Dispersión total de la oferta en la pista de la Rural de Durazno y con buenos valores.
Pablo D. Mestre.
No fue un remate más, claro que no...
En el local “Santa Bernardina” de la Sociedad Rural de Durazno, entre criadores de distintas partes del país, la venta del plantel de los caballos Criollos de cabaña “Selva Negra del Queguay” era diferente y fue distinto.
Con los negocios a cargo de escritorio Victorica & Asociados, bajo el martillo de Ignacio Victorica Sáenz, se ofertaba parte de la historia de la raza, pasando más de los 150 caballos que se anunciaban.
Es que, en la pista, estaba puesta la pasión de Juanita Sáenz de Victorica, con la que fue seleccionando su tropilla, poniéndole dedicación y conocimientos en ello.
Los negocios.
Tras una extensa y fructífera jornada, se comercializaron finalmente 164 Criollos con buena demanda y valores que dejaron conformes a todos.
Los valores máximos, mínimos y sus respectivos promedios, expresados en dólares estadounidenses, fueron los siguientes: padrillos: 3.120, 1.200 y 2.240; yeguas de andar: 2.100, 820 y 1.320; caballos de andar: 940, 630 y 690; yeguas de manada: 1.560, 300 y 690; potros y potras: 2.100, 200 y 625.
La conformidad.
Tras la extensa labor en el martillo, Ignacio Victorica Sáenz dijo de su conformidad con el resultado de la subasta. “Es verdad que la caballada estaba con una excelente preparación, cosa que fue destacada por todos quienes vinieron de prácticamente todo el país a la subasta y por los muchos que operaron a través de la transmisión por TV”, aseguró el martillero.
Por ello, agregó, “se hizo fácil el mercado, con pujas por cada uno de los lotes que entraban a la pista de la Rural de Durazno”. Tanto, dijo Victorica, “que muchos que tenían varios caballos anotados, finalmente no pudieron comprar todos porque los valores se les fueron por encima de lo que tenían pensado”.
Por todo eso, no fue un remate más... Claro que no...