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La Florentina: Iluminando el futuro de la lana uruguaya

Camila Fros combina su herencia ganadera y su formación en arquitectura para crear lámparas únicas a partir de lana desvalorizada, buscando revitalizar un sector clave de Uruguay a través de la creatividad y la sostenibilidad

Camila Fros
Camila Fros

En el corazón de la frontera que une Rivera con Santana do Livramento, Camila Fros encontró una manera de dar nueva vida a un material que ha sido símbolo del Uruguay: la lana. Desde su infancia en cabaña Don Florentino, Camila creció entre el trabajo ganadero de su familia y su propio interés por el diseño. Hoy, su proyecto, La Florentina, combina estas dos pasiones para crear piezas de iluminación únicas, hechas a partir de lana uruguaya desvalorizada.

Camila Fros es arquitecta de profesión, graduada en Santa María, Brasil. Sin embargo, su trabajo no se limita al diseño de edificaciones. Su formación y su historia familiar la llevaron a unir arquitectura y producción animal en un emprendimiento sustentable y artesanal. Su familia ha trabajado por generaciones en el campo, criando ganado Montana y ovejas Highlander, cuya lana gruesa ha ido perdiendo valor comercial con el paso del tiempo. Frente a esta realidad, Camila decidió transformar esa materia prima en piezas de iluminación, uniendo arte y funcionalidad en un producto novedoso.

“Veía en el campo la lana almacenada en el galpón, sin un destino comercial claro. La vendíamos, pero por precios irrisorios. Me di cuenta de que tenía en mis manos un material noble y poco aprovechado en Uruguay y decidí hacer algo con él”, contó Camila. Así nació La Florentina, con el objetivo de darle valor a la lana y llevar un pedazo del campo uruguayo a los hogares de todo el mundo.

El nombre del emprendimiento tiene un fuerte arraigo personal: “Crecí en la cabaña Don Florentino y, buscando darle un matiz femenino a la marca, nació La Florentina. Es un espacio donde trabajamos tres generaciones juntas: mi madre, mi abuela y yo”. La importancia del trabajo en familia se refleja en cada etapa de producción, desde la recolección de materiales hasta el ensamblado de las luminarias.

El catálogo de La Florentina incluye modelos como “La Florentina”, una lámpara de luz indirecta que evoca la calidez del hogar; “Luna”, pensada para dormitorios infantiles; y “Lirio del Campo”, una luminaria de luz directa ideal para la lectura. “Cada diseño tiene un significado especial y busca conectar con el campo de alguna manera”, afirmó Camila.
El catálogo de La Florentina incluye modelos como “La Florentina”, una lámpara de luz indirecta que evoca la calidez del hogar; “Luna”, pensada para dormitorios infantiles; y “Lirio del Campo”, una luminaria de luz directa ideal para la lectura.

La producción de estas lámparas combina tradición y creatividad. “El proceso es artesanal. Uso lana que proviene de nuestras ovejas y de otros productores, siempre probando la combinación de diferentes fibras. La técnica que empleo es el fieltro mojado, que permite moldear la lana con agua caliente y jabón, sin necesidad de hilado. Es un proceso ancestral que hoy encuentro ideal para darle forma a las luminarias”, explicó.

Las lámparas de La Florentina se caracterizan por su diseño orgánico, inspirado en la naturaleza. “Los trazos ondulados representan la libertad del paisaje rural. También utilizo madera de eucalipto de nuestra propia plantación, que en lugar de convertirse en leña, se transforma en la base de cada pieza. Cada lámpara es única, porque el proceso manual hace imposible replicar exactamente un modelo. Esto las convierte en piezas de arte funcionales”.

Actualmente, la producción de La Florentina es a pequeña escala. “Trabajo sola en la elaboración, con el apoyo de mi familia. Mi madre y mi abuela me ayudan en distintas tareas, y por ahora comercializo las luminarias por encargue, a través de mi página de Instagram (@laflorentina.uy). Sin embargo, mi meta es ampliar la producción e incorporar más personas al equipo”.

El catálogo de La Florentina incluye modelos como “La Florentina”, una lámpara de luz indirecta que evoca la calidez del hogar; “Luna”, pensada para dormitorios infantiles; y “Lirio del Campo”, una luminaria de luz directa ideal para la lectura. “Cada diseño tiene un significado especial y busca conectar con el campo de alguna manera”, afirmó Camila.

