Los soja y los cereales consiguieron terminar el día con subas, moderadas en los segundos y más expresivas en la oleaginosa, después de un informe mensual USDA que fue como el juego de la mosqueta, más que nunca, sacando de un lado para poner en otro.
En maíz, los datos dieron inventarios finales menores al mes anterior y a lo esperado, cayendo levemente para la zafra disponible, desde 43,39 a 43,21 millones de tons. Con la cosecha guardada en los silos desde hace tiempo, lo que tiró de los inventarios finales es la demanda, que se muestra algo más activa, explicado por la mayor participación desde el exterior en detrimento de la doméstica. El contrato diciembre se mantiene por debajo de los promedios móviles clave, manteniéndose en terreno sobrevendido.
Para soja, en la disponible se vio recorte en los inventarios finales, desde 10,07 en junio a 9,53 millones de tons en julio. La demanda externa también es la gran responsable por esta nueva baja. En cuanto a la zafra nueva, subió levemente el cálculo de inventarios finales, desde 7,08 a 7,89 millones de tons, con una cosecha subiendo en 2 millones de tons, desde 103,42 a 105,60 millones de tons, aunque la demanda externa e interna también ejercen su peso sobre el número final. El contrato noviembre, así, se ubica entre los promedios de 20 y 50 días móviles.
En cuanto a trigo, se espera un aumento en la cosecha de este año, en 1,5 millones de tons, desde 28,58 a 30,08 millones de tons, una cosecha muy superior, de 56,53 a 61,53 millones de tons (5 millones de aumento), aunque la demanda también crece, si bien la mitad del aumento de la cosecha. La externa en este caso no consigue ser tan firme como la doméstica.
FIMIX – Agrofinanzas.