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Daniel Gonnet: “Un arrocero es el socio ideal para un ganadero exitoso”

El gerente agropecuario de Casarone, dijo que estadísticamente esta zafra obtuvo el mejor rendimiento de la historia del arroz en Uruguay, con 9100 o 9200 kg por hectárea, y afirmó que el contrato de precio convenio “permite transformar en empresario a alguien que lo que quiere es plantar arroz”. Consultado acerca de la no suba de combustibles, valoró positivamente la postura del gobierno ya que esto “requiere necesariamente de un análisis ponderado de sacrificio presente y beneficios futuros”, y respecto del accionar del BROU dijo que “posibilitó la continuidad de muchos productores que hoy pueden generar trabajo y divisas para el país”.

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Hernán T. Zorrilla

Encargado del área Agrícola y Forestal del Portal Rurales El País.

-Estamos cerrando una zafra con rendimientos históricos, ¿cómo la analiza?

-Para la estadística es el mejor rendimiento de la historia del arroz en Uruguay. El resultado final seguramente va a estar en el entorno de los 9100 o 9200 kg por hectárea, lo cual está bastante por encima de nuestro mejor año hasta ahora que había sido 8650 kg en 2014-2015. Es un desafío analizar cuán sostenible es este resultado en el tiempo. El primer escalón es sembrar en octubre. Esta zafra lo hicimos en un 90% del área, ya que llovieron solo 50 mm ese mes. ¿Qué pasa en un octubre normal con precipitaciones de 110 mm? Hay mucho por trabajar en las relaciones arrocero-propietario de tierra para asegurar el objetivo de sembrar temprano en años con lluvias normales.

-¿Uruguay tiene techo cuando se habla de elevar rendimientos?

-El potencial de rendimiento que puede alcanzar un cultivo está determinado por la oferta ambiental de una zona en particular y las características genéticas de los materiales que se siembran. Nuestro techo va a tener un límite definido por nuestra zona de producción, pero todavía tenemos espacio suficiente para avanzar sobre él.

-¿Cómo se comportaron las diferentes variedades?

-En términos generales, todos los materiales sembrados tuvieron un muy buen desempeño. En este panorama general muy bueno, se destaca una nueva variedad lanzada por la investigación nacional, que es INIA Merín, que ocupó en esta zafra un área cercana al 50% del total y obtuvo un rendimiento superior a los 9500 kg por hectárea.

-Uruguay es pionero a nivel mundial en producción de arroz. ¿Por dónde pasan las principales fortalezas del sistema?

-Nuestro país exporta arroz en forma ininterrumpida desde hace más de 80 años. De los 5 principales productos de exportación de Uruguay (carne, soja, celulosa, leche y arroz), hay 3 que son de consumo humano directo que son la carne, la leche y el arroz. Esta característica implica oportunidades y desafíos porque la exposición es directa. En este contexto, un atributo diferencial es la confiabilidad. Uruguay ha construido una reputación a través de los años, que es su principal ventaja competitiva en el mercado mundial de alimentos. Específicamente en arroz, Uruguay puede vender por variedad. Esto lo diferencia frente al resto de sus competidores que mayoritariamente venden arroz “mezcla”. Todos los años y en todos los mercados se arriesga a asegurar que van determinadas toneladas de determinada variedad y en la fecha pactada. Que esto se cumpla sistemáticamente es una de las principales fortalezas del sistema.

-El sistema precio convenio es un caso único en lo que tiene que ver con la fijación de precios. ¿Cómo lo evalúa?

-En términos muy generales, ya que es un tema muy amplio, el sistema se basa en un contrato entre productores e industrias participantes del convenio. El acuerdo prevé pagar un precio al productor que es el resultado de las ventas promedio de arroz de todo el año, restando los costos de procesamiento y una utilidad industria predefinida. El sistema resuelve de una forma original, creativa e integradora una falla de mercado típica de los agronegocios exportadores. La ventaja principal del contrato de precio convenio es que contempla gran parte de las necesidades y aspiraciones que tienen los productores e industriales para desarrollar una cadena exitosa en una situación de competencia imperfecta. El vínculo del productor arrocero con el cultivo va mucho más allá del vínculo que tiene un agente económico con un negocio. Este comportamiento se explica por algunas características propias de la actividad y por la cultura arrocera construida a partir de la vigencia histórica del sistema. Producir arroz en Uruguay es una forma de vida. El contrato de precio convenio promueve un ambiente favorable para el desarrollo empresarial de estas actividades. Permite transformar en empresario a alguien que lo que quiere es plantar arroz. Por otro lado, el origen del sistema y su aplicación sistemática durante décadas requiere de una fuerte institucionalidad para representar los intereses sectoriales, y el ejemplo de esto es la Asociación de Cultivadores de Arroz.

-¿Cómo evalúan desde la industria el arbitraje recientemente definido?

-El procedimiento de arbitraje es una fortaleza del sistema. Está previsto en el contrato como un mecanismo de resolución de controversias. En caso de no acuerdo entre partes, se pasa a una instancia siguiente, en la que los peritos independientes y actuando en representación de cada parte analizan y resuelven las diferencias en base a la documentación aportada. También prevé el contrato el no acuerdo de los peritos y en ese extremo se pasa a la actuación de un tercer árbitro cuyo fallo será inapelable. Este fue el caso del arbitraje 2018-2019. Desde nuestro punto de vista el ejercicio de arbitraje es útil y positivo en determinadas circunstancias. Ese precio final creo que es de conformidad para ambas partes en general. Fue producto de la revisión de 3 equipos de peritos.

