Avanza creación de un consorcio para competir con Oceanía.

Texel en Expo Prado 2017.
Pablo Antúnez
La creación del Consorcio Agroindustrial de la Carne Ovina continúa avanzando y ayer en la tarde se realizaron más reuniones, lográndose incluir al Instituto Nacional de Carnes (INAC). Hoy ya se logró agrupar a la Asociación Rural del Uruguay, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, al Laboratorio Tecnológico del Uruguay y también se desarrollaron contactos con el Secretariado Uruguayo de la Lana, para utilizar el potencial técnico de esta institución si es necesario.
“La meta es incluir a todas las razas productoras de carne ovina, trabajar junto con la industria frigorífica y la institucionalidad agropecuaria, pero apuntando a producir un cordero de 6 meses, con alta calidad y carcasas pesadas como demanda el mercado de Estados Unidos, entre otros destinos de alto potencial”, afirmó ayer a El País el presidente de la Sociedad de Criadores de Texel, Diego Riccetto, impulsor de este consorcio.
Apuntando a la diferenciación —más allá de que en algún momento se puedan certificar bienestar animal o cuidado del medio ambiente—, se busca “entrar a competir con la producción que hoy vende Australia y Nueva Zelanda con igual o mejor producto”, destacó Riccetto. Oceanía exporta hoy alrededor de 20 millones de corderos por año y llega a los mercados de mayor valor con un producto reconocido por los consumidores de elite.
Ricetto estima que la creación de este consorcio “va a favorecer y dinamizar el sector ovino, lo va a revolucionar. No tenemos límites. Del Río Negro hacia abajo hay miles de productores pequeños que no tienen rentabilidad y el ovino es una gran salida. Estamos en condiciones de tener 10 millones de ovejas si el negocio camina”, dijo Riccetto.
Para el presidente de la Sociedad Criadores de Texel del Uruguay, el negocio de la oveja “es de suma importancia para el país. Es un negocio socializador, familiar, sirve para pequeños y medianos productos, pero a la vez es de alto impacto, porque se invierte muy poco y el retorno es alto” y ahora mucho más con la apertura de Estados Unidos para la carne ovina con hueso procedente de los compartimentos ovinos y frente a otros destinos potenciales que están por lograrse.
Frigoríficos. El próximo paso de los impulsores del consorcio es reunirse en breve con las dos cámaras de la industria frigorífica uruguaya. “La industria es una parte fundamental de este proyecto. Buscaremos concientizarla y queremos que sea socia del productor”, pero a la vez, en conjunto se aspira a “definir cuál será el producto que ellos pretenden para poder salir al mundo a venderlo de la mejor manera posible para lograr una diferenciación” de la carne ovina uruguaya.
“No podemos seguir produciendo y vendiendo lo que nosotros queremos, hay que apuntar al producto y las carcasas que el mundo quiere”, afirmó Riccetto.