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PBI del agro cayó 4,6% en el último año

El Banco Central divulgó las cifras de las Cuentas Nacionales, de las que surge la evolución del Producto Bruto Interno (PBI) de la economía, esto es, la cuantificación global de la producción en todos sus rubros y sectores: comercio, agro, turismo, servicios, construcción, etc..

 

Ing. Agr. Nicolás Lussich.

 

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El PBI mide la evolución de la producción en términos físicos, es decir, sin considerar la evolución de los precios, algo que hay que tener en cuenta al interpretar las cifras. Toma una base de precios y producción en 2005, pondera los distintos sectores y -de allí en adelante- cuantifica solo los volúmenes producidos. Esto implica que aún en sectores donde los precios han caído, eso no se registra en el PBI. El caso más ilustrativo es el de las comunicaciones, donde el volumen de servicios y datos producidos se ha multiplicado, pero los precios han caído drásticamente. El PBI solo refleja la suba de los volúmenes… Cabe recordar, con el mismo razonamiento, que cuando el agro tuvo el impulso de los altos precios internacionales, el PBI tampoco lo registró, solo reflejaba la evolución de la producción física. Así, para todos los sectores.

Hechas estas salvedades, el PBI sigue siendo un indicador clave para entender la marcha de la economía. El último dato, correspondiente al trimestre abril-junio mostró un aumento interanual de 2,5%, tasa mayor a la esperada: la economía había crecido 2,2% interanual en el trimestre previo y se estimaba -por el propio gobierno y varios analistas- que en segundo trimestre del año crecería menos, pero no fue así. El dato incorpora el efecto de la vuelta a la actividad de la refinería, que adicionó 1 punto de crecimiento; sin dicho efecto, el crecimiento hubiera sido de 1,5%. Además, este año la semana de turismo fue antes (marzo), lo que también genera un efecto a favor en el segundo trimestre. De todas formas, el crecimiento fue mayor al esperado: hubo una recuperación de la inversión estatal (por obras del MTOP, Antel e inversiones de la ANP) y de la construcción, que después de varias caídas tuvo una mejora, impulsada por la construcción de edificios en Montevideo.

Este panorama positivo hay que matizarlo con el retroceso en la industria y el agro. El sector industrial (sin refinería) cayó 1,8%, mientras el sector agropecuario redujo su producción 2,2%, respecto al año previo. El caso del agro incorpora tendencias diversas: la faena en el segundo trimestre fue algo inferior a la del mismo período del año anterior, lo que se compensó con una mayor remisión de leche. Asimismo, hubo un mejor desempeño del sector forestal por el aumento en las ventas de madera a las plantas de celulosa, sumado al aumento en las exportaciones de rolos de pino a China. Según el Banco Central, el desempeño de la producción agrícola fue similar al del mismo trimestre del año anterior, lo cual puede sorprender dada la fuerte caída en la cosecha sojera, debido a la sequía. Sucede que la metodología de las Cuentas Nacionales ‘reparte’ el desempeño de la zafra agrícola a lo largo del año. De tal forma que la caída en la producción sojera ya se expresó parcialmente en los datos previos de 2017. Por eso, es más ilustrativo referirnos a la evolución del PBI considerando el año completo y comparar con similares períodos previos (gráfica). Allí se muestra con claridad la caída en el PBI del agro: -4,6%, cuando comparamos el año móvil a junio 2018 con el año móvil a junio 2017.

Hay otro efecto que tiende a ‘recortar’ el PBI del sector, que es el aumento en los costos. De hecho, el aporte al PBI de todos los sectores es la diferencia entre sus ventas y sus costos (reiteramos, a precios de 2005). Así, el PBI del agro es apenas el 5% del PBI total en el segundo trimestre, cuando 10 años antes era cerca del 10%. Aun reconociendo que otros sectores han crecido más y -por tanto- la ponderación del agro cae, parece claro también que el aumento de costos está recortando el valor agregado sectorial (combustibles y otras tarifas, servicios, etc.). Por otra parte, hay que remarcar que dicho PBI agropecuario es simplemente la producción en portera menos los costos de producción. Si consideramos el agronegocio en su conjunto (insumos, agroindustrias, servicios conexos, etc.), el sector responde por cerca del 30% del PBI total. En este plano, el agro sufre una paradoja: cuanto mayor el desarrollo agroindustrial y del transporte de productos del campo, etc.… menos pondera el PBI agropecuario porque crecen el transporte y la industria. Volteretas de los números.

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Nueva competencia. Aún con los problemas productivos sabidos (caída en la cosecha de soja, aumentos de costos y endeudamiento que complica a la lechería y al arroz, etc.), el desempeño exportador de los agronegocios no luce mal: al mes de agosto las exportaciones totales del Uruguay se mantuvieron en los mismos niveles respecto al mismo período de 2017 (gráfica 2), con la ganadería (incluyendo carne y lácteos) compensando la caída en la exportación sojera, mientras la forestación aumenta sus ventas 25%. Los agronegocios son protagonistas absolutos de las exportaciones de bienes.

Pero el escenario no permite ‘dormirnos en los laureles’: Argentina y Brasil han devaluado sensiblemente sus monedas y pueden tornarse serios competidores; además, van a consumir menos, lo que liberará más volúmenes de exportación. Claro que del dicho al hecho hay un trecho: son tan grandes la incertidumbre y los problemas políticos en Argentina que traducir su mejora cambiaria en más ventas efectivas no será sencillo; además, las retenciones no bajan. Pero la ganancia en competitividad de los vecinos es fuertísima: Argentina se abarató 40% en dólares respecto a Uruguay en el último año. Con Brasil sucede algo similar, aunque de menor dimensión.

Si quiere seguir creciendo, Uruguay no puede seguir con el actual retraso cambiario respecto a la región; tiene que moderarlo. Y en el corto, mediano y largo plazo, tampoco puede seguir pusilánime respecto a la apertura comercial y la inserción internacional: una economía pequeña entre dos gigantes veleidosos tiene que estar mucho más integrada a sus socios comerciales en otras partes del mundo, y conseguir más.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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