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Trump cambia los equilibrios en el mercado internacional

Con base en proyecciones, es bastante claro que Estados Unidos seguirá siendo un gran demandante de carne vacuna uruguaya, posiblemente creciendo respecto al volumen de este año, con los exportadores trabajando fluidamente por fuera de la cuota de 20 mil toneladas, pagando un arancel de 26,4%

Ing. Agr. Rafael Tardáguila | rafael@tardaguila.com.uy

El republicano Donald Trump arrasó en las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre y sus promesas electorales, que incluyen un claro sesgo proteccionista, modifican las expectativas de equilibrios en el mercado internacional de las materias primas, además de las paridades cambiarias.

Durante la campaña electoral, el candidato republicando, con su eslogan de “hacer grande de nuevo a Estados Unidos”, prometió un aumento al barrer de los aranceles de importación de 10% y de 60% en el caso de los bienes que llegan desde China, reviviendo (aunque en realidad, nunca murió) la guerra comercial con la segunda potencia mundial.

Aunque del dicho al hecho suele haber un gran trecho, en especial cuando de promesas electorales se trata, los pasos que ha dado hasta el momento el presidente electo con el nombramiento de personas en puestos claves apuntan a que se estaría cumpliendo con ese sesgo proteccionista, resguardando a la producción doméstica de la competencia de los productos importados.

Por ejemplo, Robert Lighthizer, un firme defensor de los aranceles, ha sido invitado a regresar como representante comercial de Estados Unidos en la administración Trump, informó el Financial Times. Lighthizer fue una de las figuras principales en la guerra comercial de Trump con China y en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o TLCAN, con México y Canadá durante su primer mandato. A su vez, su compromiso con las empresas petroleras puede golpear la producción de biocombustibles, lo que está presionando a la baja los precios a futuro de la soja y el maíz.

Los productores estadounidenses observan con preocupación un eventual reverdecer de la guerra comercial con China, el principal destino para una amplia gama de productos (entre ellos, nada menos que la soja), que serán perjudicados por aumentos en los aranceles de importación de China, como ya lo hizo durante la primera administración de Trump. Esto debería mejorar la competitividad de la soja sudamericana, el otro gran polo exportador de la oleaginosa.

Pero, a su vez, quedan pocas dudas en cuanto a que el proteccionismo trumpista presionará al alza la inflación en Estados Unidos, lo que atenta contra la posibilidad de que la Reserva Federal siga reduciendo la tasa de interés de referencia. Esto tenderá a valorizar al dólar (esto ya está aconteciendo desde que se supo del triunfo de Trump) y presionará a la baja la cotización del yuan, la moneda china. Esta moneda se desvalorizó 2% respecto al dólar estadounidense desde que se supo del triunfo del candidato republicano. Por lo tanto, los productos importados por China se encarecerán en su moneda, lo que debería determinar una demanda más cautelosa.

En lo que a carne vacuna refiere, todo indica que Estados Unidos será tan o más protagonista en el mercado internacional de lo que ha sido este año. En lo que va del año las exportaciones uruguayas de carne vacuna a Estados Unidos se duplicaron. No es para menos, dado que en la principal potencia mundial hay un gran déficit de producción que es parcialmente compensado por un fuerte aumento de los volúmenes importados desde sus principales proveedores. Las proyecciones son que esta situación se mantenga, dado que la expectativa es que los precios de la carne vacuna en Estados Unidos vuelvan a subir el año próximo y su dependencia del producto importado sea mayor, aunque el triunfo de Trump, con sus promesas proteccionistas, abre un signo de interrogación al respecto.

¿Cumplirá su promesa electoral elevando 10% el arancel al barrer de la importación de carne? ¿Cómo hará en los casos en los que cuenta con Tratados de Libre Comercio, como con Australia y Nueva Zelanda, sus dos principales proveedores? Seguramente respetará las cuotas como la de 20 mil toneladas con que cuenta Uruguay con 0% de arancel, pero la tasa extra cuota podría pasar de 26,4% a 36,4%. Quedan pocas dudas en cuanto a que las influyentes gremiales agropecuarias, integradas en su mayoría por votantes de Trump, le recordarán su promesa electoral con la expectativa de disminuir la competencia de productos importados.

Gráfica.

La semana pasada se realizó la reunión anual de los importadores estadounidenses de carnes (MICA) en Orlando, Florida. Como siempre, el analista Len Steiner presenta allí sus proyecciones de precios para las distintas carnes. En el caso de la carne magra, tanto la producción doméstica como la importada, se proyectan alzas adicionales en 2025, siguiendo la tendencia del año en curso.

Con base en estas proyecciones, es bastante claro que Estados Unidos seguirá siendo un gran demandante de carne vacuna uruguaya, posiblemente creciendo respecto al volumen de este año, con los exportadores trabajando fluidamente por fuera de la cuota de 20 mil toneladas, pagando un arancel de 26,4%. Pero no sería lo mismo si hubiese que pagar 10% adicional de arancel.

A partir de principios del año próximo, cuando Trump se mude a la Casa Blanca, se empezará a saber cómo se desarrollan los acontecimientos.

Se va confirmando una muy buena cosecha de invierno. Al trigo y la cebada se suman buenos números de la colza. Pero los mercados no dan paz y no sobra agua.

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