-La pasada zafra Uruguay se vio limitado en crecimiento de área por problemas de agua. ¿Cómo ve la zafra que se viene?

-En la zafra pasada no pudimos sembrar toda el área que teníamos intención de hacer. En esta zafra estamos mejor, aunque prevemos dificultades en algunas zonas, principalmente Cerro Largo y la zona Norte en los departamentos de Artigas y Salto. A mediados de mayo hay represas que están muy bajas y difícilmente alcancen el total de su capacidad de riego.

-Hoy la soja maneja valores extremadamente interesantes, ¿piensa que pueden incrementarse las rotaciones arroz-soja en campos arroceros?

-Aún con la soja a US$ 350, nosotros creemos que tiene un lugar importante en la rotación con arroz. Hoy disponemos de nuevas tecnologías de sistemas de navegación satelital que nos permiten hacer relevamientos topográficos con precisión centimétrica. Esto nos posibilita sistematizar las áreas de cultivo y diseñar las estructuras de riego y drenaje con una precisión muy alta. El arrocero domina estas tecnologías y hoy es el productor más capacitado para desarrollar estos cultivos. Desde nuestro punto de vista el arrocero hoy se debe definir en forma más amplia, es un profesional del riego y el drenaje de cultivos de granos y pasturas. Agregando estos precios, un arrocero es el socio ideal para un ganadero exitoso.

-En el marco de esta pandemia se ha hablado mucho del sector agropecuario como motor de la recuperación de la economía nacional. A su vez, hay divergencias en las concepciones de la producción entre la gente que conoce del rubro y quienes no. ¿Cuán importante es romper esa brecha?

-Es fundamental, difícil y estratégico a la vez. Creo que tenemos un problema anterior a esa brecha y es que no tenemos definido a dónde vamos como país. Debemos alinearnos en donde queremos estar en 20 o 30 años y trabajar para alcanzar ese objetivo. Creo que Uruguay tiene un destino claro como productor de alimentos gourmet, basados en la ciencia y la tecnología. No son contradictorios estos conceptos, sino mutuamente dependientes. Para producir los alimentos que queremos venderle al mundo necesitamos ciencia e innovación. Como no podemos vender por cantidades, necesariamente tenemos que hacerlo por calidad y diferenciación. Tenemos ventajas comparativas por nuestros sistemas de producción (rotación de cultivos y producción de carne con base pastoril) y ventajas competitivas por nuestra construcción institucional. Estos atributos son singulares en el mundo y se aprecian. Debemos trabajar para fortalecerlos.

“Debemos reconocer la actitud

del BROU con el sector”

-¿Cómo observan la no suba de combustibles pautada por el gobierno?

-Desde la postura sectorial con satisfacción. Desde la perspectiva de ciudadano con esperanza. Es una decisión difícil para un gobierno resignar ingresos en una situación comprometida desde el punto de vista fiscal. Hay argumentos para la suba, y el hecho de no hacerlo requiere necesariamente de un análisis ponderado de sacrificio presente y beneficios futuros.

-En cuanto a energía eléctrica, ¿qué opinión le merecen las tarifas?

-Hay mucho por trabajar ahí. Tenemos que optimizar la ecuación: mayor oferta - menor consumo - menor costo. Hay espacio para poner más inteligencia en las tarifas. Por otro lado, es importante preguntarnos cuánto costo de energía estamos incorporando en los productos que exportamos.

-En lo que tiene que ver con el endeudamiento y la adjudicación de créditos, ¿cómo cree que se posiciona el sector hacia la zafra entrante?

-En primer lugar es importante reconocer una actitud proactiva del BROU con el sector. En la zafra pasada, antes del 30 de junio de 2020, hubo un análisis sectorial que determinó una readecuación de plazos y tasas de muchas de las deudas arroceras. Esto posibilitó la continuidad de muchos productores que hoy pueden generar trabajo y divisas para el país.

 

“En negocios agropecuarios no tenemos la vaca atada,

pero tratamos de tener alambres firmes...”

 

¿Puede el sector ilusionarse con buenos precios sostenidos en el futuro?

-Uruguay exporta el 95% de lo que produce. El comercio mundial de arroz es uno de los mercados más protegidos y distorsionados del mundo. Dependemos de muchas variables en cada país destinatario de nuestros productos. En lo que coinciden los analistas es en que en los próximos 10 años vamos a tener un equilibrio ajustado entre producción y consumo. También es cierto que lamentablemente el mundo va a sufrir un aumento en los índices de pobreza en los próximos años, y el arroz cumple un papel clave en la alimentación de los sectores más vulnerables. Nunca tenemos la vaca atada en los negocios agropecuarios, pero tratamos de tener los alambres firmes.

-¿Por dónde pasan los principales desafíos del Uruguay productivo en el sector arrocero?

-Para nosotros uno de los puntos más importantes es analizar y comprender como es el negocio en el que estamos y definir estrategias. Por ejemplo, debemos aprender a manejarnos en ciclos, diversificar riesgos incorporando actividades complementarias a nuestro cultivo principal. Construir relaciones sinérgicas con nuestro socio principal para el rendimiento, como es el ganadero, es clave. Después de esto, las respuestas a las preguntas vienen solas: elevamos rindes, bajamos costos e innovamos en tecnología.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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