Con últimos ajustes la suba fue 8,5%, según mostró el INAC.
Corte vacuno en carnicería. Foto: Guillermo Crampet.
Pablo Antúnez
Con los números sobre la mesa, el Instituto Nacional de Carnes (INAC) intentó bajar las olas generadas por las últimas subas de los precios de la carne bovina en el mercado interno, que responden al ajuste al alza del precio del dólar y del ganado gordo, en un año muy particular.
En los primeros tres meses de 2019 prácticamente no hubo subas del precio de la carne bovina destinada al mercado interno, pero en abril y mayo, los precios ajustaron bastante seguido, motivando la reacción de los carniceros, que encendieron la luz amarilla.
Según mostró el presidente del Instituto Nacional de Carnes, Federico Stanham, con los aumentos de precios de los meses anteriores —en abril subió 2,5% y en mayo 4,5%— se llega a una suba de 8,5% (respecto a diciembre de 2018) en términos nominales y sólo un 3,7% en términos reales.
El jerarca destacó que los precios de la carne bovina al público, “vienen muy por debajo del Índice de Precios al Consumo (IPC), estos dos meses de suba la fueron acercando a ese indicador, pero sigue estando el aumento acumulado por debajo”. Desde 2015 el valor de la carne bovina en el abasto se ubicó por debajo del IPC en términos.
Dólar. El precio de la carne es dependiente del valor del dólar, porque la tonelada se vende en dólares y los frigoríficos pagan el ganado gordo que faenan, principal costo, en dólares.
“La suba del dólar tarde o temprano se termina trasladando al precio de la carne del mercado interno. Hay algunas subas en los precios internacionales de la carne que también tienen su impacto y subas del precio del dólar”, explicó Stanham.
Según mostró INAC, la devaluación del dólar entre diciembre de 2018 y mayo de 2019 corresponde a 9,2%. En el mismo período el Indicador de Mercado Externo (Imex), medido en dólares por kilo, subió 6,9% y desde mayo del año en curso, el Imex promedio mensual quedó en US$ 3,7 por kilo. A su vez, el promedio acumulado de los primeros 5 meses de 2019 no alcanza a ser un 1% superior al mismo período del año anterior.
“La carne bovina es un producto accesible. Hubo subas pero sigue por debajo del IPC y estamos con aumentos que no son ni cerca de los que se anunciaron”, afirmó Stanham. De este modo salió al cruce de los carniceros que habían denunciado incrementos de 26% en los últimos tres meses.
Según dijo en su momento el presidente de la Unión de Vendedores de Carne (UVC), Heber Falero a El País, “los carniceros están alarmados” y “la suba de precios y el incremento de los costos, está llevando a las carnicerías a bajar la cortina”, porque tienen menores ventas.
Stanham reconoció ayer la caída en el consumo, pero afirmó que “no es una tendencia que la asociemos a esta suba de precios. Es difícil mantenerse con esos consumos récord”