Con 59 años de experiencia como rematador y una visión optimista pero realista, Carlos Pagés Pineda reafirma su lugar como un referente del sector agropecuario uruguayo. Su análisis, sustentado en décadas de conocimiento y un fuerte vínculo con las bases del negocio, marca el camino hacia un 2025 que promete ser un gran año para la ganadería nacional.
Carlos Pagés Pineda, director de Escritorio Pagés Mañay, fue entrevistado por el programa Hablemos de Agro, de Canal 10. Con su característico carisma, compartió anécdotas que resumen una trayectoria de casi seis décadas dedicada a los remates rurales, marcando un legado que trasciende generaciones.
“No es que le tenga miedo a una cámara ni mucho menos a dos amigos. Pánico escénico seguro que no, después de 59 años rematando, ya se hace difícil”, arrancó con una sonrisa, dejando entrever que lo suyo, más que la formalidad, es la conexión directa y cercana con su interlocutor.
El viaje en el tiempo comenzó con una pregunta que despertó memorias imborrables: su primer remate.
“Estábamos por inaugurar el local de feria Mora, en Polancos, y mi papá, Lorenzo, iba a llevar el martillo. Pero se fracturó una hernia y alguien tenía que rematar. Los demás colaboradores no se animaron. Bueno, a mí me temblaron las patitas durante un buen rato, pero lo hice”, recordó. Tenía apenas 14 años.
El debut de Pagés fue un éxito inesperado. La feria no solo salió bien, sino que su talento natural al frente del martillo llamó la atención. “Esos comentarios del corrillo, de que ‘hay un gurí que lo hace muy bien’, trajeron mucha gente a los remates. Desde ese día, nunca más largué el martillo, y Lorenzo tampoco volvió a tomarlo”.
De Lorenzo a Juan Carlos: un legado familiar.
Hablando de su padre, Carlos se mostró nostálgico y agradecido. “Lorenzo era un rematador de raza, de esos que hacían consignaciones en los boliches, con una alegría que contagiaba. Era una época sin pantallas ni celulares, donde el contacto personal era todo. Eso, por suerte, sigue vivo”, afirmó, destacando que el “mano a mano” sigue siendo clave en los negocios rurales, incluso con los cambios tecnológicos.
Ese valor por lo personal también lo ha transmitido a su hijo, Juan Carlos, quien ya se ha ganado un lugar destacado en el escritorio. “Si no estuviera él, cuelgo los zapatos y me voy a la playa. Es mi mano derecha y parte de la izquierda. Es muy de perfil bajo, no habla tanto como el padre, pero dice lo mismo, ahorrando palabras”, comentó con orgullo.
Perspectivas. El año 2024 se perfila con un balance positivo para la ganadería uruguaya, pero para Carlos Pagés, director de Escritorio Pagés Mañay e integrante de la Junta del Instituto Nacional de Carnes (INAC), el verdadero desafío es mirar hacia adelante. “Más que cierre del año, diría que estamos empezando un 2025 con excelentes perspectivas. Si los indicadores se mantienen, será un gran año para la ganadería en general”, aseguró el director de la firma Pagés Mañay.
El panorama actual, marcado por un novillo que supera los 4 dólares y un incremento en el valor de la tonelada de carne, abre oportunidades para todos los eslabones de la cadena productiva.
Desde el criador de terneros hasta quienes terminan la invernada, ya sea en pastoreo mejorado o en confinamiento, Pagés subraya que hay razones para ser optimistas.
“Estados Unidos tiene un déficit importante de carne, especialmente magra, que consumen en forma de hamburguesas. Y en China, la producción fue 20% menor de lo esperado, lo que representa una cantidad gigantesca. Uruguay, con su carne saludable, sin hormonas y con mínimo uso de antibióticos, está consolidando su presencia en estos mercados gracias al esfuerzo del INAC y la marca país”, explicó.
Pagés no duda en proyectar un 2025 sólido en términos de precios. “No habría motivos para que el novillo no se mantenga por encima de los 4 dólares en el primer semestre, siempre y cuando el clima acompañe”, indicó.
Sin embargo, no ignora los riesgos. “Vivimos en un mundo cambiante, con tres guerras activas: la de África, que parece olvidada, la de Rusia y Ucrania, y la de Israel. Todo eso, sumado al cambio climático, podría alterar las proyecciones. Pero hoy las señales son positivas”.
El cierre del 2024 se caracteriza por una oferta limitada de ganado, algo que, según Pagés, cambiará el próximo año. “Creo que vamos a estar cerca de los tres millones de terneros según las cifras del SNIG. Esa oferta es necesaria para sostener la demanda creciente, y la Junta del INAC está trabajando intensamente en ello”, destacó.
Dos “golazos” a nivel global. Entre los avances logrados, Pagés no escatimó elogios al mencionar las iniciativas que han posicionado a Uruguay en el mercado cárnico internacional. “El trabajo con la marca país está rindiendo frutos. Nos mandamos dos golazos a nivel mundial, y eso refuerza la percepción de Uruguay como proveedor de carne de calidad, inocua y sostenible”, aseguró.
Pagés hizo un balance enfático de la gestión del INAC en un año clave para la ganadería uruguaya.
“El balance no es bueno, es muy bueno. Se ha trabajado con un empeño enorme para responder a los desafíos internacionales y fortalecer la imagen de Uruguay como proveedor de carne de calidad”, afirmó.
