El 9 de enero de 2019 marcó un antes y un después en la vida de Julia Olarte. Cuatro de Julia surgió hace tres años y fue gestado a través de un bajón emocional. Gracias al emprendimiento, Julia encaminó su vida y cada día se enamora más de sus alfajores.
No es la única. Con casi 16 mil seguidores y una mención en el mundial de alfajores de 2022, el emprendimiento que hasta hoy se desarrolla en el garaje de Julia en Trinidad, Flores, ha crecido exponencialmente y es un rotundo éxito. Tanto así que hasta le clavó el visto al presidente de la República, sin saberlo, por supuesto…
“Luis me llamó un día y no contesté porque pensé que era otro pedido y estaba desbordada... cuando escuché el mensaje de voz me quería morir. Lo agendé y le dije que si hubiera sabido que era él lo atendía por supuesto. Ahora escuché que iba visitar el Prado y le mandé un mensaje que iba a estar por dos días en el Ministerio de Turismo, que si tenía tiempo pasara a visitarme”, contó Julia entre risas.
Y así fue como intercambiaron un alfajor de frutilla por una selfie: “Me moría si no tenía la clásica selfie con el presidente”.
Julia se presentó en el mundial de alfajores de este año y fue mencionada al alfajor Pymes, lo que fue una ventana muy grande para el emprendimiento.
“Estoy en el interior y siempre cuesta más darse a conocer. Esto es boca a boca, tengo una buena relación con las redes, la gente sube fotos de los alfajores y vienen otros a comprar”, explicó.
“Cuatro de Julia” es un homenaje a sus cuatro hijos: Pilar, Belén, Marcelo y Lucía; “ellos son la fuente de inspiración y el desafío que tengo en este emprendimiento. Por ellos todo”, aseguró.
En ciertas ocasiones, cuando se ve desbordada, pero sin que descuiden sus estudios, los hijos le dan una mano con el sellado y el armado de caja. “Quiero que aprendan que para tener las cosas hay que trabajarlas”, explicó. Los alfajores de Julia son artesanales y seguirán siendo así. Si bien ha tenido propuestas de industrializar, sostuvo que así está bien dado que no quiere cambiar el sabor del alfajor ni utilizar conservantes. Además, en dos meses dará un gran paso con la inauguración de su primer local.
Es una receta familiar con modificaciones: “Le agregué cosas que me gustan a mi. Me gusta cocinar, pero siempre mezclando sabores; porque si esto me gusta y esto también no tengo porqué errarle. La receta pegó”.