La sequía ha sido un golpe durísimo para los agronegocios y sus consecuencias seguirán viéndose por muchos meses. Han llegado lluvias y la seca -aparentemente- se va terminando, pero el daño está hecho.
En los mercados el impacto es notorio: sube el precio de los forrajes y granos forrajeros, y en la cadena cárnica emerge la cuestión de si habrá suficiente oferta para una demanda que se va recomponiendo.
En efecto, el precio del ganado gordo sube y ya los novillos generales se negocian en torno a 3,80 US$/kg, con variaciones por el grado de terminación. Ganados especiales hay pocos, en particular en ciertas zonas, y se hacen valer: la referencia ya llegó a 4 US$/kg a la carne. Y esto no parece ser algo circunstancial, dado que el precio de exportación se sigue afirmando. Después del bajón chino del segundo semestre de 2022 y aún con los golpes de la seca, la cadena cárnica vuelve a adquirir vigor y tensión.
Otra referencia clave en este sentido es el negocio de los feed lot: comienzan a concretarse negocios futuros con precios fuertes, hacia los 4 dólares y medio, y esto es un síntoma claro de que el aumento de precios va en serio.
Granos.
En el mercado internacional la soja tuvo una ida y vuelta: bajó inicialmente por fortalecimiento del dólar y dudas sobre la demanda, pero remontó al cierre de la semana para prácticamente cerrar equilibrada en Chicago, ante la confirmación de que la cosecha argentina será mucho más chica de lo previsto.
En trigo el ajuste a la baja siguió ante una oferta que se confirma más alta: en Rusia, EEUU y Europa, las producciones serán mayores a las previstas, mientras Australia se recupera con una gran cosecha. Además, a pesar de que la guerra en Ucrania recrudece no hay síntomas de que el flujo de producción de granos desde el Mar Negro se afecte seriamente, lo que tranquilizó al mercado e incide en la baja de precios.
En el plano local las referencias de la Cámara Mercantil se mantienen. Las pérdidas para muchos agricultores son altísimas, con varias chacras que no se cosecharán. La voluntad es mantener la actividad y plantar un área de invierno importante para recomponer el negocio, pero esto dependerá de que los agentes financiadores (bancos, proveedores) lo faciliten.