Uno de los mayores logros que destacó fue la respuesta a las exigencias de la Unión Europea, particularmente de Francia, que cuestionaba las exportaciones de carne provenientes de zonas deforestadas.
“A pesar de la confusión inicial, logramos demostrar que Uruguay cumple con todos los estándares. La frase ‘Uruguay está pronto’ resumió perfectamente nuestro trabajo, y el mensaje se llevó al SIAL París y a la convención de la FAO en Punta del Este, marcando un antes y un después en la percepción de nuestro país como productor responsable”, explicó Pagés.
Una válvula de escape necesaria. A pesar de las tensiones que afectan al sector, Pagés defendió la exportación de ganado en pie como un elemento clave para la estabilidad del mercado.
“Esa válvula de escape es fundamental. Mantiene buenos valores en la cadena productiva y asegura que el criador de terneros reciba una retribución adecuada. Cuando los valores internacionales son altos, también se beneficia el mercado interno”, explicó.
En cuanto a propuestas concretas, sugirió una medida puntual para aliviar las dificultades del mercado local: “Por ejemplo, eliminar el IVA al cordero para estas fiestas. Eso no solo ayudaría a competir con otras carnes, sino que permitiría un mayor acceso al producto en el mercado interno”, señaló.
La perspectiva política. En el tramo final de la entrevista, Carlos Pagés reflexionó sobre sus expectativas frente al gobierno entrante del Frente Amplio, encabezado por Yamandú Orsi. Con su estilo directo, expresó tanto esperanza como cautela respecto a las promesas realizadas durante la campaña electoral.
“Yo esperaría que cumpla lo que dijo, porque habló de cosas importantes. Tengo la expectativa y la esperanza de que no las haya dicho solo para ganar votos, sino porque piensa llevarlas a cabo”, señaló Pagés. Aunque admitió no conocer personalmente a Orsi, le deseó suerte en su gestión, no solo por el impacto que tendrá en el país, sino también en el propio Frente Amplio, que, según el rematador, enfrenta desafíos internos significativos.
“Está muy alborotado, hay demasiados caciques y pocos indios. Espero que él, como presidente, deje claro que su palabra es la que vale”, agregó, enfatizando la necesidad de liderazgo firme para superar las tensiones partidarias y trabajar en beneficio de todos los uruguayos.
El riego como herramienta clave para el próximo mgap
Al cierre de la entrevista, Pagés compartió sus reflexiones sobre Alfredo Fratti, quien suena como el próximo ministro de Ganadería.
“Si le toca, creo que sabrá tomar decisiones inteligentes. Es alguien directo en su forma de hablar, pero no se lleva paredes por delante. Tiene experiencia en el sector y, como presidente del INAC, demostró entender los desafíos de la cadena ganadera”, opinó.
Pagés destacó una prioridad clara para el futuro ministro: la implementación de una ley de riego. “Es imprescindible para el país, y creo que Fratti no estará lejos de esa idea. Tabaré Aguerre ya lo señaló en su momento, y ahora es el momento de actuar. El riego es una herramienta clave para la sostenibilidad y el desarrollo de nuestra producción agropecuaria”, concluyó Carlos Pagés Pineda.
El mercado interno uruguayo: una lucha por la supervivencia
No todo es positivo en el panorama ganadero. Para Pagés, el mercado interno atraviesa una situación crítica. “Está debilitado y pelea por subsistir. Es una lástima, porque este sector cumple un rol esencial en el sistema sanitario nacional, haciéndose cargo de los ganados con problemas como brucelosis o tuberculosis”, señaló.
El trabajo en los mataderos nacionales, que lidian con riesgos sanitarios y operativos, no recibe el reconocimiento que merece. “Nos encargamos de estas tareas con costos altos y riesgos significativos, sin reintegros ni apoyos adicionales. Competimos en las mismas condiciones que quienes exportan, pero vendemos en pesos lo que compramos en dólares, lo que hace que nuestro negocio sea solo tratar de no fundirnos”, expresó con preocupación.
Importación de carne. Pagés también se mostró crítico con la importación de carne, una práctica que, según él, perjudica a la industria local que trabaja exclusivamente para el mercado interno. “Muchos en la comisión directiva apoyan la importación, pero yo no estoy de acuerdo. Nuestros mataderos ya enfrentan suficientes desafíos, y traer carne de afuera solo complica más las cosas. Estamos en un negocio que debería ser ganar-ganar, pero para nosotros es apenas sobrevivir”, aseguró.
Por otra parte, se abordaron los desafíos del mercado local, las exportaciones de ganado y las expectativas para el próximo período gubernamental.
Consultado sobre las posibles soluciones para los frigoríficos que trabajan exclusivamente en el mercado interno, Pagés no dudó en señalar los problemas de fondo: la ausencia de representación en las negociaciones laborales. “Nosotros no participamos en las discusiones en el Ministerio de Trabajo, pero debemos asumir los laudos que se fijan. Eso nos pone en desventaja frente a los frigoríficos exportadores, que tienen beneficios fiscales y otros incentivos que nosotros no compartimos”, afirmó.
El impacto de los conflictos laborales también fue tema de análisis. “Los paros sorpresivos perjudican tanto a los productores como a la industria. Los productores pierden kilos de su ganado y, en algunos casos, la posibilidad de cumplir con cuarentenas para exportar. Necesitamos un sistema más justo y predecible para todos los actores de la cadena”, agregó.