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Hernandarias no se equivocó...

Le debemos un agradecimiento importante a Hernando Arias de Saavedra que no estuvo equivocado y nos permite disfrutar de las vacas y los pastos, sabiendo que al final, como dijo un ex presidente... “la vaca les gana...”

Gonzalo Ducos

Gonzalo Ducos, director de Agrofocus

Cualquiera de nosotros sabe que Hernandarias fue aquel que una vez introdujo el ganado bovino a las planicies del Plata y se le puede considerar el promotor de la riqueza ganadera de nuestro país.

Pero no todos nosotros sabemos que Hernandarias se llamaba Hernando Arias de Saavedra, que era nativo de Asunción y que fue el primer gobernador criollo del Río de la Plata.

Sí, un Criollo, que por votación de los conquistadores de la época, fue elegido como gobernador interino y el 1º de agosto de 1602 por real provisión sería reconocido como gobernador del Río de la Plata y del Paraguay, puesto que ocuparía hasta 1609.

Solamente lo recordamos por su obra en la introducción del ganado, pero durante su mandato tomó numerosas medidas para estimular el crecimiento de la entonces pequeña villa portuaria de Buenos Aires, incluyendo la creación de las primeras escuelas de primeras letras, la instalación de hornos de cocción de ladrillos y tejas para sustituir la construcción de adobe, y la reconstrucción del fortín que protegía la ciudad de los piratas entre tantas otras obras.

Luego de recorrer en 1604 el territorio actual del Uruguay, durante unos seis meses, se dirigió a Buenos Aires desde donde comunicó a Felipe III, Rey de España, las observaciones que efectuara, describiendo las tierras al este del río Uruguay como muy buenas y recomendando que fueran pobladas con ganados con lo que, consideraba, en pocos años prosperarían abundantemente. Dicha recomendación no fue escuchada, pero en 1610 el Rey otorgó a Hernandarias en agradecimiento el título de “Protector de los Naturales”, junto con dos islas en la confluencia del río Negro con el río Uruguay: las actuales isla de Lobos e isla Vizcaíno.

faena

Siguiendo la recomendación que remitiera al Rey, en 1611 Hernandarias volvió a viajar a lo que más tarde sería la Banda Oriental, transportando una importante tropa de ganado vacuno que liberó en sus islas del Río Negro y realizo otra introducción en el año 1617 y estos hechos dieron origen, a lo que constituyó una gran riqueza ganadera.

En la historiografía clásica, Hernandarias es considerado el padre de la ganadería uruguaya, aunque existió otro origen, tal vez más importante aún, que fueron las vaquerías jesuíticas, algo que podemos escribir en otro momento.

Esos eventos nos hacen llegar al hoy y a esta columna. En un momento que para los que nos gustan las vacas y los pastos es como si uno estuviera en Disney. Pero como todos los viajes a ese lugar, es por unos días, lo que hace preguntarnos. ¿Qué estamos haciendo para podernos quedar a disfrutar unos días más de ese viaje?

El año pasado alcanzamos, luego de un descanso sostenido en la faena desde el 2017 al 2020, nuevamente superar las 2.6 millones de cabezas faenadas. Y con 11 semanas ya transcurridas del 2022, si todo sigue normal en esta montaña rusa que estamos viviendo, vamos hacia un número similar (Gráfica 1).

Si le sumamos los récords de precio en los animales con destino a frigorífico y los récords de precio de la tonelada exportada, hay algo que está faltando y que desde Hernandarias no sucede. ¿Cómo la vaca de cría, que es el motor inicial de nuestra ganadería, vale menos que el producto final vaca gorda? (Gráfica 2).

Si miramos un gráfico histórico (Gráfica 3) de la vaca preñada, según (ACG), vs la Vaca gorda (vaca de 460 kilos en planta ACG), desde el 2005 a la fecha, NUNCA el valor de la vaca preñada ha estado por encima del de la vaca gorda en el frigorífico, cuando mucho se ha disminuido su diferencial. Uno podría decir equivocadamente que es mejor venderla gorda que tenerla caminando.

Las preguntas serían: ¿es eso correcto?, ¿ese es el premio al lugar donde todo se inicia?, ¿cómo se explica y cómo se dinamiza? Sin dudas son temas para futuras notas.

Hernando Arias de Saavedra no estuvo equivocado, es más, le debemos un agradecimiento importante, porque además de todo lo que nos genera como país, nos permite disfrutar de las vacas y los pastos, sabiendo que, al final, como dijo uno de nuestros ex presidentes, allá por el 2002: “La vaca les gana”.

Hasta la próxima.

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