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Auguran una buena encarnerada

Majadas recuperaron su estado corporal y se apuesta a producir más corderos este año.

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Pablo Antúnez

La oveja quiere pastor y en Uruguay los hay muy buenos. Ahora se las va a cobrar a los que no confiaron en su potencial productivo. El fortalecimiento del precio de la carne ovina y valores, que aunque cayeron, no son tan malos para las lanas, más una vocación arraigada durante generaciones, hacen prever una buena encarnerada.

El stock ovino no mostró señales drásticas de reducción, aunque sí leves caídas o repuntes. A su vez, la faena de ovinos no se ha disparado, lo que hace suponer que se mantendrá. Eso asegura que se puedan aprovechar en este servicio la mayor cantidad de vientres posible.

Pero hay otro hecho que marca una diferencia más profunda frente a otros años. A principios del año pasado, los que estaban más contentos eran los productores de lanas finas, incluso llegaron a retener capones para poder elevar el volumen de producción y aprovechar los buenos precios del mercado.

“Ahora el panorama cambió, por más que el precio de las lanas finas continúe siendo bueno. Este año se ven muy buenos resultados económicos con productores de lanas medias y aquellos que dejaron atrás las 29 o 30 micras y pasaron a 27 o 26 micras, tienen un cambio en el ánimo muy notorio”, afirmó a El País el Ing. Agr. José Ignacio Aguerre, técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) para el departamento de Tacuarembó.

Esos productores de lanas medias, hoy dejaron atrás las complicaciones y los bajos precios del año pasado y este año lograron comercializar lanas de tipo Corriedale de 26,5 micras a US$ 5 por kilo.

Para Aguerre, esa “es la principal señal que tienen esos productores para mejorar el ánimo, sumado a que la relación lana/carne cambio en cuanto a precios”. Con valores tonificados para la carne ovina y con razas doble propósito (productoras de carne y lana), como siempre produjeron muy buenos kilos y esas lanas se valorizaron, “cambiaron su ánimo”, reconoce el técnico extensionista del SUL.

A su vez, Aguerre reconoció que “hay mucho más entusiasmo en el negocio en los productores de lanas medias” y recordó que eso se notó en la zafra de carneros, donde hubo una buena demanda y mejores valores.

“Gracias al mejoramiento genético que costó muchos años desarrollarlo, se empiezan a ver majadas comerciales Corriedale con 25 o 26 micras”, destacó Aguerre, recordando a la vez, que el doble propósito es una de las fortalezas de algunas razas ovinas y los productores que eligieron ese camino se vieron beneficiados.

Majadas. Las majadas, a nivel general, pero especialmente en el norte del país, se recuperaron bastante. “El 2019 fue un año complicado en cuanto a calidad del pasto y eso se tradujo en ovejas flacas”, reconoció Aguerre analizando lo que sucedió en Tacuarembó, Salto y otros departamentos, donde está la mayor cantidad de ovinos.

Lo positivo es que esas ovejas “tuvieron un período de recuperación muy importante entre el destete y la encarnerada, que es un período en que la oveja tiene una ventaja comparativa, porque se puede recuperar sin el cordero al pie”, recordó Aguerre.

En el norte el verano fue bastante típico, pero en forma heterogénea, a diferencia de lo que pasó en el sur, donde se vive con déficit hídrico. Si bien el ovino vive mejor con clima seco, se vio afectado por una baja en la calidad de las pasturas y eso perjudicó su estado.

En esa zona de influencia de Aguerre, las majadas llegan a la encarnerada con una condición corporal en el entorno de 3.

El técnico del SUL, explicó que es muy importante esa mejora del estado corporal, porque “de aquí en adelante los requerimientos de las ovejas se van a incrementar y si partimos de ovejas flacas, será muy complicado hacia adelante”. Contrariamente, si se parte de ovejas en mejor condición corporal, las chances de tener éxito más adelante son un poco.

A su vez, en las zonas del norte donde llovió en enero y febrero, “se dieron picos de parasitosis gastrointestinales y los cultivos de larvas mostraron que había mayor cantidad de un parásito más asociado al invierno (Trichostrongylus)”, contó el técnico del SUL.

