
Lo que siembra el agro, lo cosecha el país. Hace una semana me ronda en la cabeza la frase final del discurso de Rafael Ferber en el acto oficial de la Expo Rural Prado 2025. Es que no sólo coincido con el presidente de la Asociación Rural del Uruguay en tal afirmación, sino que lo traigo a cuenta para este momento que comenzamos a transitar y que durante algo más de un mes será tema de conversación y análisis del sector ganadero. Porque lo que se invierta en estos 45 días en genética, sin dudas será lo que se recoja en divisas en los próximos años.
Comienza el futuro titulaba hace algunos años atrás en el inicio de una zafra de venta de reproductores. Y es tal cual. Los toros que se venderán en estos días, marcarán la producción de carnes de calidad que distinguen al país en el mundo. Pero no es una zafra más. Todos los indicadores marcan que no sólo se venderán todos los reproductores que pasen por las pistas de remates, sino que además cotizarán muy bien. Es que “la moneda del criador”, como le gusta decir a un amigo, está fuerte y a esto se suman un montón de factores que hacen que éste sea un gran momento ganadero.
Empezando por los datos conocidos hace pocos días de las existencias vacunas, que no sólo reflejan un crecimiento en la cantidad total, de 133 mil cabezas, sino que por segundo año consecutivo marca que se supera la cifra de los 3 millones de terneros, siendo la más alta registrada. Pero la cifra más relevante de la declaración jurada es el aumento del rodeo de cría con 4,34 millones de vacas, la mayor cantidad desde hace varios años. Estos datos, del crecimiento de 7,6% del rodeo de cría, no hacen más que ratificar que, mediante la eficiencia ganadera la cría toma protagonismo sustentando la fortaleza del sector. E incluso asegurando que, con la cantidad de vacas de cría registradas, se mantenga la expectativa de superar nuevamente los 3 millones de terneros el año que viene, completando el tercer año que se supere esa cifra casi emblemática para la ganadería nacional.
Eso en cuanto a la cantidad, pero también está el factor mercado que refleja valores muy buenos, y sostenibles, por el ganado. Un reconocido industrial frigorífico suele decir que lo que se paga por el ganado en el país es reflejo de lo que se cobra por la carne exportada. Bueno, ese punto también es uno de los pilares del optimismo, con una cifra estabilizada en el entorno de los US$ 5.000 la tonelada de carne y con un escenario que el país navega con fluidez pese a las revueltas aguas del comercio internacional provocadas por las olas arancelarias y las guerras comerciales.
Esto lleva a la estabilidad de valores que se recogen por el ganado gordo, punta de lanza del negocio, que está consolidado en valores superando los US$ 5,30 y subiendo para los novillos, acercándose al récord de hace tres años atrás. También, en el mercado de reposición la cotización del ternero refleja este gran momento con valores en torno a los US$ 3,27 que consolidan el buen momento para los criadores.
Si a esto se suma el buen momento climático, especialmente en las zonas centro y norte del país donde han recibido mejores y más abundantes lluvias, que provocan esa sabida “inflación de ánimo” en los criadores, se redondea un momento muy bueno. Aunque ya no se corresponda a la tradicional ecuación de terneros, o novillos, por toros, basados en estos números de hoy, se podría inducir que, además de venderse todos los reproductores que pasen por las pistas o pantallas, el valor debería ser superior al del año pasado. Recordemos, un año atrás, se comercializaron en la zafra, según la encuesta de Rurales El País, 7.160 reproductores a un valor promedio de US$ 3.273. Fueron: 4.239 Angus (59,6%) a US$ 3.298, 1.866 Hereford (26,1%) a US$ 3.295, 571 Brangus (8%) a US$ 3.278 y 297 Braford (4,15%) a US$ 3.094.
Hace un año, el novillo estaba a US$ 3,85, los terneros en torno a US$ 2,56… O sea, si se hace la proyección, mientras se ven los pastos crecer y se leen las noticias que el mundo requiere cada vez más carne de calidad como la uruguaya, da para ser optimistas para lo que sucederá en la zafra que ya comenzó de muy buena forma con el remate de la central de pruebas de la Hereford en Kiyú, que reflejó un aumento en la cotización promedio de los toros del 29%. Lo mismo sucedió en las ventas de reproductores bovinos en la reciente Expo Rural del Prado, donde el incremento del promedio de los toros superó el 30%.
Entonces, todo está dado para que, además de dispersarse lo mejor de la genética bovina hacia todo el país, se recojan buenos valores. Porque, además, lo que siembra el agro, en este caso la cría vacuna, lo cosechará el país todo con las divisas que se obtengan por la carne de calidad reconocida. Vaya que sí.