Como la vida misma: con alegrías y tristezas. Así fue el remate de los Angus de cabaña ”Cambá Pytá” realizado en la noche de ayer.
Es que, con la vuelta de compradores “ao vivo” al local “Chiflero”, comenzó con la emoción a flor de piel cuando, previo a las ventas, Fernando Barrios recordara que “somos afortunados por reencontrarnos, pero en este año difícil que vivimos todos, debemos recordar a cuatro personas que no están hoy acá”. Y evocó a “Pompa Velloso, Mauro Riani, Gabriel Couto y “el Ponta”.
El director de la cabaña reiteró además que “en Cambá Pytá seguimos con el mismo compromiso de la búsqueda del mejoramiento genético para que la ganadería sea cada vez más rentable”. Porque afirmó que “con ese objetivo no transamos...”.
Ya en las ventas Gerardo Zambrano utilizó toda su ductilidad para dispersar el 100% de los vientres y toros en poco más de hora y media, con negocios muy fluidos y con prácticamente la misma cantidad de martillazos como reproductores se ofrecieron en la pista.
Las ventas.
Los 50 toros ofertados, fueron comercializados a un valor promedio de US$ 4.198, con notoria preferencia por los colorados: los 21 Red Angus hicieron valor medio en US$ 4.823, mientras los 29 negros de US$ 3.745.
El máximo valor fue US$ 9.720 por un toro colorado: “Cumplido” (Cambá-Pytpa 246 Cachafaz 1203), adquirido por Fertigen. En tanto el precio piso fue US$ 3.360 (por un toro).
Y si buena fue la venta de los toros, los vientres no fueron menos: las 48 vaquillonas preñadas hicieron US$ 2.055. Las 37 de pedigree: 3.120, 1.680 y 2.262 y 11 las SA a US$ 1.358.
Por eso, al final llegó el festejo. Porque se vendió todo. Porque se lograron muy buenos valores. Porque operaron clientes tradicionales y nuevos. Porque estaba Juan Ángel...
En fin...
Como la vida misma...