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Edgardo Rostán: “Recambio hace que contratista agropecuario deba actualizarse”

El Presidente de la Cámara Uruguaya de Servicios Agropecuarios, dijo que “al sur del Río Negro, los rindes son excepcionales” para los cultivos de invierno, y respecto de la siembra de cultivos de verano manifestó que “ante los pronósticos de lluvias de esta semana los productores empezaron a llamar y arriesgarse a plantar algo en seco”. Sobre la oferta de trabajo para los contratistas, Rostán aseguró que “hay, pero en una pelea importante con los costos”

 

 

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Edgardo Rostán

 

Hernán T. Zorrilla, encargado del área Agrícola y Forestal del Portal Rurales El País

-¿Cómo viene observando el negocio agrícola?

-Además de presidente de CUSA soy productor y veo que está complicado. Aquella ola en la que vinieron todos los argentinos a plantar soja fue muy dañina para nuestro negocio. Para los contratistas fue bueno, pero para las tierras y los suelos fue una agricultura muy extractiva. En los barcos con soja se llevaron también muchos años de cuidado de suelos. Hubo zonas que quedaron diezmadas, y hoy nos está pasando factura. Ha costado muchos años solucionar los problemas de erosión, zanjas, malezas resistentes, niveles bajos de fertilización y eso complicó el negocio agropecuario. Los costos han influido mucho también, y venimos de años de precios internacionales muy por debajo de los promedios y sin muchas opciones de cambiar el negocio. Han sido años duros donde el que quiere invertir no puede porque la rentabilidad es mínima. Pasando raya, venimos de muchos años donde los números nos daban un empate.

-¿Cómo vienen desarrollándose las cosechas de cultivos de invierno?

-A nivel país muy dispar. En la zona del norte del Río Negro, lugares como Young o Paysandú, estuvo complicado por las heladas tardías que le pegaron a los granos de cebada, trigo y colza. Hubo también excesos de agua en la siembra. Los rindes han sido bajos y con problemas de calidad. Al sur del Río Negro, en lugares como Soriano, Colonia o San José la información es diferente, y si bien hubo daños por heladas en colza y alguna cebada, los rindes son muy buenos. Te diría que son excepcionales. Hemos cerrado chacras de cebada de más de 7.000 kilos. Algunos viajes han sido rechazados por problemas de proteína, pero en general no pasan del 15% o 20% los rechazos. Está siendo un año interesante. Los trigos también vienen de muy buena forma. Cualquier chacra está arriba de los 5.000 kilos.

-En lo que tiene que ver con las siembras de soja y maíz, ¿cómo vienen transcurriendo?

-Los maíces que se sembraron temprano, con la humedad que había, están muy lindos. Por el anuncio de la Niña no se habían sembrado las áreas planificadas. Los productores esperaron. Tenemos clientes que cambiaron sobre la marcha y pasaron algo más hacia soja. La sequía y el precio llevó a ese cambio. De soja se ha sembrado muy poco al momento. Se implantó algo a principios de noviembre, pero ya no había mucha agua y generaron cultivos de 7 u 8 plantas por metro. Eso no es bueno. Se estaba sufriendo mucho la seca y por eso se paró la siembra de primera. Ante los pronósticos de lluvias de esta semana los productores empezaron a llamar y arriesgarse a plantar algo en seco. Esta semana cayó algo de agua que permite adelantar los nacimientos y avanzar en la siembra de soja de primera. En lo que tiene que ver con soja de segunda no hay casi nada implantado todavía.

-¿Cómo está la situación de trabajo actualmente para los contratistas?

-Está difícil. Trabajo hay pero en una pelea importante con los costos. Hay un pedido por parte del cliente de trabajar con mucha tecnología, pero eso cuesta mucho dinero y los contratistas hace 3 o 4 años que están en una situación donde no se puede invertir en máquinas nuevas. Hace 5 o 6 años, con la baja de área de la agricultura hubo una sobreoferta de equipos, que hoy tienen demasiado uso y son viejos. El costo operativo de esos equipos es muy alto. Preferimos comprar nuevos equipos con plazos antes que comprar repuestos. Esa sobreoferta bajó porque quedaron funcionando solo los equipos nuevos, y las máquinas viejas y chicas están desapareciendo. De esta forma están desapareciendo contratistas también. Hay un cambio importante en la forma de la contrata. Hace 35 años que estoy en esto y antes había un relacionamiento con los clientes y productores que se parecía a un familiar. Hoy hay una dinámica alrededor del precio y el servicio, y lo demás queda por fuera. Cuidamos los clientes pero si aparece otro por US$ 1 o US$ 2 menos te sustituyen. Si demorás 2 horas más en llegar a una cosecha o una siembra contratan otro equipo. El recambio generacional exige otra cosa y el contratista debe adaptarse. Tal vez el cambio es para bien, pero viene dándose muy rápido. Esto tiene que ser negocio para los dos.

-Profundizando en el tema costos, ¿cuál es la situación actual?

-El tipo de cambio influye mucho. Hay una inflación en dólares. Los repuestos hace 2 o 3 años estaban un 15% o 20% por debajo de lo que están hoy, hablando de la misma pieza, y a veces con calidades que nos hacen renegar. Hay que ser muy cuidadoso. El tipo de cambio en su momento nos ayudaba a mitigar los costos en pesos, pero ya lo hemos perdido. No hay márgenes importantes para seguir trabajando. Si a todo esto, sumamos que las máquinas tienen muchas horas de uso y hay que hacerles mucho mantenimiento, genera un perjuicio importante.

-¿Cómo se viene trabajando en precios?

-Estamos trabajando un 8% por debajo de lo que fue la siembra de soja del año pasado. En tarifas sugeridas, estamos entre un 5% y un 8% por debajo. Todo esto está dado por el tipo de cambio.

-En el marco de la pandemia que estamos viviendo, ¿cómo se viene trabajando con los protocolos y el cuidado que hay que tener?

-CUSA ve con preocupación la situación. Hace unos días difundimos un comunicado tratando de sensibilizar a la gente. Cuando empezó la pandemia en marzo, nos reunimos con las autoridades y se generó un protocolo que funcionó bien. Al comienzo de esta nueva zafra notamos que hemos bajado la guardia. Salimos a la prensa para tratar de dar un tirón de orejas. Nos preocupa mucho porque si nuestro sector comienza a parar pierde el país entero. La cuarentena en un equipo de cosecha o siembra, que hay que hacer si o si, impide que la gente realice el trabajo. Sería una situación de crisis total. Está bueno que generemos conocimiento y apliquemos los protocolos. Tenemos una herramienta muy buena pero debemos usarla.

-¿Cómo ve el futuro de los contratistas en Uruguay?

-Es un mal necesario. El contratista antiguo va a desaparecer si no se adapta a lo que piden las nuevas generaciones. El contratista agropecuario debe actualizarse. La inversión en tecnología es cada vez más cara y te vuelve las máquinas obsoletas en 4 o 5 años. Para poder cambiar este aspecto necesitamos créditos adecuados, y hoy no los tenemos. Si tenemos poca rentabilidad y estamos usando demasiado las máquinas viejas, se hace difícil generar las condiciones para invertir. Todo esto afecta la calidad de los equipos.

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