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Generó polémica el planteo de subir peso de carcasas ovinas

Negocios actuales con EE.UU. exigen corderos de 17 kilos.

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¿Hay que subir el peso de carcasa de los corderos para atender a otros mercados? ¿Uruguay debe cruzar más con sus razas carniceras para mejorar este parámetro como lo hizo Australia?...

En el marco de la jornada: “Competitividad del Rubro Ovino desde la Producción de Carne de Calidad”, organizada por INAC, SUL e INIA, se desató esta polémica.

El broker de carne y director comercial de Agromeals S.A., Ing. Agr. Juan Lema, consideró que Uruguay puede llevar su peso de carcasa en ovinos a 20 o 21 kilos, para atender a otros mercados, pero la realidad es que hoy, los negocios que tiene la industria frigorífica que llega con cortes con hueso a Estados Unidos, están exigiendo carcasas de no más de 17 kilos.

Esta realidad, motivó la reacción de algunos productores de ovinos que salieron a preguntarle al broker que identificara esos mercados.

“Si Uruguay logra aumentar los pesos de carcasa también es importante para la industria”, afirmó el especialista, argumentando que hay mercados para ese tipo de cortes y mostrando el camino que emprendió Australia.

Lema dijo que “Australia aumentó el peso carcasa de sus corderos un 30% desde 1990 a 2018 y eso implica casi 118.000 toneladas adicionales. Los corderos con carcasas de 22 kilos pasaron de ser 18% a casi la mitad de los corderos producidos por Australia. Esos se debe, en gran medida al cruzamiento de razas carniceras”, explicó el broker.

Contó que junto a Nueva Zelanda tienen “tendencia a seguir creciendo en kilos de peso carcasa y en caso de Uruguay, desde 1996 con el efecto cordero pesado subieron. Se empezó con carcasas de 10 kilos y se fue a un entorno de 16 kilos. En ese nivel se mantuvo, con fluctuaciones pero se mantiene”.

La estacionalidad de la oferta, la heterogeneidad y el volumen, fueron puestos como limitantes al momento de exportar carne ovina.

En la jornada también fueron panelistas el economista Àlvaro Pereira del INAC, que disertó sobre los mercados, la potencialidad de China, donde aún quedan nichos por explotar y la valorización de los precios, en un mercado con alta demanda.

El potencial de la genética, las herramientas para valorizar la carne ovina exportada, como el compartimento ovino de alta bioseguridad, también formaron parte de los paneles, a través de Jorge Bonino Morlàn, consultor, Eduardo Barre, director de los Servicios Ganaderos y Gabriel Chiappessoni, director del Programa Carne y Lana del INIA. Diego Baralla de Apeo puso números a las cruzas.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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