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Se precisarán muchos terneros

Lo bueno de la ganadería es que se puede mirar lejos. Una decisión de hoy impacta en la oferta de tres años. Por eso, las señales de intensificación deberán llegar de forma más generalizada a la cría, el eslabón más complejo

Rafael Tardáguila
Rafael Tardáguila

La ganadería uruguaya transita a paso firme hacia el desarrollo. Todos los indicadores así lo demuestran. Primero comenzaron a levantar los relacionados con la fase de terminación; en base a ello, mejoraron los de la recría y ahora le llegó el turno a la cría. Con los altibajos propios de este tipo de actividades, el país camina hacia una ganadería que en pocos años estará demandando algo más de 3 millones de terneros por año.

Indicadores claves como la edad de faena, el peso de las carcasas, la tasa de extracción, mantienen en el largo una trayectoria de mejora. Esto determina un acortamiento de la escalera de novillos, con animales que llegan a peso de faena cada vez a menor edad. Se estima que la edad media de los novillos a faena es de 30 meses. Por lo tanto, cada vez son menos los de más de 3 años.

Las señales comenzaron a llegar a la cría. Así como cae el stock de novillos de más de 3 años, también lo hace el de vaquillonas de más de 2, dado que se entoran antes e ingresan al rodeo de cría o, de lo contrario, son enviadas a corrales de engorde para su terminación.

Esta disminución del peso relativo de categorías que son síntomas de ineficiencia y subdesarrollo es lo que está permitiendo un crecimiento de la tasa de extracción. El rodeo vacuno en Uruguay es cada vez más criador y esa fábrica de terneros produce animales que se recrían y terminan más rápido, sacándolos antes del sistema. En el ejercicio 2021/22 la tasa de extracción fue de prácticamente 25%, por lo que 1 de cada 4 animales salió del sistema por concepto de ventas finales. Fue la mayor proporción de la historia, superando al pico anterior que se había dado en 2017/18 por un punto porcentual.

Pero cualitativamente la diferencia es mayor, dado que en 2017/18 una elevada proporción de la extracción fueron terneros exportados en pie (16% del total), en tanto que en 2020/21 la exportación en pie bajó a 7% del total. Lógicamente, los animales que llegan a faena son más pesados que los terneros. Por lo tanto, expresados en kilos extraídos del sistema la extracción es aún mayor.

El nivel de extracción actual está en un intermedio entre las ganaderías subdesarrolladas (20% o menos) y las desarrolladas (alrededor de 30%). Por supuesto que el camino no es una línea recta, habrá altibajos -en 2022/23 la tasa de extracción caerá por una disminución de la faena-, pero lo que importa es la tendencia, que es la línea recta que se observa en el gráfico adjunto.

El principal factor que incide en la decisión de invertir en un sector es su resultado económico. En estos últimos años la ganadería en Uruguay transita por un muy buen momento, impulsada por una demanda internacional pujante debido a la explosión de las compras chinas. Diez años atrás China era insignificante como comprador y se comercializaban en el mundo poco más de 6 millones de toneladas. En 2022 se exportarán 10 millones de toneladas, de las que más de 30% ingresan a China. Es como que se haya agregado un segundo piso a la demanda del producto.

Es obvio que la demanda internacional tampoco evoluciona en línea recta y actualmente se está transitando por un momento de menor interés comprador que está impactando en los precios de venta de la carne al mercado exterior y en los valores de la hacienda. El mundo está complicado, las autoridades monetarias reaccionan con aumentos en los tipos de interés para contener la inflación y eso impacta sobre las expectativas de evolución de la economía. En China, la política sanitaria de cero Covid-19 llevó a la cuarentena de ciudades enteras, dejando a decenas de millones de personas sin salir. El impacto sobre el mercado de la carne vacuna es directo, dado que sigue siendo un alimento que se consume en una proporción importante fuera de los hogares. La devaluación de la moneda china, de más de 10% desde febrero, complica la ecuación de los importadores. Y a todos esos problemas desde el lado de la demanda, se le suma un Brasil con un creciente saldo exportable que está llenando a China de carne.

Pero la ganadería es un negocio de largo plazo, en especial si se habla de la cría. La decisión que se pueda tomar hoy de entorar de nuevo una vaca o enviarla a una invernada -la más trascendente de la ganadería, dado que es la determinante del ciclo ganadero- llevará más de tres años hasta que el producto de esa decisión llegue a faena.

Por lo tanto, hay que mirar más largo que la coyuntura. Y, si el mundo evoluciona en estos tres años de la forma en que se supone que lo hará, la expectativa es que la demanda por carne vacuna siga siendo intensa, con una China que la probó y no la dejará. Aunque para el año que viene se prevé una desaceleración de sus compras, seguirá siendo un jugador clave, llevando el grueso de las exportaciones del Mercosur a buenos precios.

tasa de extracción

Uruguay está muy bien posicionado en el mercado internacional, con varios deberes por delante, incluyendo la mejora del acceso a los principales países demandantes. En tres años la expectativa es que se transite en las primeras etapas de un Tratado de Libre Comercio con China y que, posiblemente, se esté adhiriendo al Acuerdo Transpacífico (CPTPP). El presidente Lacalle Pou y la plana mayor de ministros estarán en Japón en los próximos días y no hay dudas que será uno de los temas principales de la agenda.

En el plano productivo, para ese entonces seguramente Uruguay habrá consolidado una faena en el entorno de los 2,5-2,7 millones de cabezas, a lo que se sumarán un par de centenas de miles exportados en pie. La extracción, por lo tanto, estará muy cerca de los 3 millones de cabezas. Para ese entonces se van a precisar bastantes más de 3 millones de terneros. Hacia allí camina la ganadería uruguaya.

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