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La encrucijada de la cría

Los principales indicadores de la ganadería avanzan en zigzag. Lo importante es que ese zigzag logre una tendencia de mejora en el largo plazo. Hasta 2020 la cría venía en una senda de crecimiento. Ahora le tocará descender. Es trascendente que el piso de la caída sea, tendencialmente, superior al piso anterior. 

Por Rafael Tardáguila

La faena en este 2020 que empieza a terminar caerá en el entorno de 10% a unos 2 millones de vacunos. El descenso se da tanto por una menor disponibilidad de novillos de 6 dientes y boca llena —porque muchos de ellos se fueron en pie cuando eran terneros— así como por una menor oferta de vacas para faena. 

La faena de los novillos de mayor edad fue parcialmente compensada por un aumento de los de 2-4 dientes. En el acumulado del año a fines de noviembre, según datos del INAC; la faena de novillos boca llena se desplomó 27,5%, unos 80 mil animales menos, a 210 mil cabezas, en tanto que los de 2-4 dientes aumentaron 10% (unos 38 mil) a 423 mil. 

Al pasarle raya a los novillos, los envíos a planta bajaron 69 mil cabezas (-7,4%) a 863 mil. 

Pero el descenso en la faena de vacas fue mayor, de 16,5% (130 mil animales) a 658 mil. Y esta baja no obedeció a que no había, sino que fue una decisión del sector criador que respondió al aliciente del alto precio del ternero hasta mediados de año. Estos animales cotizaron en el eje de los US$ 2,50 el kilo, o incluso más. El criador, ante la encrucijada de dejar la vaca en el rodeo de cría o refugarla a una invernada, optó por la primera opción. Es la actitud lógica de quien observa que tener más terneros está siendo un buen negocio (aunque, en realidad, los buenos precios de un año dicen poco respecto a cómo serán los del siguiente). 

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Es lo que siempre pasa. Obsérvese en la gráfica adjunta, la evolución de la faena de vacas y del precio del ternero en base a los promedios de Plazarural, ambos en 12 meses móviles. Con precios de los terneros en un rango de US$ 2,40-2,50 se envían a planta unas 700 mil vacas, en tanto que con precios recostados sobre los US$ 2, la matanza de estos vientres se eleva a 850-900 mil. 

Dada la fuerte corrección a la baja en los precios de los terneros en los últimos meses, con cotizaciones que ahora se ubican en un entorno de US$ 1,85 el kilo, lo más factible es que la faena de vacas tienda a aumentar en el correr de 2021. De hecho, en octubre de este año ya se faenaron cerca de 20 mil vacas más que en el mismo mes de 2019 y en noviembre vuelve a crecer en la comparación anual. Todo estaría indicando que se está en un punto de inflexión en la tendencia contractiva de la matanza de vacas. 

En principio, no es nada de qué alarmarse, la ganadería es siempre así. Lo que sí encendería las alarmas es que se avance hacia un proceso de liquidación, con un fuerte aumento de la desinversión en vientres, porque eso retrotraería varios años para atrás algunos de los grandes logros de la pecuaria de carne de los últimos años, a saber: los 3 millones de terneros, el récord en la tasa de extracción en 2018 y 2019, la baja en la edad de faena de los novillos, el rejuvenecimiento global del rodeo —disminuyendo el peso relativo de categorías improductivas— y el récord de vacas de cría. 

El panorama es desafiante tanto desde el punto de vista de los mercados como del clima. En los mercados internacionales el golpe de la pandemia es importante, fundamentalmente en Europa. A su vez, en China comenzó a quedar atrás el impacto positivo de la fiebre porcina africana sobre los precios de la proteína animal en el mercado internacional. En octubre, por primera vez desde febrero de 2019, los precios del cerdo en China fueron inferiores a los del mismo mes del año anterior. 

En el clima, más allá de las precipitaciones del pasado fin de semana, los pronósticos de verano levemente Niña llaman a la cautela, ya que significa mayor probabilidad de lluvias por debajo de lo normal en esta parte del mundo. 

El ministro Uriarte dijo que en estas condiciones es fundamental tener bien abiertas las posibilidades de comercialización, ya sea de carne al mercado internacional como de animales en pie. Este último tema lo trató con la ministra brasileña del rubro, Tereza Cristina, oportunidad en la que quedó claro que, así como podrán ingresar vacunos uruguayos vivos a Brasil si dan los márgenes —hoy no parece probable—, cuando sea al revés, también puedan llegar al país animales brasileños. La famosa puerta de vaivén. 

De cara a un año incierto, es fundamental que todos los posibles canales de comercialización estén bien abiertos y aceitados para que la caída no lleve a los precios al terreno de la liquidación que tanto mal le haría al complejo ganadero uruguayo, el sector más importante del país. 

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