tenga lomo ancho, grueso, muy buenas piernas. Y después de todo eso, cuando tenés animales, por ejemplo, en una serie, que decís: estos dos o tres están correctos de todo lo que es importante, dentro de esos te sentís cómodo para echar en vacas que van a estar a campo. O sea, no puede ser ni muy chico, que después no puedas cumplir con lo que le reclama la industria, ni muy grandes que sean vacas o vaquillonas que después les cueste entrar, o que te cuesten más recursos. Y ahí está lo que uno vive todos los días atrás de las patas de las vacas, que decís, este toro es divino, pero es un poco exigente para mi vaca, o este toro es precioso, pero es todo equilibrio y balance y es demasiado menudo, digamos, por ir a los extremos.
-Encontrado el que te llenó el ojo, el fenotipo lindo, ¿cuán determinantes son los números, los datos de EPD?
-En Uruguay la cabaña nacional ha trabajado en EPD de manera espectacular, Hereford es impresionante, tenemos muy buena fuente de datos al ser EPD Panamericano y en general no te encontrás con animales que tengan datos que te choquen, esos con pesos al nacer altísimos o crecimientos muy bajos, o habilidad lechera muy bajo. Generalmente son números que no te cambian lo que ves en el fenotipo. Si así fuera, por supuesto que van a jugar dentro de ciertos rangos promedio, por mí está bárbaro. Porque, además, los EPD, que son la expresión del mérito genético, la predicción del mérito genético, tienen una confianza que hace que puedan variar para arriba o para abajo. O sea, dentro de ciertos rangos óptimos, a mí no me cambia. Sí, algún dato que me llame la atención sí puede variar.
-¿Como cuál?
-Son varios, hay un equilibrio en los datos, pero un extremo de peso al nacer, seguramente, un extremo bajo de crecimiento, seguramente, o una habilidad lechera demasiado baja.
-¿Castigas los excesos de preparación?
-Es algo subjetivo, hay que ver cómo está distribuida la grasa. Por supuesto que todos esos animales están excelentemente preparados, a algunos se les puede ir de mambo y entonces aparecen polizones de grasa, grasa en el pecho, eso hay que balancearlo con otras cosas. Para ganarle a un animal por ese defecto, tenés que encontrarle otro animal que sea muy bueno. Si un animal está perfectamente, tiene la grasa bien distribuida, está muy bien preparado, pero no tiene tanto músculo, no es tan ancho como otro que está excedido de preparación, en la cancha lo vas viendo, es algo a castigar, pero con ciertos límites.
-¿Cómo es tu técnica de jura?
-No solamente jurando adentro, sino viendo. Disfruto mucho de ir a la tribuna Olímpica, miro y le presto mucha atención a toda la serie y siempre me pasa lo mismo, uno hace una primera pasada, los hace ver que caminen, ver cómo se desplazan y empieza a detectar cuáles le parecen que pueden estar primero, segundo, tercero. Me parece que en una jura lo importante es que los buenos animales queden arriba y los animales menos positivos queden para abajo. Eso es la primera gran definición. Después los veo uno por uno. Saco para adelante dos o tres, pero sin definirlos, ponerlos juntos y empezar a concentrarme más en los animales que van adelante para decidir el orden. Eso me resultó en Durazno y me siento cómodo con esa modalidad.
-¿La pista del Prado es referencia para lo que debe apuntar todo criador, todo productor de Hereford?
-Ahí lo que importa son los cabañeros con sus productos. O sea, ellos llevan lo que les produjo esa generación, o la generación anterior y es lo que están produciendo y es lo que ellos piensan que hay que reproducir. Voy a estar ahí adentro tratando de ordenar los buenos animales y en definitiva ver hacia dónde pienso que deba ir la raza. Es una opinión, no soy el dueño de la verdad, sólo será mi opinión. Con la humildad de alguien que ha errado muchas veces, pero que tengo la fortaleza de la experiencia. Voy a tratar de argumentar, tratando de ser respetuoso, lo que yo creo de que tiene que ir para adelante.
-¿Y el biotipo?
-A veces cuesta objetivarlo, moderado decimos todos, todos queremos vacas moderadas, ahora capaz que la moderada mía, es grande para el que está al lado. Estamos en un negocio en que la industria también es muy importante, le tenemos que vender y te demanda carcasas cada vez más grandes; y por otro lado, tenés el negocio de la cría sobre campo natural y te importa mucho que tus vaquillonas se preñen a los dos años con las condiciones donde estamos y que la vaca se mantenga. Son dos cosas que permanentemente están en juego. En mi experiencia la vaca mediana es esa vaca entre 480 a 520 kg y por supuesto que el tamaño no tiene nada que ver con la fertilidad. Ese es un medio que cumplís con los dos extremos.
La zafra de toros pinta que estará muy buena
-¿Qué proyectas para la zafra de venta de toros?