Este panorama llamó mucho la atención de los técnicos y veterinarios y los obligó a cambiar las dosificaciones, porque en el verano se usan muchas dosificaciones que son efectivas contra la lombriz del cuajo (H a e m o n c h u s , Teladorsagia y Trichostrongylus).

Con ese panorama, Aguerre recomendó como importante, “tener bajo control los parásitos gastrointestinales” y recordó que en el caso del Trichostrongylus, además del análisis coprológico, se podía haber hecho un cultivo de larvas.

Destetes. Por otro lado, en lo que refiere a destete de corderos, también se dieron problemas este año, debido a consecuencias climáticas. “Los destetes están mostrando corderos más livianas en varios lados”.

En este caso, el técnico del SUL sostuvo que hay varias cosas para justificar esta particularidad, pero consideró que “lo más probable es que las ovejas hayan resentido mucho la producción de leche en la primavera”. Exhortó a los productores a tener la situación bajo control, “suplementando esos corderos que pesan menos de 20 kilos al destete para asegurar su supervivencia hasta la esquila o venta” y recordó que hay tecnología disponible para asegurarse la sobrevivencia.

Dijo que fue muy importante este año tener un potrero seguro. Se considera un potrero seguro aquel que no haya tenido ovinos durante los últimos 90 días y sumándole una dosificación contra parásitos gastrointestinales y comida para que los corderos alcancen los 20 kilos al destete, se puede conseguir una buena supervivencia (arriba de 90%).

Aguerre admitió que “en el norte tenemos problemas con la sobrevivencia de esos corderos de menor peso y se puede evitar la mortandad casi en su totalidad usando esas recomendaciones”, destacó Aguerre.

Estos consejos fueron probados en el Centro Experimental del SUL, ubicado en Salto, donde se impulsan tecnologías de elite y se buscan resolver parte de los problemas que enfrentan los productores en sus campos.

Lo otro importante es que el productor haga lotes de corderos en base a su peso, según recomendó el técnico de referencia en su contacto con El País.

Lanas. Una situación incierta a nivel de las monedas y los efectos del coronavirus en mercados claves para lana como China y la Unión Europea, provocaron que el mercado cambiara rápido en los últimos 10 días Cabe recordar que el mercado lanero ya venía con el corazón en la boca debido a la guerra comercial entre China y Estados Unidos, ya que el gigante asiático es el principal importador de lanas.

“Gran parte de ese cambio se debió a tipo de cambio en Australia. Los productores australianos siguen obteniendo un dinero aceptable, pero nosotros que vendemos en dólares estadounidenses, nos bajó mucho el precio, porque el dólar australiano se devaluó fuerte”, analizó Aguerre.

Días atrás, Pedro Otegui, director de Lanas Trinidad, según publicó Diario Cambio, dijo que actualmente “está relativamente trancada la venta al exterior”. El industrial reconoció que la lana es un producto no perecedero, por lo que un productor, si no vende este año, porque no le gusta el precio o no tiene demanda, puede esperar a que mejore el mercado”.

Otegui consideró que “hasta que la emergencia sanitaria del mundo entero no pase, los ritmos comerciales, industriales y de exportación e importación, van a tener un nuevo escenario que no lo conocemos” remarcó el empresario textil.

Respecto al mercado lanero, reconoció que Australia tiene problemas de calidad con sus lanas y consideró que “cada cosa tiene su precio”.

A modo de ejemplo planteó que “si Australia está rematando una lana mala o que tiene problemas, la buena lana uruguaya vale más que esa lana australiana”, pero recordó que los australianos “también tienen mucha lana muy buena”.

El director de Lanas Trinidad advirtió que “las políticas de venta que sigue Australia en este momento, dan la impresión que se esté pensando que el mundo es el de 2018, que no hay problemas y que no hay tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, además de que no hay coronavirus”. Por eso, consideró que “a veces hay que pisar la pelota y ver dónde está el rival y donde se va a poner la pelota”. Esta semana el mercado lanero australiano volvió a caer y la baja fue muy marcada, complicando más el panorama y prácticamente, paralizando el mercado local.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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