Los números de las empresas ganaderas que son monitoreadas por el Instituto Plan Agropecuario y presentadas a través de las Carpetas Verdes, mejoraron en el ejercicio 2023/2024, en los cuatro sistemas de producción que se analizan: ciclos completos del norte, ciclos completos del este, recriadores del norte y recriadores del este.
A pesar de haber obtenido una mejoría, hay que tener en cuenta, que esto se da en comparación a un ejercicio que fue muy complejo, el 2022/2023, que estuvo principalmente marcada por la histórica sequía que azotó al Uruguay.
Como es habitual, el director general del Plan Agropecuario, Carlos Molina, fue el encargado de presentar los resultados de las empresas, que arrojaron que los sistemas ciclos completos del norte tuvieron un ingreso capital de US$ 71 por hectárea; los ciclos completos del este tuvieron un ingreso de US$ 77; en los criadores del norte el ingreso fue de US$ 63 y en los criadores del este, el ingreso se ubicó en US$ 85.
En moneda corriente, en general, el ingreso fue de US$ 74 en promedio para todas las empresas monitoreadas, que en esta ocasión fueron 144. Estos números representan US$ 12 más de ingreso en comparación al ejercicio 2022/2023, pero es un 13% menos que el ingreso obtenido en promedio en los últimos cinco ejercicios. Mientras, que en plata constante, el ejercicio es US$ 11 superior al anterior, pero un 26% inferior al promedio de los últimos cinco años.
“Fue un año pobre, mejor que el anterior, pero pobre al fin”, afirmó Molina.
CICLOS COMPLETOS DEL NORTE. “Son empresas que siempre se han destacado por el buen nivel de marcación que tienen, que incluso se ha mantenido en la sequía”, dijo Molina, que además agregó que posterior a la seca, hubo una recuperación en los kilos producidos, aunque no a valores anteriores, y una leve variación en la producción de carne ovina, lo cual deja una productividad total de 109 kilogramos de carne equivalente, un 8% más que el ejercicio anterior.
En contrapartida, los valores de venta de la canasta de vacunos y de los ovinos, bajó, 9 y 11% respectivamente, sumado a una caída de las lanas, “más kilos, pero menos precio”.
Por su parte, los costos, siguen altos, pero bajaron a US$ 121 por hectárea, esto debido “al menor uso de suplementación, pero es algo coyuntural, por la buena producción de pasto”.
En el caso de los que son arrendatarios, tuvieron un ingreso neto de US$ 41, lo cual, casualmente representa un crecimiento del 41% con respecto a lo obtenido en el ejercicio 2022/2023.
CICLOS COMPLETOS DEL ESTE. Estas empresas tuvieron un leve crecimiento de la dotación vacuna, complementada por una leve presencia de lanares, que además descendieron en la cantidad, “también hay un menor nivel de marcación, que se ubicó en el 75%, y se mantienen los niveles de vacas entoradas”, señaló Molina.
Los kilos producidos en vacunos crecieron, fue un 9%, y sumado a una producción lanar estable, los kilos de carne equivalente, pasaron de 97 a 105 kilogramos, un 8%.
Al igual que lo que sucedió en el norte del país, los valores de vacunos, ovinos y de la lana bajaron, “entonces hay una muy leve movida del producto bruto, un 1%, que llega a US$ 200 por hectárea”, señaló el director del Plan Agropecuario, que además agregó que “los costos bajaron pero siguen altos, están en US$ 123 por hectárea”.
Para quienes son arrendatarios y desarrollan este negocio, el ingreso fue de US$ 47 por hectárea, lo cual representa un crecimiento de US$ 16 con respecto al magro ejercicio 2023/2024.
CRIADORES DEL NORTE. Estos predios tuvieron un crecimiento de la dotación vacuna de un 6%, y se destacan por ser el sistema que más presencia de ovino tiene. “Los niveles de marcación se mantiene en valores destacados, si uno mira los recursos naturales que se manejan, un 70% de promedio a pesar de las sequías, es un valor de destaque, sin ningún lugar a dudas”, afirmó Molina.
En la producción por hectárea, hubo un decrecimiento de los kilos producidos en carne ovina y en lana, aunque es leve, pero con una producción de carne vacuna que creció en un 12%, la productividad total creció un 5,5%, nuevamente, “más kilos a menos precios”, aunque la presencia del componente terneros, ayuda a que la disminución en los precios de venta, sea menor. En carne ovina y lana, los precios también se redujeron. Por su parte, los costos tuvieron una leve reducción.
Para los arrendatarios, el ingreso por hectárea fue de US$ 35, representando una suba de US$ 3 en comparación a lo que fue el período anterior.
En estos sistemas aparece una suba en la deuda, pasando de US$ 2 a US$ 3 por hectárea, “esto se explica por lo que pasó en los años anteriores, y no queremos decir que estar endeudado es malo, lo malo es estar mal endeudado, entonces hay que ver caso a caso”, explicó Molina.
CRIADORES DEL ESTE. Luego de haber tenido cuatro ejercicios consecutivos con caída de la dotación, volvió a crecer, fue un 8%, y los ovinos representan una pequeña parte de la carga, dejando en total un crecimiento de la dotación del 5%.
“Los niveles de marcación también fueron buenos, al igual que los de vacas entoradas por hectárea”, dijo el especialista, que además agregó que hubo un crecimiento en la producción, sobre todo del vacuno que es el que tiene mayor impacto en estos predios, dejando una productividad total de más de 100 kilogramos.
Los costos bajaron un 8%, quedando en US$ 114, “ahí bajó US$ 12 la suplementación, por el buen clima que hemos tenido”, sostuvo.
Por su parte, el precio bajó, aunque menos que en los ciclos completos, “debido al tipo de producto que se vende”, repitiéndose: más kilos, menos precios.
El ingreso de los arrendatarios, fue de US$ 61. “En todos los casos, se habla de arrendatarios parciales, no hablamos de 100% arrendatarios, por supuesto que esos están un escalón por abajo”, aclaró el director del Plan Agropecuario.
2024/2025. Ya transcurrió casi la mitad del actual ejercicio, donde las empresas “están en pleno proceso de recuperación, y ahí se ve una capacidad de respuesta muy alta de los productores, con resiliencia ante los diferentes niveles de dificultad”, expresó el director del Plan Agropecuario.
A nivel productivo se presentará “un enorme desafío”, “habrá mayor cantidad de terneros, más vacas criando y la vamos a querer preñar lo más rápido posible, y eso hay que atender”, mencionó.
Los precios de exportación, en el período julio – noviembre, son 8% mejores al mismo período de tiempo del año anterior, lo mismo pasa en el promedio del novillo gordo, US$ 3,92 contra US$ 3,33, el ternero US$ 2,71 contra US$ 2,41, y el dólar se muestra fortalecido.