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Autoconvocados rebaten argumentos del gobierno

En un documento critican, entre otras cosas, la “trazabilidad” y auguran caída de exportaciones.

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En un documento concebido como respuesta a los conceptos que creen que manejará en la cadena nacional de hoy el presidente Tabaré Vázquez, los productores rurales “autoconvocados” cuestionan la conveniencia económica de la trazabilidad del ganado, auguran una caída en las exportaciones agropecuarias este año, consideran que el alza del precio de la tierra de años pasados fue una burbuja y denuncian que el Estado en ningún momento adaptó sus costos para ayudar al sector productivo a competir.

El movimiento “Un solo Uruguay”, como se denominan los “autoconvocados”, elaboró un documento compuesto por 27 puntos y un apartado de conclusiones al que accedió El País. Comienza con el diagnóstico de que la buena situación climática de 2016 y 2017 contribuyó a disimular los efectos del quiebre del ciclo de crecimiento positivo de la economía en 2015. Esos efectos se evidenciarán este año con la caída en las exportaciones tradicionales del agro. “Uno de los principales problemas que se visualiza actualmente es que a pesar del crecimiento sostenido de las exportaciones vinculadas al agro, hoy el margen de ganancia de todos los que participan de las mismas es muy escaso, nulo o negativo, lo que no lo hace sustentable en el mediano y largo plazo”, señala.

La recaudación del Estado ha mejorado a fuerza de incrementos tarifarios e impositivos, denuncian los productores. “Hoy estamos planteando la necesidad de anticiparse, los cambios ya se dieron en el mercado mundial, sin embargo no ha habido ninguna adaptación desde los costos del Estado para el sistema productivo, lo que va generando cada vez más perdidas de empresas y puestos de trabajo”, dice el documento.

Precio de la tierra.

El análisis de los productores relativiza mucho la valorización del precio de la tierra que entre 2004 y 2014 se explicó básicamente por la demanda para forestación. Se sumó a esto el ingreso de capitales especulativos que llegaron a la región atraídos por el alto precio de las commodities que generaron una burbuja especulativa. “El aumento de la productividad, la inversión y la reinversión para elevar los niveles de retorno del capital fueron a consecuencia de que para mantenerse en el rubro había que producir mucho (por ejemplo para pagar rentas que se dispararon exponencialmente) y no verse tentados a vender la tierra a capitales extranjeros, proceso este que creció como nunca en la historia reciente del país”.

Luego cuestionan severamente el efecto de la “trazabilidad” en la valorización de las exportaciones de carne. “La trazabilidad no ha avanzado nada desde el inicio, no hay trazabilidad, hay identificación animal. No ha generado nada desde el punto de vista económico (Brasil exportó a mayor precio la tonelada de carne en 2017), solo más gastos, más burocracia y más control por parte del Estado, lo que muestra a las claras que se ha ido por el lado de las políticas de control y no de fomento del desarrollo. Hoy coexisten dos formas de identificar los rodeos, con un sobrecosto para la gente y sin un beneficio económico para el país, vendemos en los mismos mercados y a los mismos precios que quienes no tienen trazabilidad en sus rodeos. Además, ha sido un costo extra no productivo para los productores, ya que tienen que pagar para que le realicen las lecturas de caravana del ganado antes de cualquier movimiento, sin ninguna mejora a cambio”, sostienen.

En cuanto a los planes de manejo y uso del suelo, los autoconvocados entienden que, si bien su objetivo es compartible, hoy supone un costo declarado para los productores que tienen que pagar por su elaboración.

Riego restringido.

Más allá de que hay un proyecto a consideración parlamentaria para facilitar el acceso al riego, la situación actual lo hace muy oneroso para la mayoría de los productores.

“En Uruguay a diferencia de otros países los costos de acumular agua y bombear el agua hacia los sistemas de riego son tanto o más caros que los propios equipos de riego. A esto se debe agregar que el alto costo energético muchas veces no hace viable esta tecnología y que el sistema de estímulo implica que primero el productor se endeude para luego descontar en caso de obtener ganancias, a diferencia de lo que pasa en otros países, donde el estímulo es con aportes directos del gobierno al momento de la instalación de los sistemas de riego. Esta pequeña diferencia es la que hace que el productor chico y mediano no acceda a esta tecnología”, dice el documento.

Los fondos lecheros y arroceros son descartados por los autoconvocados como “la vieja calesita, créditos para pagar créditos, no solucionan ninguna problemática estructural, solo patean el problema para adelante”. El fondo de garantía del sector lácteo no va a los productores y las rebajas planteadas en el costo de la energía eléctrica “son de alcance limitado en cuanto a la cantidad de productores y por tiempo limitado”.

La devolución del IVA en la compra de gasoil “no tiene impacto financiero” y “no mejora la competitividad de los sistemas ya que los productores argentinos o brasileros también tiene devolución o descuentos de impuestos”. “El sistema productivo compite con otros productores de otros países, no con el campo vecino. No se ha logrado entender la problemática de la competitividad”, señalan los autoconvocados.

Es inviable que el consumo siga alto por el dólar bajo.

El documento es crítico de la política comercial de Uruguay porque si bien se ha logrado diversificar el destino de las exportaciones se siguen pagando al año US$ 600 millones en aranceles por la falta de acuerdos con bloques u otros países.

También cuestiona la política cambiaria y considera que en algún momento terminará la situación en la que un dólar barato fogonea el consumo. “Uruguay ya vivió esto, donde todos festejábamos los duraznos en almíbar griegos baratos mientras cerraban empresas nacionales. La emisión de Letras de Regulación Monetaria en pesos y en Unidades Indexadas. como forma de tomar crédito consecuencia del alto nivel de déficit fiscal inunda el mercado de dólares al mismo tiempo que retira pesos del circuito, así que no es verdad que el Estado no interviene en la cotización del dólar, de ser verdad que se está interviniendo para que no caiga el dólar, las reservas del BCU deberían aumentar sistemáticamente en igual magnitud de compra de dólares en el mercado y esto no es así. Uruguay ya vivió estos procesos y todos sabemos en que desencadena”, agrega.

Además de cuestionar la gran cantidad de vehículos oficiales y el aumento de la cantidad de funcionarios públicos, denuncian que UTE se ha utilizado “como una fuente de recaudación no impositiva” lo que ha impedido trasladar a los usuarios los efectos de la disminución de sus costos de generación.

Apuntan que entre 2000 y 2010 desaparecieron 12.000 productores de los cuales 11.000 explotaban predios menores a 100 hectáreas y en el periodo 2011-2016, dejaron de aportar al Banco de Previsión Social unos 6500 patrones en la caja rural.

En sus conclusiones los autoconvocados apuntan que la situación del interior “se viene degradando a pasos agigantados” y revertir esta situación requiere un diagnóstico adecuado y no soluciones sectoriales sino globales que se deben encontrar con diálogo.

Destacan que pagan gran variedad de impuestos.

Los autoconvocados salen al cruce de la frecuente crítica de que el agro paga pocos impuestos. Mencionan, por ejemplo, que pagan IVA, IRAE e Imeba, y tributos destinados al Mevir, el INIA y Primaria, la Contribución Inmobiliaria Rural, y el Impuesto al Patrimonio además de los indirectos como la Tasa Consular que grava los insumos usados en toda la cadena productiva de origen extranjero. “Todos los productores aún los más chicos pagan impuestos que van a diferentes organismos del Estado” dicen.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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