Más allá de la iluminación, Camila visualiza un futuro en el que la lana pueda tener múltiples aplicaciones innovadoras. “Estoy trabajando en un proyecto para usar lana en la construcción civil. Es un desafío grande porque implica estudios de laboratorio y procesos de certificación, pero creo que tiene mucho potencial. La lana es un material aislante natural, y aprovecharla en este ámbito podría generar un nuevo mercado para los productores ovinos”.

El futuro de la lana uruguaya es incierto, pero iniciativas como La Florentina muestran que la creatividad puede ser clave para revitalizar el sector. “Cada vez más productores reducen sus majadas porque la lana no tiene valor, y la falta de mano de obra hace que la cría de ovejas sea menos viable. Sin embargo, creo que con nuevas ideas y enfoques podemos cambiar esta realidad”.

En un país donde la lana ha sido histórica y culturalmente significativa, proyectos como La Florentina demuestran que el potencial de este material va mucho más allá de la indumentaria. “Uruguay puede ser visto de muchas maneras y su riqueza está en sus recursos naturales. La clave está en encontrar nuevas formas de aprovecharlos y darles el valor que merecen”, concluyó Camila, con la esperanza de que su emprendimiento inspire a otros a mirar la lana con ojos nuevos.

Con cada lámpara, La Florentina ilumina no solo hogares, sino también el camino hacia un futuro más sustentable para la lana uruguaya. El proyecto crece de a poco, pero con una identidad sólida basada en el respeto por los materiales, el trabajo en familia y la innovación. “Este es solo el comienzo. Sueño con ver la lana uruguaya en más ámbitos, desde el diseño de interiores hasta la construcción. Lo importante es cambiar la percepción sobre su valor y explorar todas sus posibilidades”.

Mientras tanto, Camila sigue experimentando con nuevas formas, texturas y aplicaciones. La frontera entre Uruguay y Brasil, donde se encuentran sus raíces, también se vuelve una frontera de ideas y oportunidades. “El desafío está en transformar lo que ya tenemos en algo que pueda perdurar en el tiempo y aportar tanto a los productores como a los consumidores. La lana es parte de nuestra historia, y merece un futuro brillante”.

A medida que La Florentina crece, Camila también busca generar conciencia sobre el valor de la lana y su impacto en la sostenibilidad. Participa en ferias de diseño y encuentros con productores, donde comparte su experiencia y motiva a otros a repensar el uso de este recurso. “Es fundamental que la lana no se vea como un subproducto sin valor. Tenemos que darle visibilidad y demostrar que puede ser clave en distintas industrias”, sostiene.

Además, está explorando colaboraciones con diseñadores y arquitectos que compartan su visión. “Creo que unir la lana con otros materiales y disciplinas puede abrir nuevas puertas. Me encantaría trabajar con interioristas para integrar la lana en proyectos arquitectónicos de manera innovadora”. Con cada paso, La Florentina reafirma su compromiso con la creatividad, la tradición y la sostenibilidad.

Un puente para la innovación en la frontera

En un rincón del mapa donde Uruguay y Brasil se funden en un solo paisaje, nace un ecosistema de innovación que desafía los límites tradicionales. Área B no es solo un proyecto, es una visión compartida de desarrollo, emprendimiento y cooperación binacional. Cintia Lee, una de sus referentes, lo explicó con entusiasmo: “Siempre pensamos que la frontera no separa, une”.

AREA B

Si bien Área B tiene antecedentes previos, fue en 2020 cuando sellaron un pacto por la innovación territorial. En la región donde operan, las universidades trabajan con tecnología de punta tanto en UTEC como en instituciones brasileñas, las empresas de vanguardia se instalan en el ecosistema y la sociedad organizada participa activamente en el proceso. “Nos preguntamos: ¿por qué no juntarnos todos?”, relató Lee. Así nació una red de más de 170 voluntarios provenientes del sector empresarial, académico, gubernamental y social, impulsando el desarrollo conjunto.

Área B estuvo presente, junto a La Florentina, en Agro en Punta reforzando su compromiso con la innovación en el sector agropecuario y su impacto en el desarrollo regional.

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.

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