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“Vaca loca” en Brasil perjudica a toda la carne

Paró sus ventas a China, su principal mercado y la medida podría beneficiar circunstancialmente a Uruguay, Argentina y Australia

Ganado en Brasil

La confirmación del sexto caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) “atípica” o enfermedad de la vaca loca en la ganadería brasileña, es una mala noticia para toda la carne, porque aleja a los consumidores del producto.

Ningún país está libre de padecer un caso “atípico” de EEB y perder temporalmente algún mercado. El Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento de Brasil suspendió momentáneamente las exportaciones de carne bovina hacia China, principal destino para los frigoríficos locales y de la región. En lo previo, las empresas habían parado las faenas de bovinos a la espera de la confirmación que debería enviar el laboratorio canadiense -referencia mundial para EEB- sobre el caso de Pará, que se registró en un reproductor de 9 años, criado a pasto, en Marabá. El animal no entró en la cadena alimenticia.

Carlos Fávaro, Ministro de Agricultura de Brasil dijo que espera recibir luz verde de China para reanudar las exportaciones de carne vacuna brasileña en marzo, antes del viaje que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) debe hacer a la país asiático. Es el sexto caso de la enfermedad que registra Brasil y la suspensión de las exportaciones de carne a China forma parte de la transparencia, mientras continúan las investigaciones. En los últimos dos casos de Brasil -en Mato Grosso y Minas Gerais-, registrados en 2021, retomar las exportaciones al mercado chino le llevó tres meses, pero no hay una fecha límite firmada en el protocolo sanitario entre ambos países y son las autoridades sanitarias de China las que deciden cuando retomar el comercio.

En el mercado ganadero brasileño se siente el golpe. Según el analista Fernando Iglesias, de la Consultora Safras & Mercados, “los contratos de ganado en el mercado de futuros, tuvieron una agresiva caída de precios frente al problema.

El analista de S&P Global, Aedson Pereira”, destacó que el caso atípico de EEB de Pará preocupa no solo a los ganaderos, sino a la propia industria frigorífica, cuyo principal destino es China, pero a la vez, enfrenta un mercado interno estancado, otro problema para las empresas.

Los grandes grupos brasileños de la carne: Minerva, JBS y Marfrig continuarán exportando a China desde sus unidades en Uruguay, así como de Argentina, ya que algunos están presentes en esa plaza ganadera. Parte de la carne brasileña podrá suplirse con materia prima producida en Uruguay.

Hechos.

En 2001 cuando la ganadería brasileña padeció dos episodios parecidos al de Pará, China incrementó el volumen de carne de otros proveedores y Uruguay supo aprovechar la oportunidad y la suba de los precios de la tonelada, que se trasladaron al valor del ganado gordo, beneficiando al productor.

En los hechos, que Uruguay salga beneficiado dependerá de las necesidades de importación que tenga el gigante asiático, pero se suma la limitante climática, con un faltante de ganado gordo acentuado y un panorama incierto a la entrada del otoño e invierno. Uruguay, Argentina y Australia, son las opciones que tienen los importadores chinos para suplir temporalmente la carne bovina brasileña. China también habilitó como exportador a Colombia, pero el volumen de carne colombiana no sería significativo.

Visión.

“El caso atípico de vaca loca de Brasil y la suspensión temporal de sus ventas a China no debería verse como positivo. Es negativo para el comercio de la carne, más allá de que podría representar una oportunidad en el corto plazo”, afirmó Ricardo Reilly Arrarte, ex presidente de la Asociación Rural del Uruguay y actual delegado de la institución en el Instituto Nacional de Carnes (INAC).

Agregó que “no se trata de un hecho menor, estamos hablando de Brasil, principal productor y exportador de carne vacuna del mundo, además de ocupar el primer lugar como proveedor de carne a China. Es muy difícil estimar qué consecuencias podría generar este hecho desde el punto de vista de los precios internacionales de la carne, ya que a priori dependerá de cuánto se prolongue la suspensión de Brasil en el tiempo, pero se pueden llegar a dar cambios significativos en el corto plazo”.

Reilly explicó que si bien el caso atípico de vaca loca en Brasil “podría representar una oportunidad circunstancial para países competidores como el nuestro, está demostrado que en el largo plazo lo que se termina viendo afectado es el producto en sí: la carne vacuna. Por lo tanto entiendo que estas cosas no son positivas para la ganadería y el comercio de la carne vacuna en general”.

Recordó que la carne vacuna “es víctima de permanentes ataques infundados, tanto a nivel del producción como de su consumo y estos hechos no hacen más que jugar en contra. Por más que no existan riesgos desde el punto de vista de la salud humana, eventos de este tipo pueden afectar la percepción del consumidor respecto al producto y en el fondo eso es lo que determina la demanda”.

Atípicas.

La EEB o “vaca loca” sacudió al Reino Unido en 1986 con el primer caso y posteriormente explotó en la década del 90 en países de la Unión Europea, con más de 190.000 animales afectados, generando pánico en los consumidores y por consiguiente, retracción en la demanda de carne bovina. En estos casos, se trataba de la variante “clásica”, presuntamente generada por la alimentación de rumiantes con harinas de carne mal termo procesadas.

Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (ex OIE y ahora Omsa), esta patología es una enfermedad neurodegenerativa del ganado vacuno que pertenece al grupo de las encefalopatías espongiformes transmisibles (EET). Es causada por una proteína anormal en el tejido nervioso conocida como prion. La EEB se considera una enfermedad zoonótica debido a un presunto vínculo con la emergencia de la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (v-ECJ) en el humano. Todos los años, la Omsa, en base a las pruebas científicas que envían los países a un comité de expertos, califica a las naciones asociadas en base al riesgo: bajo, medio y alto.

El Dr. Rodolfo Rivero, uruguayo ex miembro del grupo de expertos de Omsa, explicó a El País que con el avance de los métodos de detección molecular, se detectaron dos variantes (L y H) de EEB “atípica”, que se produciría por una degeneración natural de las neuronas en los animales añosos. Surgieron en bovinos de entre 8 años hacia arriba (el promedio de edad es de 12 años).

“Estas variantes atípicas, hoy por hoy, se consideran endémicas, estaban siempre pero no habían sido descubiertas. La presunción más aproximada, es que las variantes atípicas, como son muy poquitas, estaban desde hace muchos años”, explicó el experto. Según la teoría, las variantes atípicas son muy parecidas a la enfermedad en humanos conocida como Creutzfeldt-Jakob (v-ECJ), que es una encefalopatía y se registra un caso cada un millón de habitantes.

“Las dos variantes de EEB atípicas, son de muy baja frecuencia y no se percibían”, explicó el ex miembro del panel de expertos de Omsa. Los científicos consideran que estas variantes representan el verdadero origen de la enfermedad.

Comercio.

Desde el punto de vista del comercio internacional, la normativa de la Omsa, que refrenda la Organización Mundial de Comercio (OMC), son severas para la variante clásica.

“Para las variante atípica hay como un consenso de que tienen baja presencia y los países que tienen casos, en términos generales no tienen gran repercusión en los mercados de comercialización de carne. Ese es un consenso internacional técnico al que se ha llegado para facilitar el comercio”, remarcó Rivero. De todos modos, cada país tiene derecho a adoptar sus decisiones y en caso de China, siempre estuvo establecido que ante un caso atípico, se cierra el mercado hasta que se aporte toda la información y se terminen las investigaciones que determinen por qué se registró.

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