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Preocupa el ingreso ilegal de específicos veterinarios

Se ponen en riesgo los mercados por residuos generados.

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Ganado vacuno en el campo.

Pablo Antúnez. 

El riesgo de perder mercados por la detección de residuos de zooterápicos, producto del mal uso o inclusive del ingreso ilegal desde países vecinos, sigue latente. Si bien depende de las diferencias cambiarias entre Uruguay, Argentina y Brasil, hay momentos en que el ingreso ilegal de productos de uso veterinario, se incrementa y genera mayores riesgos para todos.

“Hace falta mucho más educación en torno a este aspecto”, sostuvo a El País el presidente de la Cámara de Especialidades Veterinarias, José Mantero.

La institución agrupa a buena parte de los laboratorios importadores y productores de fármacos para uso animal. Desde hace varios años viene luchando contra el mal uso de los específicos, lo que generó problemas de resistencia en parasitosis externas e internas, pero además, motivó cierres temporarios de mercados clave para la carne y otros productos.

“Seguimos haciendo hincapié en no comprar productos fuera del Uruguay. Muchas veces son drogas que no se trabajan en Uruguay por motivos de inocuidad de alimentos y su aplicación va en contra de toda la cadena productiva”, afirmó Mantero.

Este empresario, que también es director de Laboratorios Pasteur S.A., reconoce que todavía hay gente que no le da la importancia que tiene el tema.

“La presencia de residuos de específicos en alimentos, es una limitante para toda la cadena productiva y para Uruguay en sí. Tenemos que trabajar más, todos juntos, creando conciencia del problema”, reconoció Mantero.

El comprar específicos veterinarios en países vecinos y usarlos en Uruguay, sea por cuidar el bolsillo o por desconocimiento, “genera grandes riesgos” y va en contra del Programa Nacional de Detección de Residuos, una herramienta que aplica Uruguay (a través de la Dirección de Laboratorio Veterinario “Miguel C. Rubino”) para garantizar el cumplimiento de las exigencias que imponen los mercados compradores de alimentos uruguayos.

Mantero advirtió que puede darse que una misma droga, en países vecinos “esté registrada diferente o directamente, no cumpla con las exigencia que rigen en Uruguay”, porque Argentina y Brasil no pueden acceder a todos los mercados que ha logrado conquistar Uruguay. Un ejemplo claro es Japón para la carne bovina desosada y madurada o Corea del Sur para el mismo producto. En Estados Unidos, por ejemplo, Uruguay accede con carne ovina con hueso y el resto de la región no tiene ese privilegio.

Más allá de los registros diferentes, desde la Cámara de Especialidades Veterinarias se le aclara a los productores que también “hay tiempos de espera diferentes entre los países para un mismo producto”, al momento de evitar trazas de residuos, que pueden provocar el cierre temporario o definitivo de un destino. “En países vecinos, el ethion, un principio activo ampliamente usado para el control de la garrapata del bovino, tiene un período de espera de 60 días después de aplicado sobre el animal, para poder mandarlo a faena. En Uruguay, se demostró que no se llegan a cumplir con las exigencias en 60 días y se precisan 130 días”, dijo Mantero.

Guillermo Crampet

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