-En general ni baja mucho cuando vienen los precios malos, ni sube tanto cuando vienen los precios buenos. En las crisis, no dejás de ponerle combustible a tu camioneta, porque es como un insumo que es imprescindible. En el caso de las vacas, si no tenés toros, no las preñas. El criador está viendo que vende sus terneros a US$ 500, o 600, y hay un mercado demandante. Es una muy buena noticia para toda la cadena. Entonces, me imagino que va a haber muy buena demanda de toros. Por supuesto que siempre el clima juega, pero nadie puede dejar de preñar a la vaca para producir. Tengo buenas expectativas será un poco más que el año pasado o igual.
-¿Eso decís en volumen o en precios?
-En ambas.
-El año pasado rondó los US$ 3.300 ¿Sería por ahí?
-Me da la impresión, por la poca experiencia que tengo, que importa a veces el clima, cómo se haga septiembre-octubre para las decisiones de corto plazo. Pero creo que sí, los valores de los toros deberían estar por lo menos como el año pasado.

“La Hereford está firme, con animales bien adaptados”
-¿Cómo ves el momento Hereford en Uruguay?
-Lo veo bien en el sentido que se ha mantenido, se venden los mismos 2.000 toros de hace tiempo, hay una cabaña nacional que ha ido seleccionando y que le tiene mucha confianza a la raza, por los impactos económicos que tiene, trabaja, tiene buenos EPD, tiene indicadores económicos, se trabaja muy fuerte en Kiyú, en la parte de comunicación, de eficiencia. La veo bien a la raza, se intenta trabajar, se intenta apoyar a los cabañeros, se intenta difundir la fortaleza, y la veo trabajando muy bien en un animal que siempre fue muy adaptado, es muy rústico, y sosteniendo esa rusticidad lo está haciendo que desteten buenos terneros, el tema de la mansedumbre es una maravilla, haciendo énfasis fuerte en la comunicación, en las generaciones más jóvenes de usuarios de la raza.
En un contexto ganadero, que se puede decir que es muy bueno...
La verdad que sí, yo no recuerdo tiempos por varias estaciones sin seca, y que se sumen precios. Vamos 18, 20 meses que vienen muy bien, el año pasado destetamos terneros de 120 kilos, este año también, por dos veranos buenos, que dio muy buenas preñeces. Los precios vienen subiendo y estamos llegando a los del 2022. Y las perspectivas es que siga durante el 25, 26, 27, o sea, si no nos pegamos tiros en el pie internamente, viene muy bien el negocio de la carne. Por supuesto que, en el Uruguay, me lo decía mi padre, somos un país de los 15 minutos. Hace dos años casi nos fundimos con la seca y con la bajada del precio.
-¿Cuál sería ese tiro en el pie?
-Es no dejar que las cosas fluyan naturalmente, cosas que funcionan bien no las toques. El tema de la exportación en pie que ha funcionado durante 30 años, y hemos pasado de faenar 2 millones, a faenar 3 millones, con inversiones hasta en la industria, trabajo en la industria, y mejoras en los precios de comercialización. O sea, ha funcionado como un catalizador para toda la producción nacional, toquetear todo de cómo funciona, me parece que es un tiro en el pie realmente.
Y en la puerta de vaivén, lo que es la importación en pie, ¿qué concepto tenés?
Lo entiendo como algo que podría resultar a primera vista decir que es lógico, pero en realidad, cuando uno rasga un poco, empieza a encontrar que Uruguay ha invertido mucho dinero, los productores, hemos hecho mucho en salud animal, en trazabilidad, en información cristalina, transparente, a lo largo de muchos años, para tirarlo por la ventana. Me parece que somos un país que realmente es distinto a sus vecinos, y que ha hecho las cosas de una manera que, yo me pongo en el papel de comprador del exterior, lo difícil que es diferenciarse, hemos hecho un trabajo institucional brutal, y tirarlo es otro tiro en el pie también.
-¿Te molesta que los frigoríficos tengan feedlot?
-La verdad, no es que me moleste, estoy acostumbrado, pero no sé, no tengo opinión formada. Porque hay tantas maneras de sortear esas restricciones, la historia nos ha demostrado que funciona muy bien la traslación de precios, gracias a lo que dice Inac, tenemos indicadores que hablan que el precio de exportación y lo que se paga por novillo, tiene una relación bastante lineal, y bastante cercana. Y así también con la vaca gorda, y eso se traslada a precios de reposición. Es como que empezáramos a poner restricciones al valor del ternero para que no se pase lo que va de valor del novillo gordo, que es oferta y demanda. Me preocupa más el tema de la concentración en la industria frigorífica, pero no tengo una opinión muy formada, me gustaría escuchar varias opiniones. En Uruguay tendemos a tener opinión de todo, a diferencia de otros países que los productores se dedican a producir. Me paso todo el tiempo arriba de un caballo, o trabajando, o apartando vacas, y no tengo por qué ser un especialista en relaciones de precios, y que, si los frigoríficos tienen que tener parte del negocio en una punta de toda esa cadena, me da un poco de cortedad de estar opinando, uno puede aproximar, tener cierta idea, pero tengo marcha atrás y si hay opiniones que me convencen de gente que está en el tema, bárbaro.